
Teatro Infantil (II). Varias Provincias, Varias Estéticas
El crítico Frank Padrón realiza un recorrido por la labor de algunos grupos cubanos que realizan teatro para niños y de títeres.
El crítico Frank Padrón realiza un recorrido por la labor de algunos grupos cubanos que realizan teatro para niños y de títeres.
Nací y vivo en una Isla situada en el mar Caribe. Se llama Cuba. Tiene forma de cocodrilo, dicen que desde el cielo luce un intenso color verde.
En la Mayor de las Antillas hay una Colmena integrada por niños con el corazón feliz. Fue fundada hace tres décadas por Carlos Alberto Cremata Malberti, “Tin”, y desde aquel lejano 14 de febrero de 1990 ha mantenido entre sus preceptos, más que el cultivo del talento en infantes capaces de cantar, bailar o tocar bien un instrumento, ese llamado de nuestro Héroe Nacional, José Martí, a que siempre amen, sean buenos y hombres de bien.
El Noticiero Cultural de la Televisión Cubana, en su tercera jornada de la sección Contrapunteo, sobre el arte del payaso en Cuba, comparte las opiniones de los televidentes.
A propósito de la reciente celebración en Las Tunas del V Taller Internacional de Payasos y el análisis que nos invita a develar talones de Aquiles en el arte del clown, así como las maneras en que hoy se superan, resulta oportuno aludir ahora a las potencialidades del género en cuestión.
En Contrapunteo: Acercamiento Al Arte Del Payaso En Cuba
El Teatro Como Santuario: Mensaje De Shahid Mahmood Nadeem Por El Día Mundial Del Teatro 2020
Santiago García, gran dramaturgo colombiano, falleció a los 91 años, este lunes 23 de marzo, en Bogotá. García se desempeñó como director de teatro, actor y pintor. García, que el año pasado recibió la Medalla al Mérito Cultural, junto con sus colegas Patricia Ariza y Carlos José Reyes, fue el fundador del Teatro La Candelaria, que inicialmente se llamó La Casa de la Cultura, en 1966.
Tecnoescena es una de las instituciones que se han sumado a la producción de nasobucos en todo el país, y realizará su distribución de forma gratuita.
Confieso que cuando empecé en serio mi labor como crítico teatral, en los lejanos años ‘80, abrigaba ciertos prejuicios sobre el teatro infantil. Me parecía que poco podía este aportar a un espectador adulto, y que los mayores que llevaban a hijos o sobrinos a tales funciones solo eran meros acompañantes.