Por Mery Delgado
A principios de mayo, justo cuando el calor veraniego golpea a la isla y sus habitantes, un espectáculo bien frío se puedo ver por primera vez en nuestros escenarios, en la sala Llauradó.
Títeres de hielo, y no es alusión por gusto, es que las figuras animadas son de ese material efímero que es el agua, es el título que ha dado Teatro Viajero a su pieza tan singular.
Carmela Antonia Núñez tuvo a su cargo la versión del tríptico que incluye varios textos: Hamlet, de William Shakespeare, «Hielocho», inspirado en Pinocho, de Carlo Collodi, y Dos en una República, sobre el texto de Roberto Espina.
Acerca del proceso creativo la también directora general argumentó que esta es una idea que viene gestándose desde 2016.
“Son títeres de hielo que tienen una estructura de cobre, títeres de bastón en su técnica de animación o marionetas de mesa, como también se les puede llamar”.
A Teatro Viajero que ya cumple 20 años de creado le interesa el público adolescente, aunque también disfrutaron la pieza niños de diferentes edades que conocen alguna de las historias y se identifican con los trabajos de animación.
Carmela destaca el reto de asumir esta animación y lograr concretarla en escena.
“Para cada función hay que tener una congelación de los títeres, y después una conservación, pero tiene que ver lo que sería la forma con el concepto. En escena, ellos se van derritiendo, y eso es muy interesante porque poéticamente da muchas imágenes, tanto el llanto, como el sudor, y en esencia habla de la transformación de los seres humanos, de la acción y de la vida misma con todas sus contradicciones y conflictos, pero en definitiva con la alegría de vivir que es lo más importante”.
En cuanto a su singularidad, la directora artística afirma que en sus investigaciones sobre este tipo de animación no hay referentes ninguno. Sí existen eventos de esculturas de hielo, y de alguna manera las artes plásticas tiene esta idea.
“Es un reto porque todo lo nuevo lo es, el peso de los títeres va variando durante el espectáculo, de manera que el control se torna difícil, resbaladizo, pero ha sido una alegría enfrentarlo.
Hasta ahora ha funcionado el espectáculo, cuyas figuras congeladas responden a la idea de lo estético, lo filosófico y lo formal. Sí es realizable, sí es ejecutable y por supuesto responde a la animación también”.
Junto a Carmela A. Núñez actúa además Leovaldo Díaz Fernández. Ellos se sienten satisfechos con los resultados de las funciones, donde pudieron disfrutar de la alegría de los niños y la risa sincera ante las figuras animadas.
Teatro Viajero ha llevado todo el proceso de pruebas y montaje en su casa espaciosa frente al mar, “por eso verán fotos del títere en el malecón”, añade su creadora.
