Por Jorge Alberto Piñero (JAPE)
No se puede negar que este verano ha estado signado por el intenso calor y las no menos intensas lluvias, con tormentas eléctricas incluidas. También con fuerza, pero sin rayos y truenos, ha estado presente el humor en las salas capitalinas, particularmente en el coloso de Miramar: el teatro Karl Marx, y en el popular teatro Mella de la calle Línea.
Tal y como anunciara Enrique (Kike) Quiñones, director del Centro Promotor, en rueda de prensa iniciadora del pasado Aquelarre 2019, en los meses de julio y agosto se mantendría en cartelera parte de la programación presentada en el magno evento de los humoristas cubanos y otras propuestas devenidas con el trabajo más reciente de los pupilos de dicha institución promotora del humor cubano.
Con considerable presencia de público hemos podido disfrutar de diversos espectáculos. La calidad ha sido aceptable, conteniendo algunas propuestas convincentes como son el caso de Hay que tener paciencia, con el grupo La Leña del Humor de Santa Clara y Kike Quiñones, en el teatro Mella; y la suerte de humorístico musical que resultó ser Y sin embargo se mueve, presentado en el teatro de los grandes acontecimientos, el Karl Marx.
En Hay que tener paciencia, disfrutamos de una selección del repertorio del villaclareño grupo La Leña del Humor, que ha devenido en uno de los colectivos más ganadores en los certámenes de humor, y cuya calidad, ya establecida de antaño, se renueva con profundos guiones y simpáticas actuaciones encabezadas por el actor nombrado Cheroly, ganador del Premio a mejor actor masculino en varias ediciones del Aquelarre.
Kike Quiñones, se desborda en profesionalidad y carisma al regalarnos el auténtico negrito del Bufo cubano, aderezado por la obra del acuarelista de la poesía antillana, el desaparecido maestro Luis Carbonell.
Y sin embargo se mueve dio cita a muchas de las figuras humorísticas de la actualidad escénica cubana, donde sobresalen nombres como Osvaldo Doimeadiós, Carlos Gonzalvo (Mente Pollo), Otto Ortiz, Kike Quiñones, Ángel Ramiz (Pantera), Julio César Rodríguez (El habanero) y el grupo Pagola la Paga. En una auténtica fusión con la Charanga Latina regalaron al público asistente un extenso programa, que refrescaba con música y risa las calurosas tardes y noches habaneras de la primera quincena del octavo mes.
En esta frase: tardes y noches habaneras, es donde estriba la mayor parte de lo que considero la zona débil de la propuesta del Centro Promotor del Humor. Mayormente capitalina fue la presencia de los humoristas en nuestras salas. A pesar de que siempre se destaca el trabajo de humoristas y agrupaciones de otras provincias en el evento nacional de la primera semana de julio, lamentablemente después, en el llamado proyecto Ecos del Aquelarre, que tiene lugar en las salas habaneras, es muy poca o nula la presencia de estos grupos del interior de la Isla.
Sabemos que pasamos (como ya es costumbre) por complicados momentos económicos en los que se dificulta el transporte y hospedaje de estos artistas en la capital, pero debemos buscar variantes para posibilitar su presencia en el verano teatral habanero. Con la representación de estos grupos en las salas citadinas estaremos haciendo justicia a un mérito ganado con su obra, y además nos daremos el lujo de disfrutar de novedosos espectáculos marcados por la calidad.
Para cerrar el mes de agosto, y el periodo estival, el Centro Promotor del Humor anuncia dos presentaciones. Rigoberto Ferrera nos invita a su Rigoterapia, y después se unirá al archiconocido trovador y humorista Alejandro García (Virulo) en un mano a mano que han dado a llamar, Humor a primer añejo, ambas propuestas en el teatro Mella, de Línea y B, en el Vedado. Creo que son don buenas opciones para contrarrestar el calor y despedir el verano con una (o varias) sonrisas.
Foto de portada ACN
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