Por Magda Iris Chirolde López
Alas Teatro no deja de explorar en los conocidos temas tabú de la sociedad. Una vez más incorpora en su repertorio obras relacionadas con la violencia familiar, el divorcio y las diferencias generacionales, entre otros tópicos.
Respecto a su último estreno, Dora dibuja caracolas, el teatrólogo y asesor teatral de Teatro Rumbo, Aliocha Pérez Vargas, manifiesta que “el maltrato infantil en todas sus variantes, la precariedad económica y las diferencias de clases, son las claves usadas por el dramaturgo y periodista español Tomás Gaviro Ponce, para erigir un texto en el que la dureza temática es compensada con un lenguaje tierno que no deja de resaltar valores propios de la infancia: amistad, inocencia, la posibilidad de borrar prejuicios y circunstancias dispares”.
Los niños Dora y Pablo logran construir un universo donde sus anhelos son perceptibles, a pesar de sus diferencias contextuales. En la puesta en escena la imaginación se torna refugio contra la dureza de lo cotidiano, mientras que el juego y la fantasía devienen instancias liberadoras.
Aliocha Pérez afirma en su crítica que la puesta en escena no oculta el artificio. “El énfasis en lo visual, el empleo de un dispositivo escenográfico capaz de transfigurarse en múltiples formas y niveles; el vestuario como prolongación del ciclorama, la ausencia de una intensión figurativa y mimética en los diseños, unido al efectismo y la sorpresa como recursos para atrapar la mirada inquieta de los infantes, son constantes en el discurso espectacular de Doris Méndez y su tropa de talentosas artistas”.
Alas Teatro intenta que todas sus obras sean exclusivas. Laboriosidad, responsabilidad, amor, dedicación y superación hacen de un colectivo ganador de diversos lauros, pero, sobre todo, de un público que lo aclama.
Dora dibuja caracolas, como otras experiencias de la agrupación pinareña, confirman el compromiso y el rigor de un colectivo que apuesta por el buen gusto en sus producciones.
Cito nuevamente al teatrólogo Aliocha Pérez: “cada obra llevada a escena va más allá de su belleza formal, nos prohíbe dejar de soñar”.
Fundando en 1998, en Pinar del Río, la agrupación ha establecido un laboratorio permanente en la búsqueda de nuevos presupuestos estéticos basados en el espectáculo titiritero.
Sus puestas se caracterizan por la creatividad e investigación, donde combinan el trabajo del actor con los títeres como recurso estructural del texto en intercambio con el público.
Fotos tomadas del perfil de Facebook de Alas Teatro