El Noticiero Cultural de la Televisión Cubana centró sus debates, en su sección Contrapunteo, en los retos de la crítica teatral. El periodista Daniel González Cabello ofreció un primer acercamiento al tema el lunes 20 de enero de 2020.
Existe un variado universo teatral en nuestro país. La creación teatral ocupa un importante espacio en el panorama cultural de la Isla, y la crítica desempeña un papel fundamental en la producción escénica, en el mejoramiento de las propuestas de las artes escénicas. Pero, qué retos tiene hoy la crítica teatral.
La crítica Marilyn Garbey comenta que se debe “ser capaz de convencer a los que leen o escuchan la crítica con argumentos sólidos. Esa es una clave de la crítica, porque más allá del criterio personal, si eres capaz de explicar con fundamentos por qué tu criterio es ese, más allá de las discrepancias, te respetan”.
Norge Espinosa, destacado crítico teatral, indica que “la responsabilidad máxima del crítico tiene que estar en ese compromiso con las artes escénicas, en ayudar a entender los espectáculos y explicar qué puede ser perfectible en ellos, y sobre todo qué aporta un espectáculo en particular, o un evento, o un hecho teatral, a la noción de cultura de todo el país”.
El ejercicio de la crítica debe estar alejado de compromisos, ser veraz y contribuir a un teatro más valioso y atractivo. ¿Existen suficientes críticos? ¿Se hace suficiente crítica teatral en los medios de comunicación?
“Yo creo que –asevera Marilyn Garbey– es responsabilidad, en primer lugar, de los medios, que no convocan a las personas que han estudiado Teatrología en la Universidad de las Artes (ISA), por ejemplo. Que no convocan a periodistas que acompañan al teatro habitualmente. Hay personas capaces de dialogar y proponerle al público que sigue a los medios lo que sucede en el teatro. La responsabilidad creo que es de los medios, y lo subrayo. Creo que sí hay suficiente talento en Cuba. Hay personas de mucha experiencia y se sigue formando jóvenes muy talentosos dispuestos a ser cómplices de la gente de teatro. Los medios debieran convocar a esas personas. Se pueden crear secciones en espacios de la televisión cubana, porque en la radio hay varios, donde se dialoga sobre el teatro y la danza. La televisión debería darles voces a los críticos de teatro y danza.”
Por su parte, Norge Espinosa, explica: “Teniendo Cuba el privilegio de tener una escuela que forma críticos, cosa que es muy rara en el mundo, no solamente en nuestro hemisferio, deberíamos aprovechar eso más. Estos teatrólogos, los críticos formados, los que tienen una mirada, por sus estudios, directamente relacionada con la naturaleza teatral, deberían estar, en efecto, más relacionados con la prensa, que legitima voces autorizadas en función de crear patrones de apreciación y de entendimiento, pero es una gran carencia”.
La crítica teatral debe comprenderse como un ejercicio de mejoramiento de la creación escénica y no como acto destructivo. Es la crítica una herramienta para mirarnos por dentro y perfeccionar nuestra creación escénica.
“Muchas veces, –dice Norge Espinosa– cuando la crítica intenta hacer su labor de manera más honesta, pueden herirse sensibilidades. El narcicismo de los creadores puede ponerse, de pronto, en tela de juicio, y se ha ido confundiendo, en una especie de diálogo de sordos, la labor de la crítica con el halago, el elogio, con una visión impresionista de lo que un espectáculo nos produce. Hay quien piensa que la crítica puede reducirse a “me gustó”, o “no me gustó”. Yo he aprendido a respetar espectáculos que en mi gusto tal vez no tuvieran cabida, pero en los cuales reconozco que hay elementos de talento, rigor, que me hacen respetarlos.”