Ernesto Armiñán: la virtud hecha danza

image_pdfimage_print

Por Katiuska Betancourt y Pascual Díaz Fernández

La Revolución Cubana ha aportado muchos protagonistas en los más diversos planos de la vida de la nación. Nuestras figuras representativas son espontáneas, pero sus aportes han elevado, rescatado y transformado nuestra cultura en un tesoro formidable.

La cultura tiene, también, sus héroes. Ernesto Armiñán Linares (Santiago de Cuba 1949-2021), debe ser catalogado, en justicia, uno de ellos, por su dedicación, ejemplaridad, paradigma de espíritu de superación y esfuerzo en favor del conocimiento de la cultura oriental y de todo el caudal que emana desde las entrañas de nuestro pueblo.
Procedente de una familia muy tradicional y muy folklórica, su paso por el mundo artístico marcó su vocación de caminante, desde muy niño y hasta el fin de sus días.
Gracias a la influencia de su barrio, de su gente, fundó siendo un infante el Conjunto Folklórico de los Pioneros en una escuela de su comunidad en Martí y Moncada. Con este conjunto montó Agua de Yemayá y la Tumba Francesa, para participar en el Festival Nacional de los Pioneros.
Con la creación en 1959 del Conjunto Folclórico de Oriente se sitúa en la escena santiaguera, buena parte de la familia Armiñán Linares, que se encargó junto a otros bailarines, cantantes y músicos, de rescatar las tradiciones folclóricas y populares de Santiago de Cuba. Se inicia como artista aprendiendo de sus hermanos Luis (percusionista), Nereida (cantante) y Bertha (bailarina y cantante).
Con apenas once años dirige coreográficamente el paseo de Eugenio Heredia, denominado Los caleseros del 60. Coreografió el cuadro de Los Indios, la Contradanza y el Danzón. Ahí supo que ese era su mundo, el de la coreografía, de miles maneras marcó la escena cubana siendo tan solo un niño y fue merecedor en aquellos momentos del segundo premio del carnaval.

Cursando estudios en la secundaria básica crea el Conjunto Folklórico de la FEEM. Florece como artista y participa en los festivales nacionales de la organización, siempre cosechando éxitos para el territorio santiaguero.
Para el año 1974 ingresó al servicio militar y también aportó en la fundación del grupo de danza del Ejército Juvenil del Trabajo.
Llega a la Escuela de Medicina a través de una persona a la que admiraba y agradeció siempre todas sus enseñanzas, Amalia Cué. Terreno fértil encontró en esta institución para materializar otro de sus grandes proyectos: el grupo danzario 3 de Diciembre. Con la fundación del mismo, Armiñán se sitúa entre los coreógrafos más notables en el ámbito nacional e internacional. Con su coreografía Coronación del Mayor Machet obtiene en 1984 el Gran Premio del Festival Nacional de la FEU.
Su paso por los Comité de Defensa de la Revolución, por la Universidad de Oriente, por el Sindicato Nacional de Marinas Mercantes y Puerto, la Facultad de Cultura Física, entre otras instituciones patentizaron la talla de este artista, de amplias potencialidades como cantante, docente, investigador y coreógrafo.

En 1989 trabajó como coreógrafo-asistente en el ballet Rito y Consagración de la Primavera dirigido por Jorge Lefebre, cuyo estreno mundial se realizó en el marco del Festival del Caribe en Santiago de Cuba, con las compañías Royal Ballet de Wallonie (Bélgica), Ballet Folklórico Cutumba y otros bailarines santiagueros.

En ese año participó también en el Festival Nacional de Danzas (Giraldilla 89) celebrado en Ciudad Habana con el grupo 3 de diciembre, con la obra La Fiesta de guamo y el baccín, donde obtuvo el Primer Premio. Posteriormente, el Ballet Folklórico Cutumba realizó una gira promocional por Martinica, Guadalupe y Curazao y, luego, el Ministerio de Cultura seleccionó al colectivo para formar parte del espectáculo que presentó Cuba en París, Francia, como saludo al bicentenario de la Revolución Francesa.

A propuesta de la Dirección Municipal de Cultura de Santiago de Cuba, comenzó a trabajar como coreógrafo principal del Ballet Folklórico Cutumba, lo que trajo consigo que se ampliaran sus potencialidades como coreógrafo. El colectivo contaba con excelentes bailarines, conocedores de folclor. En él, tuvo la oportunidad de trabajar junto a su tío Roberto David Linares, coreógrafo de gran talento, originalidad y fuerza expresiva.
Comentaba con mucho orgullo que cuando el comandante Fidel Castro realizó una visita al continente africano, eso trajo como consecuencia que muchos presidentes visitaran la Isla. Cada vez que esto sucedía, él con su grupo de pioneros los recibía, casi siempre en ese lugar cargado de simbolismo y patriotismo: La Granjita Siboney. Y este hecho marcó su vida desde muy joven y lo comprometía cada vez más con su cultura, su pueblo y sus tradiciones.

Se graduó en el Instituto Superior de Arte como Licenciado en Artes Escénicas con especialización en Danza Folklórica en 1995. Como muestra del desarrollo técnico-artístico alcanzado y del reconocimiento por las entidades culturales de la provincia y la nación, a finales de los años 90 asume la dirección artística y general del Cabaret Tropicana-Santiago.
Estrena, en 1999, la superproducción Viaje al Caribe. En 2004, realizó la Dirección artística y general del Desfile del Carnaval de Santiago de Cuba.
En 2006 acepta la propuesta del entonces Presidente del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, Julián González Toledo, como director artístico y general de una compañía de Variedades. Dirigió el espectáculo Santiago les saluda, para los participantes en la conferencia sobre la Diáspora Africana organizada por el Centro de Estudios Africanos Fernando Ortiz de Santiago de Cuba.

Armiñán ha investigado sistemáticamente el folclor. El Gagá en una comunidad haitiana en Granma; en Baracoa observó el Vodú, así como en Palma Soriano. De igual modo lo ha hecho en su propia familia. Ha desarrollado una metodología con la que ha trabajado consecuentemente durante más de veinte años.

Por otro lado, sus creaciones coreográficas pueden ser consideradas, siguiendo la propuesta de Ramiro Guerra en su Teatralización del folklore, como de recreación folklórica.

Armiñán jamás se alejó demasiado de la experiencia danzaria puramente folclórica; no desafía, ni transgrede el canon. Creó sus coreografías sin alterar las líneas fundamentales de los patakíes, rituales o leyendas de sustrato africano. Le interesó el trabajo de conjunto, los cuadros colectivos, en los que fusiona canto y baile, guiados por un solista.
Durante varios años, él, realizó este trabajo. Se puede decir que poseía una visión naturalista. Trata de tomar fotográficamente la realidad que recrea. Logró interesantes puestas en los más diversos tonos. Así tiene montajes como Papá Guedé, basado en una leyenda afrohaitiana, en el tono de comedia, cercano al teatro de relaciones santiaguero; El guamo y el baccím, una historia de amor juvenil; o la conocida representación de La Tumba Francesa, en la que combina tradición y originalidad. Otros muchos ejemplos pueden ser traídos a colación.

Tuvo Armiñán un destacado trabajo como coreógrafo, director artístico, promotor e investigador en eventos locales, provinciales, nacionales e internacionales como son, entre otros: Festival de Arte Popular (Ciego de Ávila); Festival de la Rumba y el Tambor (Matanzas); Wemilere, Festival de Raíces Africanas (La Habana); Festival de la Cultura Caribeña; Máscara de Caoba; MatamoroSon; Semana de la cultura santiaguera; Festival del Pregón; La Feria del Tivolí; Las noches culturales de la calle Heredia; Festival del Disco en Oriente; Jornada de las Artes Escénicas, UNEAC y Fiesta de la Danza, FIDANZ (Santiago de Cuba)..

El Ministerio de Cultura le otorgó la distinción por la Cultura Cubana (1996) y el Reconocimiento Centenario Juan Marinello (1998). La UNEAC le otorgó el Diploma Nicolás Guillén, en 2003. En Santiago de Cuba, el Instituto Superior de Ciencias Médicas, le otorgó su Diploma de Reconocimiento por el 45 Aniversario de la Docencia Médica, en 2006. La Dirección Provincial de Cultura de Camagüey le otorgó la Distinción Espejo de Paciencia, en noviembre 2006.

Fue profesor de la antigua Escuela Vocacional de Arte José María Heredia, de la Universidad de las Artes; de la Facultad de Cultura Física y del Instituto Superior de Ciencias Médicas, de Santiago de Cuba con categoría de Instructor.
Director artístico del Centro Provincial de la Música Miguel Matamoros. Ha sido director artístico y coreógrafo del Ballet Folklórico de Oriente y coreógrafo del Ballet Folclórico Cutumba; director artístico y general de Tropicana-Santiago y de la Compañía de Espectáculos Musicales ESCENARTE. Es miembro titular del Comité Internacional de Organizaciones Folklóricas y Presidente de Honor de la Cátedra de Danza Manuel Ángel Márquez, de la Filial del ISA en Santiago de Cuba.

Su trabajo como creador es un digno ejemplo del heroísmo cultural de nuestro pueblo.
Hoy la cultura cubana lamenta la pérdida de este incesante creador, que dedicó toda su vida al arte danzario en función de la Revolución. Su cadáver será expuesto en la funeraria de nuestra ciudad, a partir de las 8:00 am, del 7 de abril de 2021.