En diálogo con la periodista Indira Román, Fernando Rojas, presidente del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y Viceministro de Cultura, intervino en la sección Contrapunteo del Noticiero Cultural de la Televisión Cubana sobre la situación actual de la comercialización de los espectáculos danzarios en el país.
Indira Román: Durante los últimos Contrapunteos hemos notado cómo es prioridad para el Consejo Nacional de las Artes Escénicas tratar los temas del teatro y la danza, respecto a todo lo que tiene que ver con los procesos creativos. ¿Por qué es tan importante y por qué es una prioridad para ustedes?
Fernando Rojas: El criterio que tenemos en la institución es que hay que ofrecer toda la información posible sobre la gestión, sobre el trabajo del Consejo de las Artes Escénicas, tanto para el público como para consumo e información de los artistas, los promotores. Le estamos prestando mucho interés a eso. Le hemos dado atención especial a los temas del movimiento teatral y esta semana el Contrapunteo está dedicado a la danza.
Pero eso es parte de la gestión de gobierno. La política de comunicación del Gobierno cubano nos compulsa, nos plantea dar todo el tiempo la mayor cantidad de información posible, en un contexto en el que el trabajo institucional tiene dos compromisos principales: uno con los artistas de vanguardia y otro con el público al que nos debemos. Es un público que digamos, para poner un solo ejemplo, en la ciudad de Camagüey donde acabamos de hacer el Festival Nacional de Teatro, sobrepasa la cifra de 20 mil, las personas que asistieron a las funciones de un evento como ese, lo cual te da una idea de que es un público que nos sigue.
Yo creo que eso se pone en evidencia también en las opiniones de los televidentes que escriben a Contrapunteo. Y ese compromiso que repito es con el público y con la vanguardia de las Artes Escénicas, es particularmente importante con los graduados de la enseñanza artística, los de teatro y danza, y con un gran conjunto de profesionales competentes de estas áreas de la creación.
Lo tengo que decir de esta manera porque también hay personas, lamentablemente, sin las competencias necesarias que se encuentran en determinadas agrupaciones profesionales, por errores institucionales, no por otros errores, tengo que decirlo así, no por otros errores que sean de otras personas o identidades, sino por errores de la propia institución.
Nosotros acabamos de hacer una denuncia en Cubaescena, el Portal del Consejo Nacional de las Artes Escénicas -de paso estoy remitiendo a los televidentes a observarlo, a fijarse en él, a leerlo-, porque se produjo incluso una manipulación de mis declaraciones en un segmento anterior del Contrapunteo; se dijeron mentiras, que afortunadamente el propio Noticiero Cultural desmiente, y pienso que por eso también es importante que tengamos esta dinámica.Incluso por otra razón. Y es que este escenario de análisis, de debate, de información al público, de apuesta por la vanguardia en la creación, de fortalecimiento institucional, se está produciendo en el contexto en que también se producen otros debates. Está el debate de la Constitución, está el debate de regulaciones que tiene que ver con la calidad de la producción y la promoción del arte, como es el Decreto 349, que son herramientas. En el caso de la Constitución debe consagrar la política cultural que apuesta por el público y por la vanguardia; y en el caso del Decreto 349, se dedica a proteger y a promover a esa vanguardia.
Sucede, también, en un contexto en el que nosotros mismos hemos señalado la debilidad de la crítica, la insuficiencia de la crítica. Resulta todavía más importante dar toda la información posible, en un contexto en el que tenemos debilidad de información más especializada, que al mismo tiempo estamos tratando también de resolver, y vuelvo a remitir de nuevo al Portal Cubaescena donde están apareciendo ya, a mi juicio, un grupo de trabajos orientadores sobre el panorama escénico del país, que habla de lo de más nivel, lo de menos nivel. Porque tampoco la institución puede a dedo estar decidiendo sobre esos asuntos, si la crítica no la acompaña. Creo que era importante que te explicara estas ideas, y ver este análisis que se está haciendo sobre la comercialización de la danza como una continuidad de los ejercicios anteriores.
Indira Román: Y en este tema, el debate se va un tanto hacia el turismo, la cara más visible del tema, pero no es la única. ¿Cuál es la visión de la institución?
Fernando Rojas: Yo tuve esa misma percepción. Incluso es curioso, porque apareció sobre todo en los comentarios de los televidentes. El ejercicio que hicieron los artistas el lunes, grandes figuras como Miguel Iglesias y Santiago Alfonso, o incluso el ejercicio que hizo Ismael Albelo que es un ejemplo de cómo debe ser la crítica cultural en el periodismo, no tomaron exactamente por ese derrotero, quizás por la visibilidad que tú señala que tiene el turismo, pero no se trata solo del turismo.
De hecho, creo que en la comisión del Congreso de la UNEAC, que funciona de manera permanente pero ahora de cara al Congreso del año próximo está trabajando con más periodicidad y más intensidad, a mi me parece que hay una participación activa, no solo de los miembros de la UNEAC que están en la comisión, sino de las instituciones que tienen que ver con la comercialización hacia el turismo; las que son del turismo y las propias entidades de la cultura, que también a mi juicio, han incurrido en debilidades en su gestión que tienen como consecuencia los males que se han estado señalando en este segmento Contrapunteo, de esta semana.
Creo que en la propia institución de las artes escénicas, en nuestras empresas, en nuestras instituciones presupuestadas están presente los defectos que se han señalado en esta jornada del Contrapunteo. Incluso, lo voy a decir a mi juicio de una manera más dura, más compleja si se quiere, creo que existe una contradicción en esa promoción que consiste en que las agrupaciones de más nivel de la danza cubana, que son agrupaciones que están en el sector presupuestado, que son las que marcan el paso en la creación danzaría en Cuba, que se presentan en los principales escenarios de Cuba y el mundo, están bailarines, coreógrafos, directores, que reciben muchos menos ingresos que los que perciben los integrantes de compañías que se realizan en los mercados en frontera, en el turismo y en otros espacios estatales que comercializan el arte.A mi eso me parece un contrasentido, es algo que tenemos que rectificar, hay que encontrar una fórmula para que reciba mayores ingresos el que trabaja más y el que tiene mejores resultados artísticos y el que ha estudiado.
Es una cosa que no se puede hacer de golpe. Tiene que ver también con lo que te decía antes de la necesidad de proteger el talento formado en la enseñanza artística, de no prescindir de él, de promoverlo, de tratar que sean esas mismas compañías de vanguardias, estoy pensando en Danza Contemporánea de Cuba, en la compañía de Santiago Alfonso, y en muchas otras, que sean esas compañías de vanguardia las que se presenten también en los espacios comerciales, y que estos no estén copados por zonas más mediocres del talento profesional.
Es un asunto que hay que resolver con cuidado, con inteligencia, pero que sin duda alguna, se trata de tendencias que hay que revertir en pos de la calidad artística en todos los ámbitos; en los ámbitos comerciales y en los ámbitos del sector presupuestado.
Fotos Nika Kramer
Noticiero Cultural Cuba (1054), Jueves 1 de noviembre de 2018