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Verónica Lynn, un diálogo de experiencias stanislavskianas

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Por José Omar Arteaga Echevarría / Fotos Alejo Rodríguez

Con el entusiasta recibimiento en la Academia Vicentina de la Torre, tuvo lugar el espacio “Diálogo con Verónica Lynn. Experiencias stanislavskianas”, conducido por la investigadora Yana Elsa Brugal, donde la Premio Nacional de Teatro 2003, conversó acerca de su labor actoral encaminada en el método de Stanislavski, revisitando roles principales que han patentado su carrera artística.

Para Verónica Lynn el sistema stanislavskiano se convirtió en herramienta personal, cada personaje que interpreta muestra la seriedad y empeño con que realiza su construcción. Cuenta como desde niña tuvo claro que enrumbaría su vida por la actuación, sus comienzos en la televisión de forma empírica. “Soy de una generación que tuvo unos referentes de los mejores de Cuba, muy buenos actores y actrices”. Continúa rememorando sus inicios en el teatro vinculados a importantes directores como Carlos Montesco, Alfonso Silvestre, Andrés Castro, Adolfo de Luis, entre otros que contribuyeron a su formación y crecimiento en esta etapa inicial donde interpretó personajes en obras como Lluvia, Antígona y otras puestas en escena importantes en el contexto que se enmarcó ese teatro de salitas de los años 50.

Como pie forzado, la investigadora teatral condujo la dinámica del encuentro hacia Santa Camila de la Habana Vieja, iniciando este momento con la proyección de una escena de la obra. Verónica refiere cómo en el proceso de montaje Adolfo de Luis fue un director esencial en cuanto a la construcción de este personaje. “Adolfo me abrió el diapasón de conocimientos sobre Stanislavski. Tras el primer Seminario de Dramaturgia llegan las obras de Brene, fue la primera vez que tropecé con un personaje contrario a mí. Camila es mulata, santera, vive en un solar, sin embargo, mi Camila no era el arquetipo, era un ser humano. Digo ‘mi Camila’ porque cada actriz pasa el personaje por su experiencia de vida y su personalidad, ninguna Camila es igual a otra”.

Gerardo Fulleda León, dramaturgo, Premio Nacional de Teatro 2013, invitado de esta cita teatral agramontina, intervino desde el público para apuntar una anécdota que cambió el curso en la interpretación del personaje. Estaba planteado en el texto que Camila se va dejándolo todo atrás; sin embargo, en la puesta en escena, la Camila de Lynn regresa y se lleva sus santos, lo que significó un giro importante en la dramaturgia del personaje y marcó un precedente en el teatro.

“Mi Camila es una mujer simpática, pasional, que ama a su hombre y a sus santos por encima de cualquier cosa, no podía irse y dejar atrás a sus santos”, anota Verónica que agradece también la construcción de este rol a Wanda Garatti, profesora e intelectual italiana que le hizo notar algunas acciones físicas y detalles que se hicieron parte de las características y las acciones físicas de su Camila.

Tanto Santa Camilacomo Aire frío se estrenan en 1962, la primera en julio dirigida por Adolfo de Luis y la segunda en noviembre con dirección de Humberto Arenal. La actriz se encontró ante dos personajes diferentes, en contextos diferentes: “Yo viví la realidad de Luz Marina, en mi casa. Como tenía todavía a Camila muy cercana comencé a vigilar toda la gestualidad para no repetirme, uno debe llevar la acción interna a la vez que la externa y velar por ello”.

“El actor se concentra, pero no se abstrae, hay una identificación del personaje, un nivel de concentración, uno está consciente de lo que pasa a su alrededor. Cuando sucede algo que no estaba planificado hay que tener las herramientas para solucionarlo en la escena. Es saber entrar y salir constantemente, no del personaje, sino en él para resolver las situaciones inesperadas que se puedan presentar, eso es estar concentrado, abstraerse provocaría que se perdiera”.

Con la proyección de dos escenas de la película La bella del Alhambra, Yana Elsa dirigió la conversación hacia las circunstancias dadas del método stanislavskiano y como el personaje de la madre de Rachel cambia durante el largometraje.

“El reto principal fue hacer el rompimiento”, refirió la actriz,al comienzo es esa madre sola que crió a su hija y que lava para la calle. Tiene una relación con un hombre que es prácticamente su chulo, ella se sabe firme todavía, siente deseos. Me gusta mucho la segunda parte del personaje, las distintas maneras de aplaudir en el teatro, eso lo estudié por un tiempo. El actor trabaja y organiza el trabajo desde el preconsciente, luego lo lleva a la escena desde el consiente, esto lo aprendí con Ramón Calzadilla, un psicólogo con el que dialogábamos ampliamente sobre la relación del método de Stanislavski y la psicología del actor”.

Continuó el diálogo con el visionaje de una escena de Retrato de familia de Humberto Padrón (2001), donde interpretó a una madre, en una casa cubana donde convergen varias generaciones y el padre es la figura central, quien tiene el poder. El conflicto está dado a partir de un hijo de la pareja que emigra a los Estados Unidos y se descubre su homosexualidad.

“Todo se hizo dentro de aquella casa, los ensayos, todo. El elenco lo sentí como mi familia, todavía lo veo y me emociona, el personaje es esa madre como una fiera defendiendo a los cachorros”, subrayó la Premio Nacional de Teatro.

Ante el cuestionamiento sobre cómo percibe la diferencia entre el teatro y la televisión, Lynn responde: “El teatro te permite todo un tiempo de preparación, la televisión no, todo es inmediato, hay que agilizar esos procesos. Los programas Teatro en televisión eran un verdadero reto ya que todo sucedía muy rápido”. Recordó también el rol de Doña Teresa, que había estudiado con anterioridad, fue una búsqueda y construcción que la marcó.

“Hay que buscar en Stanislavski, siempre, aunque la premura de la televisión te obliga a la rapidez, el actor no se puede acomodar, esto es imperdonable”, agregó.

Para finalizar el recorrido por la vida artística de la versátil actriz, merecedora además del Premio Nacional de Televisión en el año 2005, fue presentada una escena de Candelaria, largometraje dirigido por el colombiano Jhonny Hendrix Hinestroza en 2017, cuyo desempeño en el papel protagónico le valió una nominación en los Premios Macondo, otorgados por la Academia Colombiana de las Artes y Ciencias Cinematográficas. Yana Elsa Brugal propuso a Verónica  Lynn hablar sobre la naturalidad y la organicidad del actor a partir de sus experiencias.

La actriz deja claro que no es lo mismo naturalidad que organicidad: “Hay actores y actrices que logran ser naturales, pero no orgánicos o viceversa, requiere experiencia y estudio entender cómo llegar a estos niveles. Stanislavski fue el primero que sentó las bases, muchos directores venían trabajando desde sus maneras de concebir el teatro, sin embargo él es quien organiza. El sistema de Konstantin Stanislavski es continuidad, va creciendo”.

“Amo la actuación, he dirigido mucho teatro de aficionados. Mi esposo era buen director y actor, podía dirigir y actuar, yo no puedo hacer eso, confiesa, El sueño de Pedro Álvarez, mi esposo, era tener un grupo de teatro. Hacíamos teatro comunitario cuando en Cuba no se hablaba de eso. Íbamos a fábricas, telares, talleres…, nuestro interés era buscar gente que le gustara y aprendiera sobre el teatro. Cuando se crearon los grupos de teatro, fundamos Trotamundos en 1989, que se ha mantenido porque es parte de la vida de mi esposo, he hecho cosas con el grupo y espero hacer más”.

Con un llamado a la unidad entre los teatristas, al diálogo sobre procesos y maneras de concepción de los personajes y las puestas en escena, se despidió Verónica Lynn, quién con su sapiencia ofreció una conferencia magistral sobre el método Stanislavski a partir de distintos roles interpretados durante toda su vida en diferentes medios.

A esta actriz está dedicada la Jornada Ciudad Teatral. Camagüey le ha brindado el agasajo que merece esta mujer del teatro cubano, en cuya piel están disímiles personajes que viven en la memoria popular. El aplauso de estudiantes, profesores de la Academia Vicentina de la Torre, actores y actrices, directivos y demás personas que participaron en este encuentro matutino, significó el agradecimiento por el arte sublime que ha brindado siempre.