
Memoria De La Realidad *
Este texto se ocupa, e insiste, en el último lustro del teatro cubano, en particular en las expresiones de varios grupos teatrales, de todo el país, que construyen una escena de alto contenido político.
Este texto se ocupa, e insiste, en el último lustro del teatro cubano, en particular en las expresiones de varios grupos teatrales, de todo el país, que construyen una escena de alto contenido político.
Imposible será valorar el arte de la danza del siglo XX sin ubicar el aporte que la danza africana ha ofrecido a un nuevo estilo que ha roto con las convenciones académicas para asimilar toda la cultura danzaria del mundo en su largo trayecto de siglos.
Milián se aleja de la chismografía, de la mera anécdota (aunque las hay, por supuesto, muchas y buenas) para intentar una reflexión a distancia de un carácter difícil e impredecible que por ello, teñía de ese “color” la relación con su admirado compañero de comidas y salas teatrales; creo lo consiguió a plenitud.
Esta vez, Christian Medina Negrín nos comparte uno de sus textos ilustrados con algunos de los bocetos que se realizaron para la puesta en escena. Más adelante podrá disfrutar de otro de los textos del autor.
La experiencia y acción de los cuerpos en la dinámica del acontecimiento escénico resulta un pretexto en la aproximación de intereses y deseos de las corporalidades. Nuestros sentidos y la intervención en diversos procesos ofrecen un archivo vivo, que nos permiten rastrear, replantear, volver a vivir acciones transformadoras en múltiples posturas.
Ha muerto, más que una mujer, o una artista, una leyenda. O mejor dicho, la persona que engendró esa leyenda que, como las grandes, no muere, sino que crece y vive en el tiempo.
No la vi partir. Pero aquella fue una lección de técnica teatral y de vida, de altura moral y de respeto a su público. Y para mí un recuerdo inolvidable.
Rosa Fornés, el nombre artístico –que pasará a la posteridad– de Rosalía Palet Bonavía, nacida en Nueva York el 11 de febrero de 1923, de padres españoles radicados en Cuba, pasó a la gloria definitivamente en la madrugada del diez de junio, a sus noventa y siete años, dejándonos como legado su arte y su inmenso amor por Cuba.
Justo cuando la escena cubana vive un momento de estupor, tras la parálisis a que nos lleva la pandemia de covid-19, se hace importante detenernos y así, de soslayo, mirar atrás. Sí, quizás a los tantos años acumulados de creación en nuestra danza escénica espectacular. En 2020 todavía repercuten los sesenta años elogiados en el movimiento de la danza moderna cubana, nacida junto a la Revolución en 1959; la impronta de Ramiro Guerra y su reto de lanzarnos a la modernidad y apertura hacia zonas desconocidas en la práctica danzaria.
"Siempre seré guantanamero, esté donde esté, defendiendo estas raíces, esta identidad, que me hace, y enorgullece. Siempre viajo a mi semilla, retorno, regreso, porque creo en Guantánamo."