Contrapunteo: 60 Aniversario de Danza Contemporánea De Cuba

Son casi sesenta años de trabajo ininterrumpido en varias etapas creativas. La compañía que hace más de tres décadas se denomina Danza Contemporánea de Cuba (DCC) ha marcado el devenir de la escena cubana.
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Por Yuris Nórido / Foto Ernst Rudin

Son casi sesenta años de trabajo ininterrumpido en varias etapas creativas. La compañía que hace más de tres décadas se denomina Danza Contemporánea de Cuba (DCC) ha marcado el devenir de la escena cubana.

Su actual director, Miguel Iglesias, Premio Nacional de Danza (2018) aclara: «se llamó Departamento de Danza Moderna del ’59 al ’62, hasta el ’74 Conjunto Nacional de Danza Moderna, luego se nombró Danza Nacional de Cuba, y en el ’87 toma el nombre, por mí, de Danza Contemporánea de Cuba, la compañía madre por historia pero también por presencia, porque en ella se imbrican todas las poéticas. DCC se ha multiplicado, no se ha dividido».

El rol de DCC ha sido el de fundar, trazar un camino, consolidarlo, y erigirse en referencia principal del ahora múltiple movimiento de la danza moderna en Cuba.

Yoerlis Brunet, bailarín y maestro de DCC, comenta que «en el inicio de la Revolución fue la compañía madre. Ramiro Guerra, Arnaldo Patterson, Isidro Rolando, formaron una técnica y crearon una manara de moverse muy particular, que ha tenido un desarrollo a través de estos sesenta años muy fuerte».

Asimismo, Jorge Brooks, representante de DCC, asevera que «uno de los grandes aportes de DCC, desde su fundación, es que define las formas del cubano, en la manera de andar, bailar, moverse. No por gusto Víctor Cuéllar hizo Panorama de la música y las danza cubanas. DCC es una compañía que marcha con la contemporaneidad, no se mantiene estática en el tiempo, como pasó con Graham o las compañías de danza moderna norteamericanas. DCC marca en el panorama de la danza mundial una gran diferencia, no nos parecemos a ninguna compañía porque nace dese la escencia de la cubanía».

«Es una compañía muy revolucionaria –enfatiza Yoerlis Brunet– la contaminación que recibimos del mundo la asumimos con nuestra idiosincrasia, con nuestra manera de ser, con nuestra forma de actuar».

Los aportes de DCC trascienden el mero ámbito de las artes escénicas. Se proyectan hacia la cultura cubana toda. «La cultura cubana no estaría donde está hoy si no existiera Danza Contemporánea de Cuba», destaca Miguel Iglesias.

Fuente Noticiero Cultural / Televisión Cubana