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Rosario en la combinatoria de su ser-danzar

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Por Noel Bonilla-Chongo

Me gusta dibujar la cotidianidad con los trazos

de mis impulsos sensoriales;

pintar el aire con el cuerpo,

imprimir un movimiento en el espacio

 que convierta lo efímero en memoria…

Rosario Cárdenas

Sí, como sostenía Noverre, solo una cultura casi enciclopédica capacita al coreógrafo para cumplir su cometido. Admitámoslo de una vez y por todas: la Danza se piensa.  Cuán feliz me sigue haciendo el hecho de asistir, desde las ciencias, al pensamiento sobre danza, más, cuando el debate, las discrepancias y modos distintos de mirar se convierten en esmerado modus operandi para la incidencia de maneras distintas al querer ser-en-danza. Cuán fructífero es cuando algunas voces creativas nuestras, la academia y en el hacer de las instituciones vemos que ocupamos nuestro tiempo en hacer más fuerte las configuraciones epistémicas sobre el arte de la danza, desde sus implicancias formativas, creativas, críticas, de documentación y de gestión.

La maestra Rosario Cárdenas, con una vida en la danza, hoy se lanza a la socialización científica de los por qué de sus razones y argumentos para fundamentar lo que ella ha definido como “danza combinatoria, una alternativa en la creación danzaria”. Rosario, quien al graduarse de la Escuela Nacional de Danza en 1971 pasara a integrar como bailarina y más adelante como coreógrafa, la compañía Danza Contemporánea de Cuba hasta 1989 (momento en que funda su proyecto de creación Danza Combinatoria), es de esa casta que apuesta por ser cuerpo cultivado. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de La Habana y diplomada con título de oro en Arte Danzario por el Instituto Superior de Arte de Cuba, ha sostenido por más de cuarenta años un proyecto de investigación/creación aferrado a paradigmas muy juiciosos para sustentar su metodología de entrenamiento técnico y de composición coreográfica. Hoy, cuando el camino de la erudición académica la lleva al Doctorado en Ciencias sobre Arte dentro del programa homónimo de la Universidad de las Artes de Cuba, los supuestos intuitivos asociados a la libertad de fabulación de la creación, vienen encontrando respuestas para volverse discurso elocuente de todo lo que guarda la danza como potencia enciclopédica ilustrada del cometido de la coreógrafa en el más allá de su extensísima obra.

Ahora, dentro de la memoria escrita como tesis para respaldar este gran paso, en los requeridos intercambios con tribunales y oponentes, se ha expuesto que la investigación desplegada por Rosario plantea la sistematización de los postulados teóricos metodológicos que rigen su práctica artística-creativa en la danza combinatoria. Hecho que en el panorama danzario nacional y latinoamericano, en lo referido a la aproximación de sus prácticas específicas con el propósito de sistematizar una experiencia dada a través de la sostenibilidad teórica (como es este caso), implica un ejercicio de ciencia perfectamente articulado con los procesos artísticos, particularmente los que aluden a la poiesis, y en correspondencia con las reivindicaciones del mundo contemporáneo regido por la labor de la ciencia como conocimiento, la innovación como creación, y la tecnología como métodos e instrumentos para lograr los objetivos propuestos con necesaria eficacia.

Y sí, Rosario también al interior de lo más céntrico de la danza cubana y en la actual configuración cultural de la danza contemporánea latinoamericana, necesariamente nos muestra sus rutas científicas con la absorción de un marco teórico sustentado en referentes teóricos y prácticos generales de la manifestación, con todas sus influencias, pero que, al mismo tiempo, integra su propio quehacer a través de los tiempos y echa mano a otras múltiples identidades de la región cultural, sin dejar de ser eje común que las aglutina como discurso del Sur.

He aquí parte importante de la actualidad de la investigación que realiza la también Premio Nacional de Danza, desde puntos de mira que ella misma refuerza en una suerte de voyage cronológico de vida y genealógico en lo creativo, “La danza combinatoria: una experiencia alternativa para la creación danzaria”, se adentra en el planteo de un tema de pertinencia y actualidad: la sistematización fundamentada de su hacer y de su concepción para llegar a definir qué es la danza combinatoria. Al decir de Rosario: es una plataforma conceptual para la creación danzaria donde los caminos de la pedagogía y la creación marchan en paralelo e interacción constante. La definen el sistema poético de Lezama Lima, el análisis combinatorio de las matemáticas, la percepción del cuerpo como soma íntegro, el movimiento danzario, la concepción del espacio conceptual y los valores del imaginario de la cultura cubana.

En consecuencia, un estudio como este hacia el futuro inmediato del objeto abordado y como punto de mira para que otras coreógrafas y coreógrafos se puedan autoanalizar, fértiles pudieran ser las coordenadas donde la perspectiva investigativa de Cárdenas ha encontrado un escarbo viable, sobre todo, como relevamiento situacional sistematizado, registro revisado en sus conexiones discursivas, ilustrador de las tantas maneras y experiencializaciones donde el hacer coreográfico nacional y foráneo pudiera pensar la creación como laboratorio de investigación/creación, situado más allá de la danza como otrora remanso de cuerpos y temáticas mansas e ideales.

Y así, toda vez que en su avidez de compartir la manera en que ha creado y compilado una obra coreográfica significativa para la danza cubana, logra Rosario sistematizar sus fundamentos teóricos, metodológicos y prácticos, los cuales ha perfeccionado en sus tantos años de carrera artística. Danza combinatoria vista desde dos perspectivas: una, si se quiere históricamente, esa que le dio nombre y título a su compañía y equipo de creativo para socializar, promocionar y sostener en el tiempo su voz autoral. La otra, aquella que en la tesis se va definiendo poco a poco, a través de los métodos de los cuales se apropia, los paradigmas intelectuales, sociales y artísticos que han creado su propia teoría combinatoria. Nótese que la Rosario investigadora académica, se apega al método de la Teoría Fundamentada, realiza un ejercicio científico que articula su vida y su personalidad artística, el modo de abordar los procesos artísticos contemporáneos y pretensiones para trasferir con ello, un instrumental teórico al arte danzario cubano y de otras comarcas. Justo desde los presupuestos de la teoría fundamentada, Cárdenas intenta mirar la práctica en retrospectiva para “disciplinarla” desde sus propios hacedores. Entonces compila críticas, artículos, reseñas, programas de mano, fotografías, entrevistas y otros documentos que ayudaron a clarificar todo lo que alrededor de sus “combinatorias” se ha estimado en el tiempo. Con todo, nos permite cierto acceso a las incógnitas de la danza combinatoria, en tanto alternativa otra para la creación y comprensión de la danza.

En estos días de sustentaciones de tesis alrededor de la práctica danzaria cubana del momento, ya sea a través de clases de entrenamientos técnicos, muestras de obras coreográficas, trabajos de diplomas, etc.; la memoria investigativa escrita en primera persona por Rosario como tesis de aspirantura al Doctorado en Ciencias sobre Arte, nos promete un recorrido puntual signado a través de la personalidad artística y profesional de la coreógrafa, al tiempo que cataloga razonadamente gran parte de su creación coreográfica.

Feliz me hace, al encontrarnos ante una de las principales creadoras de finales del siglo XX y principios del XXI de la danza contemporánea cubana que aquí sigue creando. Cárdenas nos comparte sin temor a no pecar de indiscreción, los fundamentos teóricos y el modo en que los utiliza para la estructuración de sus coreografías (deteniéndose en la particularidad de los esquemas geométricos de sus espacios, las combinaciones, la espiral y más), pasa igualmente por la manera en que se trama el entrenamiento somático y cualidad de presencia escénica de sus intérpretes. Al decir de la profesora Lilliam Chacón, “este método de creación, no alcanza esplendor por sí solo, requiere además de un entrenamiento modelador de la energía, la resistencia, la calidad movimental articular y muscular, las inteligencias intelectuales y cinéticas puestas en juego. Declara abiertamente qué combina, cómo lo combina y qué resultados ha obtenido a través del tiempo con sus combinaciones”.

Por muy puntuales que pudieran ser los objetivos general y específicos de la investigación desplegada por Rosario Cárdenas como proceso autoreflexivo muy de ella; invito a ver en dichos objetivos los propósitos nobles de la danza que admite cómo las rutas de las ciencias pueden fundamentar sin tapujos el porqué de la creación como expresión y voluntad que sobre el propio acto del habla, revela una comunidad cuasi trascendental de sujetos, un modelo universal de intercambio racional que pudiera amenazar con contradecir las jerarquías y las exclusiones de las voces singulares al centro de un discurso que se presume muy generalizado. Aplaudo a Rosario, por dejar que su verbo se haga carne, ahora a través de la letra impresa de su tesis.

Fotos Buby Bode