Luis Ernesto Doñas, segundo de derecha a izquierda, dirigirá La fille du régimen, que se presentará los días 13, 14 y 15 de diciembre en la sala Federico García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Por Edgar Ariel
Luis Ernesto Doñas dirigirá La fille du régimen para el Teatro Lírico Nacional de Cuba. Conversamos, con un poco de premura, en uno de los camerinos del teatro Carlos Marx.
Al preguntarle por su interés en La hija del regimiento, ópera cómica en dos actos de Gaetano Donizetti, casi con severidad me dice que no, que así no se dice, que se dice en francés: La fille du régimen.
En francés, entonces, le digo. Y me dice: “Debe ser en francés. Me parece un provincianismo decirlo en español. Sí, para que en Europa no piensen que aquí somos menos. Aquí haremos La fille du régimen, como debe ser.”
Su francés es exquisito, el mío no. Sé, ahora que lo pienso, al menos tres palabras en francés. No me enorgullezco, lo admito. Para mí el francés es un sueño. Yo quisiera leer Los miserables en francés, y todo Derrida. Pero en Cuba quisiera que La fille du régimen fuera La hija del regimiento.
Me parece un pensamiento colonial, contradigo. Él también contradice: “no tiene nada que ver con eso, la versión que presentaremos de La fille du régimen, los días 13, 14 y 15 de diciembre en la sala Federico García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso será muy cubana. Los diálogos serán en español, y el imaginario simbólico que predominará estará muy relacionado a la iconografía nacional”.
“Esta presentación de La fille du régimen es una coproducción entre el Teatro Lírico Nacional de Cuba y la Fundación Donizetti. La visualidad general de la obra será muy plástica. Desde la Fundación Donizetti me pedían que hiciera una versión a partir de la tradición heroica de la Revolución cubana, yo pacté, negué y asentí. Esta obra fue un verdadero fenómeno en Francia por verse en su tiempo como emblema de la exaltación patriótica. Mi versión conlleva esa tradición y otras. No pretendí hacer un acercamiento realista ni historicista. Mi versión, además, contraviene esas tradiciones”.
Primer acto. Campo de batalla. María promete casarse con un camarada del regimiento. Con Tonio, un campesino. “En el primer acto, como en gran parte de la obra, predominará una visualidad pop con obras de Raúl Martínez como resortes significantes. Los diseños escenográficos son de Denia González, y el de vestuario de Maykel Martinez. Quise utilizar códigos del teatro vernáculo con actores del Teatro Lírico Nacional muy talentosos, incorporando gestos, aptitudes, palabras y giros de la cotidianidad de la nación”.
Segundo acto. Castillo de Berkenfeld. Marquesa. Subteniente. Casamiento. “En el segundo acto se trabajó bajo el concepto de lo mercantil, del código de barras”. Parece un poco tenebrista el segundo acto. Tenebrista no, me dice, sombrío, tal vez.
“En los papeles protagónicos estarán Johana Simón, Bryan López, Harold López, Maite Milian, Conchita Franqui, Dayami Pérez, Maite Galbán y Zoila Jiménez. Yo siento mucha necesidad de depositar en Cuba todo lo que he aprendido estos dos años en Europa, sobre todo en el Teatro de la Ópera de Roma.”
“Queremos, con la ayuda de Yhovani Duarte, director del Teatro Lírico Nacional, regenerar la tradición lírica en Cuba, un poco nublada en los últimos tiempos. Queremos colorar la ópera en Cuba en el lugar que se merece. En el que debe estar. Queremos que la ópera que se hace en Cuba se parezca a la ópera que se hace en los mejores escenarios de la ópera en el mundo. A más de 50 años de fundado el Teatro Lírico Nacional de Cuba, queremos revitalizarla.”
Fotos tomadas de la ágina en Facebook del Teatro Lírico Nacional de Cuba TLNC
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