Texto y foto Fiorella Franco
“Cada año el Festival del Caribe tiene nuevos retos. Me satisface siempre porque en Macubá, en las noches, tenemos la Peña, que es un espacio nuestro de muchos años, donde van teatristas, cantantes, grupos danzarios, yo hago historias, pero tratamos de tener un jibe para cernir lo mejor de lo que viene por estos días”.
Como cada año, Fátima Patterson, Premio Nacional de Teatro, junto a su grupo Macubá abre puertas a las manifestaciones artísticas de cualquier índole, aunque ellos defienden, como anfitriones en el Café, el teatro, el caribeño. Ahora con la puesta en escena nuevamente de La Casa. Una rememoración a Lorca y su Bernarda, pero esta vez llevada a Cuba, a Santiago, a su barrio Los Hoyos. Una Casa pretexto para reflexionar de manera humana sobre los espacios internos de cada persona.
“En estos momentos es mucho más importante. Durante mucho tiempo lo hemos hecho, y creo que de las 39 ediciones del Festival del Caribe solo he dejado de estar en una y porque estaba fuera de Cuba, pero en todos los tiempos la intención ha sido esa, o hemos estado nosotros solos (Macubá) haciendo un espectáculo a partir de todas las tradiciones de la cultura popular tradicional, y en otros momentos hemos invitado a otros artistas a que estén con nosotros en ese espacio, que es un espacio de respeto, de confrontación artística, para brindarle lo mejor de lo que tenemos al público santiaguero y de todo el Caribe que viene a esta hermosa fiesta”.
Fátima Patterson se siente más comprometida, regresa del IX Congreso de la UNEAC y las exigencias son mayores, pero ella y su grupo teatral han mantenido la brújula en la dirección correcta.
“Hay una frase que dijo el presidente y es muy importante, hay que retomar la decencia, hay que acabar con la mediocridad, borrar la chabacanería que es una manera de indecencia, y redundo, y no me importa redundar porque es una manera de hacer hincapié en este fenómeno, en esta rémora que tenemos de cosas feas”.
La cultura cubana, a partir de lo planteado por los delegados y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en el Congreso, implica desafíos para los artistas, y Fátima, que ha defendido de manera constante la lucha contra lo banal, no es la excepción.
“A mí no me sorprende ni hace que cambie muchas cosas en el Café Teatro Macubá, la sede de nuestro grupo, al contrario, reafirma lo que hemos venido haciendo y lo pedido a los artistas durante mucho tiempo. Nuestra nación necesita, se merece lo mejor del arte y la cultura, eso nos hace más independientes, nos afianza como líderes en el Caribe. Esa también es mi responsabilidad como artista y como intelectual”.
Tomado de La Jiribilla
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