Por Mery Delgado
El grupo Teatro Aire Frío, que se inició con la comedia Desnudas, surgió en el 2010 gracias a la Beca de Creación Teatral Rolando Ferrer, que otorga el Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Hace diez años, su director y fundador Eduardo Eimil, graduado de Dirección Teatral en la Universidad de las Artes (ISA), apostó por dialogar con el público joven a través de un género como la comedia.
Un 12 de octubre, en el escenario de la salita del Guiñol Nacional, inició su recorrido con Desnudas, con un elenco integrado por Beatriz Viñas, Tamara Venereo, Arianna Delgado, Michel Labarta y Jorge Enrique Caballero. El éxito de público y crítica hizo del debut una larga temporada. Hace algún tiempo, la obra fue retomada y su puesta en escena volvió a protagonizar excelentes jornadas en la Sala Llauradó, del Complejo Cultural Vicente Revuelta.
De igual manera, Eimil retomó en estos inicios un título como Baile sin máscaras, de Yunior García, del mismo género comedia, que le permitió ahondar en otros temas de la juventud con los que quería dialogar para labrarse un camino seguro.
Aire Frío es un grupo por el que han pasado graduados que fueron alumnos de Eimil, y estudiantes que han hecho su práctica bajo este experimentado director de actores. Todos, unos y otros, le reconocen ese mérito que les ha permitido desplegarse hacia otros medios como el cine y la televisión.
De las varias generaciones de actrices que conformaron el elenco de Aire Frío, a las ya mencionadas, agregamos los nombres de otras con una rica trayectoria: Yaité Ruiz, Maité Galbán, Minerva Romero, Gleibis Conde, Teresa Yanet, Alina Molina, Yaisely Hernández y Karla Menéndez, por sólo citar algunas.
Eduardo Eimil decía en una entrevista hace algún tiempo: “Siempre he trabajado más con mujeres que con hombres porque creo que tienen mayor facilidad para apropiarse de emociones, sentimientos; claro que puede ser una apreciación mía”.
Asimismo, Eimil ha experimentado en las tablas con audiovisuales, gracias a ser graduado de dirección en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, de San Antonio de los Baños. Títulos como Carne Viva (2014) en la sala Llauradó, le permitieron utilizar la música en vivo para fortalecer la dramaturgia espectacular y demostrar las dotes histriónicas de sus actrices, algo que siempre ha tenido en cuenta en sus procesos.
Más cercano a nuestros días, Aire frío hizo su primera incursión en el teatro para niños con la pieza Cuando los gigantes aman (2018), que narra las peripecias del gigante Arnaldo en busca del amor. Dirigidos esta vez por Yuniel Hernández, siempre bajo la mirada de Eimil, la obra logró atraer al público infantil no sólo por el uso de títeres, esperpentos, música y danza, sino también por el buen desenvolvimiento de las actrices, algunas estrenándose en la animación de muñecos.
La puesta, Cuando los gigantes aman de Aire Frío, tuvo tanto éxito en la sala Llauradó en una larga temporada, que fue propuesta para girar ese verano por varias provincias del oriente cubano.
El grupo de teatro Aire Frío puede sentirse satisfecho de sus diez años recorridos, con estos y otros títulos que lo vinculan al teatro de sala, al de relaciones, al musical, a la comedia y el teatro para niños. En su búsqueda, sus integrantes han tenido un duro tránsito, pero Eduardo Eimil ha sabido sortear los obstáculos con un equipo de técnicos que se ha mantenido a su lado para soñar y prestigiar ese título emblemático del teatro cubano que les da nombre.
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