Texto y fotos: Yuris Nórido
La compañía holguinera presentó este fin de semana en la sala Covarrubias un programa concierto en el que destacaron dos obras de su repertorio reciente.
Lástima que el público de La Habana prácticamente haya ignorado las presentaciones de la compañía holguinera Codanza en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba. Por falta de promoción no fue, se anunció hasta el cansancio en los medios de comunicación. El programa era muy llamativo: solo por apreciar ese clásico de la agrupación, Muerte prevista en el guion, valía la pena llegarse hasta allí… Pero además el elenco presentó dos piezas bastante recientes de su repertorio, dos piezas muy atendibles por sus implicaciones metafóricas y sus dinámicas grupales: Casita, del estadounidense Robert J. Priore, y Tráiler, del cubano Norge Cedeño. Tanto empeño y tanto desempeño para pocas decenas de asistentes resulta lamentable en una ciudad que siempre se ha vanagloriado de contar con un público para la danza. ¿Para qué danza? —habría que preguntarse.
De cualquier forma, Codanza ha cumplido. Bajo la dirección de Maricel Godoy los bailarines han asumido las coreografías con entusiasmo y suficiencia… y los pocos espectadores los premiaron con prolongados aplausos. La sala Covarrubias es un espacio privilegiado para la escenificación, pero obviamente está lejos de los circuitos habituales para la danza. Para la próxima habrá que pensarlo mejor…
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