Alicia en el deber y el amor sagrado a la Patria

Por Laura Mercedes Giráldez

La Universidad de La Habana y la juventud cubana tuvieron en Alicia Alonso a una fiel aliada. Es por ello que este 21 de diciembre, el día del centenario de la prima ballerina assoluta, el Aula Magna de la casa de altos estudios capitalina, acogió la entrega de un reconocimiento especial por la Excelencia Artística al Ballet Nacional de Cuba (BNC).

Mediante Resolución Rectoral, se homenajeó al BNC, «una de las compañías danzarias más notorias, de reputación universal, y que constituye la máxima expresión de la Escuela Cubana de Ballet».

Dicha institución, pilar de la cultura en la Mayor de las Antillas, con 72 años de creada, ha puesto en escena más de 80 obras, vinculando alrededor de 200 coreógrafos de todas las regiones del mundo y asumiendo la música de un centenar de compositores cubanos. Ha sido considerada Patrimonio Cultural de la Nación y cuenta con el privilegio de tener como fundadores a los maestros Alicia, Fernando y Alberto Alonso, manifestó Miriam Nicado García, miembro del Buró Político del PCC y rectora de la Universidad de La Habana.

El poeta, ensayista y etnólogo Miguel Barnet insistió en el apoyo reiterado de esa magnánima artista a la política cultural de la Revolución Cubana: «Siempre fuiste la primera en acudir al llamado de la Patria, ese deber sagrado, porque habías alcanzado el reino unívoco de la historia para trascender al imperio de la leyenda, donde tu voz era una ley».

En el acto estuvieron presentes Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político del PCC y viceprimer ministro; Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura; Martha del Carmen Mesa Valenciano, viceministra primera de Educación Superior, y Viengsay Valdés, primera bailarina y directora general del Ballet Nacional de Cuba.

En portada: Miriam Nicado García, miembro del Buró Político del PCC y rectora de la Universidad de La Habana, entrega el reconocimiento a Viengsay Valdés, primera bailarina y directora general del Ballet Nacional de Cuba.

Foto Ricardo López Hevia

Tomado del periódico Granma