Por José Omar Arteaga Echevarría
Como es costumbre en cada Festival de Teatro de Camagüey, y este año en Jornada Ciudad Teatral, se dan cita directores, intérpretes, dramaturgos, investigadores y críticos para dialogar en espacio teórico sobre las diversas maneras de plantear el hecho creativo, así como otras cuestiones que convocan a los presentes a la arena teatral para exponer sus interioridades artísticas.
Esta jornada de febrero tuvo un encuentro teórico marcado por varios momentos significativos. El teatro como medio de representaciones sociales fue el taller impartido por la teatróloga y crítica Marilyn Garbey Oquendo, que contó con la asistencia de jóvenes actores, actrices y estudiantes de las escuelas de arte del territorio. La investigadora abordó el arte teatral como exponente de los conflictos humanos, respondiendo al contexto en el que se desarrolla el mismo. A partir de la construcción del conocimiento apoyado en las teorías de autores contemporáneos y la experticia de su conductora, en este espacio se debatieron temas relacionados con la sexualidad, la racialidad, la política, y otras cuestiones que atañen al individuo como ser social y que han sido llevados a la escena.
Sobre la historia del Festival de Teatro de Camagüey dialogaron investigadores y creadores que han estado muy cercanos al evento desde sus inicios. Freddys Núñez Estenoz, con su Teatro del Viento ha sido gestor, director y organizador de este festival, junto a Nelson Acevedo y Omar Valiño rememoraron algunas de las obras y las figuras cimeras que marcaron hitos en la historia del festival y del arte escénico en la isla.
Un momento importante del cronograma fue el diálogo entre directores, donde participaron Ury Rodríguez Urgelles, líder y actor de Teatro la Barca, Roxana Pineda, a cargo del santaclareño Teatro Las Rosa junto al actor Dorian Díaz de Villegas, intérprete de Aquiles frente al espejo. Orlando Gonzáles Morales desde Calibán Teatro, director además de Comedia a la Antigua, pieza que llegó a las tablas camagüeyanas protagonizada por Dagoberto Gainza y Nancy Campos.
El intercambio estuvo marcado por las opiniones de cada líder artístico y la exposición de sus dinámicas de trabajo sobre las tablas. Diversos métodos de entrenamiento, estéticas y líneas de investigación se cruzaron en una mañana de conversación amena donde los invitados fueron a la par que, contando sobre las puertas en escena de la muestra del festival, sus vivencias en el arte teatral.
Dagoberto Gainza, Premio Nacional de Teatro 2021 y su esposa, la actriz Nancy Campos, también tuvieron un momento para charlar con el público y relatar sus anécdotas de toda una vida dedicada a la escena.
Escuchar a Dagoberto y a Nancy es como estarlos viendo protagonizar una pieza del teatro relacionero, ese que llevan intrínsecamente. Las anécdotas de esta pareja unida en el arte y en la vida son una muestra de dos personas que aman el oficio, que todavía se levantan y se acuestan haciendo teatro. Dagoberto, el niño pobrísimo que vendía tomates, el actor fundador de importantes grupos teatrales en su tierra, Dagoberto el Quijote, el Generalísimo, Santiago Apóstol, el que levantó a la sala en un aplauso cuando recitó esa última mañana algunos versos de su personaje insigne.
Otras actividades importantes se sucedieron durante la jornada febrerina en paralelo a las habituales presentaciones en los teatros de la ciudad. La importancia de mantener vivos estos espacios de reflexión teórica, los encuentros entre creadores y público, radica en la oportunidad para la retroalimentación de saberes, el cruce de experiencias en el oficio, las formas de idear la escena cada cual, desde su línea estética y recorrido de vida, así como el registro palpable de esa memoria viva del teatro cubano, de la que se nutren las generaciones posteriores.
Fotos: Pepe Fornet