Concluyó el 18 Festival Internacional de Teatro de La Habana y, a pesar de las dificultades económicas por las que atraviesa el país, las salas teatrales de la ciudad acogieron por estos días una diversa muestra de espectáculos escenográficos.

Dentro de ellos, el teatro para niños tuvo su espacio. Típico amplificador de valores universales, a la vez que aliento para el disfrute infantil, teje historias inteligentes y dignas de ver.