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El Premio Villanueva Reconoce Al Ballet Folclórico Babul

Conversación con Ernesto Llewelyn, coreógrafo y director del Ballet Folclórico Babul
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Conversación con Ernesto Llewelyn, coreógrafo y director del Ballet Folclórico Babul

Por Marilyn Garbey

El Ballet Folclórico Babul se fundó en la ciudad de Guantánamo, en el oriente de Cuba, una zona donde convergen tradiciones campesinas con las huellas de la presencia franco-haitiana. Explorar en la cultura cubana, desde la óptica del Caribe, ha sido uno de sus signos distintivos desde que, en abril de 1994,  echó a andar la tropa de bailarines y músicos, conducidos por Ernesto Llewelyn.

Tras rigurosas investigaciones de campo, se inspiran en leyendas de carácter mágico-religiosas para sus montajes, y también recrean tradiciones de los países caribeños. Pueden subrayarse el desempeño de los bailarines, rigurosamente entrenados, y la maestría de los músicos.

En marzo del 2018 se presentaron en el Teatro Mella, invitados por Isaías Rojas, director de la compañía Ban Rarrá. El programa fue distinguido con el reconocimiento del círculo de la crítica danzaria.

¿Qué criterios siguieron para elegir el repertorio que presentaron en el Teatro Mella?

Elegimos el repertorio pensando que el público de la capital debe conocer las tradiciones de Guantánamo, por eso cada día hicimos un programa diferente. Me pidieron que trajera los bailes campesinos y trajimos el montuno, que es el ritmo que hay allá, en nuestra zona oriental.

Trajimos manifestaciones propias de la cultura del Caribe, de Haití, de Jamaica, de Trinidad y Tobago, lugares desde donde llegó mucha gente a Guantánamo. Traje Calipso, y otras obras como Asikán Boku, de Juan Teodoro Florentino, en la cual intervienen tres deidades del Olimpo afrocubano, Yemayá, Ochún y Oyá.

Pusimos Los árboles músicos, basado en un libro del escritor haitiano Jacques Stephan Alexis, se basa en la diáspora africana, en la trata de africanos, traídos como esclavos a América.

Hacemos un recorrido por bailes y ritmos de África hasta llegar a la diáspora, para bailar ritmos como el merengue. Es un espectáculo muy colorido, con mucha música, creo que fue muy bien recibido por el público. Presentamos un repertorio variado con la intención de presentar al público obras que no se ven muy a menudo en la capital de Cuba.

¿Dónde se presenta el Ballet Folclórico Babul habitualmente?

Habitualmente nos presentamos en un lugar emblemático de la cultura de nuestra ciudad, el Espacio bajo la ceiba, en el céntrico Parque Martí. Allí se presenta danza, teatro, circo, música, escritores.

Tenemos un espacio para la comunidad del barrio de San Justo que se llama La kimbámbula. En nuestra sede hacemos el Kumbite, que en creole significa trabajo, el público conoce la compañía por dentro.

También nos presentamos en otras provincias, en Camagüey, en Granma, en Villa Clara. Nuestro hermano Isaías Rojas, de Ban Rarrá, siempre nos invita a sus temporadas en La Habana.

¿Cómo se forman los bailarines de la compañía?

La compañía tiene una formación heterogénea. La mayoría se ha formado en la compañía, algunos fueron al ISA y regresaron, otros siguen estudiando allí.  Ahora, por segunda ocasión, nos llegaron bailarinas formadas en la Escuela de Arte de la provincia. Generalmente, nos nutrimos con bailarines formados en la compañía y gente proveniente del movimiento de artistas aficionados.

¿Cómo transcurre un día de trabajo de ustedes?

El día en la compañía es complicado. Comenzamos a las 8 y 30 de la mañana. Damos clases de técnica un día, otro día damos clase de ballet. Las clases de folclor se reciben todos los días. También recibimos clases de canto y de percusión. Nuestra jornada concluye a las 2 de la tarde, así es de lunes a viernes.

¿Quiénes fundaron la compañía?

La compañía la fundamos un grupo de muchachos. Ernesto Llewellyn, Luis Valverde, Arquímedes Salas, Juan C. Correoso, Judith Góngora, Wilmer Sangregué, Ariel Daudinot, Naida Rubio, Idoilsis Brown.

Éramos el núcleo de dirección de la compañía. Muchos llegaban del movimiento de artistas aficionados, otros venían de Danza Libre. Isaías había tomado la determinación de venir para La Habana, algunos bailarines no querían seguir en Danza Libre y se incorporaron a la fundación de Babul. Isaías ya usaba el nombre de Babul, cuando decidió venir para La Habana, yo me apropié del nombre.

¿Qué significa Babul?

Babul significa el canto de los abuelos, que contiene la sabiduría de los ancestros. Es un baile de la Tumba francesa, del yubá. Y es un poema antológico de Regino Eladio Boti:

“Y a lo lejos el babul
como un coro perennal:
tamborones y marugas
y estertores del catá.
Babul. Babul. Babul.
Babul afrocubano,
ancestro del jazz-band,
babul,
babul.
Tacatá, tacatá.
Tacatá, tacatá.
Babul.
Ba – bul.
(Solo un efecto musical.)”

Foto Archivo Cubaescena