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Estudiar la Danza: práctica como vía que da materia a un pensamiento que se piensa y se practica

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Por Noel Bonilla-Chongo

“Es de importancia para quien desee alcanzar una certeza en su investigación, el saber dudar a tiempo”
Aristóteles

Al conteo de los pasos, del tiempo y sus ritmos, ya van sumando dos décadas de sistematización y tratamiento de la información en esas dinámicas propias que llegan a la argumentación de estaciones más felices para los estudios de maestrías en danza, entre nosotros. Hoy, en 2024 se registran varios programas de cuarto nivel de enseñanza que, alrededor de la danza en la Universidad de las Artes (ISA), nos permiten ir recapitulando parte de este progresivo camino. Al tiempo que la danza expande sus procesos simbólicos, metodológicos, formativos, creativos, de mediación y pensamiento, perfilar una línea genealógica en la construcción y circulación del conocimiento en/sobre/de la danza, es ganancia cierta.

Más allá del recelo de algunos, de las miradas esquivas de otros acerca de “la necesidad” para ver la danza como área de conocimiento y actividad cognitiva, epistemológica, reflexiva, revisora del cuerpo y su corporalidad; cuya especificidad demanda la estructuración de un instrumental teórico propio que sea lo suficientemente dilatado para implicar la articulación de otros saberes y correlatos (única manera posible para poder abarcar la complejidad de la danza misma), urge develar cuánto puede la danza como instancia de transformación. Ojo, de cambios profundos en los modos de ver y sentir el mundo y sus feroces avatares, no solo en la transformación de los cuerpos danzantes que la habitan. Y es ahí donde los diferentes programas de maestrías fundamentados desde el ISA han participado determinantemente en estas dos primeras décadas del siglo XXI dentro de la importancia especial al pensar la danza y las relaciones existentes que se cuecen entre su praxis y los estudios danzológicos en devenir.
Más de ciento cincuenta tesis y proyectos de culminación de estudios se acumulan como experiencias tangibles de dichos programas formativos. Con mallas curriculares y perfiles bien delimitados, de manera directa o como campo de indagación más abierto, la danza ha sido vector en el tratamiento de objetos de estudios propios de la disciplina. De las más focalizadas en las maestrías en Arte, mención Danza, la de Proceso Formativos para la Enseñanza de las Artes, mención Danza y la específica en Estudios Teóricos de la Danza; hasta las fundacionales en Educación por el Arte y Animación Sociocultural, la de Procesos Culturales Cubanos y el intento primario en Gestión Cultural, la danza ha sido centro movilizador de las atenciones investigativas más diversas en el ISA.

Estudiantes de toda Cuba y de varios países del mundo, venidos de prácticas distintas: artísticas, pedagógicas, de gestión cultural, trabajo en comunidades creativas o en centros investigativos, fundamentalmente, han logrado repensar pasado, presente e, incluso, desafiar el futuro, en sus apuestas para trasegar la precariedad de la danza. Danza hecha coreografía y no, tramada como vehículo interpretativo y no, como hacer movilizador en la enseñanza, de la gestión institucional, de prácticas socioculturales muy distintas, del archivo, la memoria y salvaguarda patrimonial, etcétera. Obvio, con ello no quiero certificar la valía per se de los temas abordados, sus maneras de tratarlo ni tampoco que, como alcance teórico y práctico, lograran estos ejercicios de cierre instrumentar resultados inmediatos u operativos en el campo explayado de la danza. Pero sí, creería con mucho, en el valor simbólico, estructural y metodológico de maestras y maestros, creadoras y creadores, hacedoras y hacedores, para “teorizar”, “conceptualizar” en torno a la responsabilidad de sus prácticas y ocupaciones para y con la danza.
Centrándonos en el programa de la Maestría en Estudios Teóricos de la Danza (METD), en su génesis y desarrollo, organizado inicialmente por la doctora Bárbara Balbuena, reconocida profesora e investigadora de temas que relacionan danza y cultura popular tradicional; es aquí donde hoy reconocemos cómo lo danzario deviene sujeto/objeto de atenciones muy delicadas. Sus líneas y grupos de investigación con papel protagónico en el área de conocimiento específico de los estudios teóricos de la danza, permite ocuparse de los intereses teórico-prácticos del arte danzario general. Al tiempo, tributa a líneas de investigación de programas ramales de Investigación de la Creación Artística y Literaria, desde los asentados en el Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, en la dirección de Ciencias del Ministerio de Cultura de Cuba y el principal de la Facultad Arte Danzario de la Universidad de las Artes.

Los proyectos investigativos resultantes de este programa se construyen alrededor del amplio escenario del arte danzario y su multiplicidad de prácticas, en transversalidad acorde a las líneas de investigación de la Maestría: Teoría, análisis y crítica de la Danza / Lenguajes y procesos creativos en la escena contemporánea / Manifestaciones músico-danzarias de la cultura popular tradicional y Modelos de promoción y gestión cultural aplicados a la Danza.

La influencia de los resultados de investigación y del trabajo científico metodológico vinculado al programa en este tiempo de vigencia del mismo, es evidencia de cómo la renovada tradición científico-metodológica alcanzada por la Facultad Arte Danzario, unido al acelerado, competitivo y demandante desarrollo del conocimiento científico que caracteriza la época actual y que recaban para su abordaje teórico, metodológico y práctico, de un trabajo científico inter y transdisciplinar que, hoy por hoy, concreta el hacer del claustro docente y la misión verídica de fortalecer la calidad en la formación y superación de profesores e investigadores, todo lo cual sentó las pautas en el diseño inicial del programa y en la actualización sistemática que de manera denodada se acomete hoy por hoy para correr con los tiempos presentes.
Sí, de este momento, cuando las responsabilidades de las ciencias y su eje rector desde la academia van favoreciendo alumbramientos oportunos para vivir el presente no solo con lo ya conquistado, sino con lo que se va produciendo, ensayando, errando, sistematizando en el día a día de la creación. Creación amplia, plural, vivencial y experiencial, con el crédito de producir expresión comprometida y responsable. Los programas de asignaturas que integran la METD responden, tanto a los estudios y resultados investigativos previos del claustro altamente calificado que los imparte (en su gran mayoría doctoras y doctores, profesores y profesoras titulares o expertos con una obra sólida), como también a una retroalimentación constante dentro los procesos de formación posgraduada que se ha promovido en nuestros diversos ámbitos, hecho que ha permitido ir progresando y perfeccionando académicamente el proceso de ejecución de los cursos durante su desarrollo en cada módulo.

Tribunas expositivas como pudieran ser el Festival de las Artes del ISA, las publicaciones editoriales de la Universidad (revistas Cúpulas, Ensayo, la naciente ISArte), el boletín Danzar.Cu, voz de la Cátedra Honorífica Danzar.Cu; los fondos de la Digitoteca de la Danza, el Observatorio Cubano de la Danza, el Fórum Estudiantil Danza al Descubierto, entre muchas acciones dentro y fuera del campus universitario, constituyen asimismo, patentes que el Programa de la Maestría en Estudios Teóricos de la Danza ha posibilitado como elevación de la calidad y desempeño de docentes y maestrantes como historiadores, críticos, teóricos, profesores y hacedores de la danza, a partir del fortalecimiento de los contenidos de las materias de cada módulo y jerarquizando la investigación y su aplicación a la creación danzaria. La socialización de los resultados investigativos de profesores, tutores y egresados se ha visibilizado a través de las actividades artísticas, las publicaciones, la participación como ponentes en eventos nacionales e internacionales, con la obtención de premios y distinciones.

2024, todavía en el más allá de sus temporalidades cargadas de paradojas, al interior y al exterior de los procesos formativos en el ISA y en el acompañamiento permanente de la creación, la investigación, la promoción, la crítica y salvaguarda de la contemporaneidad en la danza cubana que está de fiesta por los sesenta y cinco años de permanencias, urge seguir convocados por el infinito presente y los desafíos de la investigación. Al decir de Aristóteles, el saber dudar a tiempo es primordial para quien desee alcanzar una certeza. Solo así, los estudios superiores generados hoy desde la academia, propondrán hacer de la práctica como vía que da materia a un pensamiento que se piensa y se practica.

Foto cortesía del autor