Romy Rodríguez: “La Danza En Cuba Es Soberbia, Fuerte, Inquieta, Y En Constante Renovación»

“La teoría ha complementado mi formación como bailarina”, es lo primero que me dice Romi Rodríguez Velázquez (Pinar del Río, 1999) cuando le pregunto cómo se han imbricado en su formación los estudios teóricos.
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Por Edgar Ariel

“La teoría ha complementado mi formación como bailarina”, es lo primero que me dice Romy Rodríguez Velázquez (Pinar del Río, 1999) cuando le pregunto cómo se han imbricado en su formación los estudios teóricos.

Romy es bailarina en la compañía Danza Teatro Retazos, y a la vez cursa el tercer año de Estudios Danzológicos en el la Universidad de las Artes de Cuba (Isa).

“Cuando se vive de a lleno el hecho de bailar –comenta Romi– en muchas ocasiones descuidamos lo teórico. Desde el nivel elemental se nos enfatiza más en las asignaturas prácticas para así vencer los requisitos técnicos de esa etapa.

“Los objetivos esenciales son aprobar, graduarnos e incorporarnos a una compañía profesional de danza. En mi caso, siempre tuve inquietudes por estudiar y conocer sobre lo que iba a hacer, sobre el arte de bailar: tendencias, técnicas, líneas estéticas, compañías y figuras relevantes, por eso opté por la Danzología. Fue la manera que encontré para unir estas dos variantes de la danza, lo teórico y lo práctico.”

¿Pero estudiaste nivel elemental, ballet, verdad? ¿Por qué no continuaste la carrera?

“Sí, estudié nivel elemental de ballet en la Escuela Vocacional de Arte de Pinar del Río. Cuando estaba en cuarto año existían altas probabilidades de que el grupo de quinto aprobara el pase de nivel. No fue así. Entonces, al año siguiente, cuando nos tocaba a nosotros, los maestros debían prepararnos con mayor rigor con vistas al examen. Sin embargo no lo hicieron por falta de interés, al igual que el año anterior.

“Yo y otra muchacha aprobamos el “prepase”, pero no nos trajeron a La Habana al pase de nivel. Al verme en esa situación, mi prioridad era graduarme de duodécimo grado y terminé mis estudios en un preuniversitario. Durante ese tiempo seguí entrenándome y bailando en cada oportunidad que tuve. Nunca renuncié a mis sueños.”

Foto: Alex Zyuzikov

¿Qué experiencias tienes con la enseñanza de ballet?

“Cuando empecé a estudiar me di cuenta que esta carrera exige una gran disciplina, fuerza de voluntad, rigor y responsabilidad con tu cuerpo, para lograr la limpieza técnica, depurada, que requiere el ballet. Sin duda aprendí todo eso, y más.

“Gracias a las clases de Repertorio y Composición se despertó en mí el interés por la creación, descubrí que podía moverme de otra manera, y que el ballet no era el medio idóneo para expresarme.”

¿Hoy haces danza contemporánea en Retazos, por qué decidiste trabajar con esta compañía?

“Porque desde la primera función que vi en su sede, en un homenaje a Ingmar Bergman y su obra maestra El séptimo sello, me enamoré de su estilo, de la gestualidad y teatralidad en sus movimientos. No se parecía a ninguna de las otras compañías que había visto antes, ni en la fisicalidad, vestuarios, imagen, o en la forma de tratar una idea.

“En ese momento supe que era el tipo de danza que quería hacer. Comencé en los talleres que impartía la compañía y, luego de un tiempo, logré formar parte de su elenco.”

¿Una vez me dijiste que ese era tu sueño, bailar en Retazos, por qué?

“Sí, ese era mi sueño. Y ya lo estoy cumpliendo. Me cautivó e interesó su trabajo, su manera de decir, de concebir la danza. Me siento cómoda y me identifico totalmente con lo que hacemos, aunque no deja de ser un reto, y me falte mucho por aprender.  Amo mi compañía y me siento orgullosa de formar parte de ella.”

¿Romy, hoy para ti qué son los Estudios Danzológicos?

“Para mí los Estudios Danzológicos es una especialidad diseñada y dirigida a todo el que de una forma u otra le interese, realmente, incursionar en la investigación, historia, crítica y teoría de la danza.”

Cuál es la función, o funciones, de un danzólogo.

“Las funciones y caminos a tomar son muchos en el campo teórico. Según nuestras preferencias o habilidades podemos optar por la investigación, crítica, teoría, periodismo, relaciones públicas o la enseñanza. La especialidad nos brinda el conocimiento teórico y las herramientas suficientes para poder desempeñarnos en cualquiera de estos roles que nos sean afines.”

¿Cuáles crees que sean las principales ventajas y dificultades de la academia de Danzología en Cuba?

“Entre las ventajas que tiene, en primer lugar, es ser la primera plataforma dirigida específicamente a la formación de verdaderos teóricos especializados en danza. También contamos con un claustro de profesores conformado por varias de las figuras con vasta experiencia y una larga y sólida carrera en el medio. Gracias a ellos, y a las instituciones culturales que apoyan la carrera, nuestros trabajos pueden ser publicados en revistas especializadas.

“Contamos con el evento De la memoria Fragmentada, en el cual tenemos la oportunidad de intercambiar conocimientos y diferentes opiniones sobre el mundo de la danza, con invitados nacionales e internacionales. Este evento se desarrolla de forma bienal. Además, nuestra Facultad, que pertenece al Isa, está situada en el epicentro del movimiento cultural más fuerte y rico del país.

“¿Qué dificultades le veo? Es una especialidad joven, con pocas graduaciones. Aún se están perfeccionando los programas de estudio. Falta una mayor y mejor promoción por parte de la Facultad para atraer a nuevos interesados.

“Creo que otro de los temas a mejorar, y tener en cuenta, es la inclusión de las asignaturas prácticas desde los primeros semestres, para poder entender y experimentar lo que luego se va a escribir.”

¿Cuáles son los imaginarios que dominan, a tu entender, la Danzología en Cuba?

“A mi entender, la Danzología aspira a consolidarse plenamente. A ser una cantera de buenos teóricos de la danza. Que se cuente con un movimiento profesional que abarque toda la Isla y sea reconocida a nivel internacional.”

¿La carrera cumplió tus expectativas?

“Hasta el momento, sí. Pero todavía me faltan dos años para graduarme y tener una opinión real sobre la carrera.”

¿Qué opinión tienes sobre la crítica de danza que se ejerce en Cuba?

“Aún le falta mucho camino por recorrer. Todavía se hacen críticas basándose en modelos tradicionales. En las publicaciones se aprecian valoraciones superficiales del hecho escénico. Existen muy pocas voces dentro de esta rama capaces de interiorizar la pieza para emitir su criterio de una manera diferente.”

Foto: Alex Zyuzikov

¿Qué compañías, coreógrafos, y bailarines son los que más te interesan?

“Me interesa y me gusta mucho el trabajo que hacen Retazos, Mi compañía, Malpaso, Los Hijos del Director, y Danza Contemporánea de Cuba. Por tanto me interesa el trabajo de sus respectivos coreógrafos. Sus repertorios muestran, aparte de una amplia variedad y exquisitez, que hay una buena investigación y curaduría a la hora de concebir y escoger sus propuestas escénicas. Respetan y definen en cada obra sus líneas poéticas.

“Aparte de los coreógrafos ya consolidados de cada una de estas compañías, también me parece interesante las creaciones de Miguel Azcue, Beatriz García, Norge Cedeño, Raúl Reinoso, Esteban Aguilar, Yoel González, Jorge Ramírez (El niche), por solo citar algunos.

“Hay muchos y buenos bailarines cubanos, pero los que más me dejan sin aliento y admiro son Osnel Delgado, Abel Rojo, Dunia Acosta, Carla Araújo, Alina Ramírez, Lisset Galego, Thais Doimeadiós, Yasser Domínguez, Julio León, Yanelis Godoy (Triniti), Thais Suárez, Dianet Lobaina, Erismel Mejías… y el famoso Macarela.

Cuéntame del trabajo que haces con niños con diversidades funcionales. Es un trabajo muy sensible. Quiero que me hables de esto.

Gracias a mi nivel elemental de ballet y estudiar en el Isa me llegó la oportunidad de formar parte del proyecto sociocultural Cuenta Conmigo. Les imparto clases de psicoballet a niñas y niños con diversidad funcional.

“Desde la primera visita a la casa de cultura donde radica el proyecto venía ya con la curiosidad de cómo sería la experiencia. Desde el primer encuentro con ellas me sorprendió y motivó ver que eran niñas muy inteligentes, cariñosas, esforzadas y, aunque a veces “malcriadas”, te tocan el alma.

“Es admirable y difícil llevar un proyecto de este tipo, tanto para ellas, los padres y nosotros. Me enorgullezco de nuestros logros. Estar con ellas, compartir y formar parte de sus vidas, es algo que me ha sensibilizado aún más con sus sueños. Me ha marcado.”

¿Si te pidiera que describieras, someramente, el movimiento de la danza en Cuba, qué me dirías?

“Creo que hay un movimiento grande de danza en Cuba. Es soberbio, fuerte, único, inquieto, en constante búsqueda y renovación. Nos identifica por la riqueza y variedad que existe en cada uno de los diferentes estilos danzarios, creaciones, bailes populares y urbanos. La danza cubana sigue siendo reflejo de nuestras raíces y a la vez enriquecida por tendencias foráneas. Cuba es una isla que baila.

 

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