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TÍTERES EN CUBA, DESDE LOS MÁRGENES, CON ORGULLO

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Por Rubén Darío Salazar

Como suele ocurrir una y otra vez en nuestro país, y en otros lares del mundo, el teatro de figuras quedó fuera de las cronologías culturales anuales, compendios o resúmenes nacionales. El año 2016 completó un ciclo especialísimo para nuestros retablos, un período digno de aparecer en cualquier lista, suma o extracto artístico. Este breve comentario quiere ser voz, memoria y reflexión sobre el asunto, a ver si de una vez y por todas nos libramos de volver a cargar con la piedra de Sísifo y articulamos caminos para las distancias y diferencias con las otras artes, que en definitiva no son ni lejanías ni desigualdades, sino desconocimientos, apatías, conceptos prehechos, susceptibles de ser transformados con nuestro mejor empeño.

Colegas de aquí y de allá se cuestionan los porqués y por cuantos de lo que sucede; achacan el problema a la no asistencia de críticos, periodistas o especialistas culturales a las actividades titiriteras; a la posible ausencia de calidad en estas, respecto a lo producido en otras áreas culturales, y a la exigua presencia de las acciones titeriles en los medios promocionales. Todo tiene que ver. Demasiados límites nos asisten a la hora de definir las potencialidades y efectos del teatro con muñecos. Tengo la opinión de que hablamos de márgenes perfectamente destruibles. Como todo lo periférico, trabajamos en una manifestación cuyos lindes sostienen un enorme torrente, chorro vivo que lleva tantas oscuridades como luces.

Cada año, durante los meses de enero y febrero, una acción contundente y positiva como la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, ya por la edición número 26, consigue activar las exigencias y necesidades comunitarias de las zonas más intrincadas de la región oriental, combinada con la participación de compañías nacionales e internacionales. Liderada por los integrantes del Guiñol de Guantánamo, junto a otros colegas de diversas agrupaciones, la Cruzada… debería tener, por derecho propio, un privilegiado sitio en la esperada recapitulación anual.

Un evento de categoría en la región de Las Américas, el Taller Internacional de Títeres de Matanzas (Titim), en su duodécima edición, califica perfectamente para integrar la cronología cultural de la Isla. Artistas de Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Brasil, España, Finlandia, Francia, México, Martinica, Puerto Rico, Suiza y Estados Unidos, dieron su apoyo en 2016 a una cita que de forma bienal reúne en abril, en la ciudad de los puentes y los poetas —también de los títeres—, a lo mejor de los retablos en sus respectivos países. Acompañan el cónclave, además de espectáculos, exposiciones, conciertos, publicaciones, películas, homenajes y reuniones profesionales.

Un hecho de valía dentro del Titim fue la entrega, por primera vez, de la Distinción Nacional Hermanos Camejo y Pepe Carril, cubierta por la prensa plana, radial y televisiva nacional. Los ganadores, Xiomara Palacio y Armando Morales, son dos de nuestros más importantes maestros titiriteros.

CUENTOS A CABALLO 1
Maikel Valdés. Cuentos a cabllo. Los Pintores, Santa Clara.

El trofeo, alcanzado con sobrados historiales por ambos artistas, no debió desaparecer del año teatral nacional, período en el que lamentablemente también despedimos a la Palacio, una de las columnas de nuestro Partenón, no solo titiritero, sino cultural cubano.

El 22 Congreso Mundial de la Unima (Unión Internacional de la Marioneta), organización titeril con más de 80 años de fundada, se realizó en mayo, entre Tolosa y San Sebastián, España. Durante el encuentro, le fue conferido el galardón de Miembro de Honor al director artístico, dramaturgo y profesor René Fernández Santana, Premio Nacional de Teatro, director general del Teatro Papalote, de Matanzas, y presidente del Centro Cubano de la Unima. Huelga cualquier comentario al respecto.

En junio, una actividad artística y teórica, denominada Coloquio Nacional Pelusín del Monte: 60 años reinando en los retablos, celebró en Matanzas, provincia natal del títere creado por Dora Alonso y Pepe Camejo, el cumpleaños del muñequito guajiro. Allí ocurrió la entrega de cuatro premios especiales a los creadores Freddy Artiles (con carácter post morten), Pedro Valdés Piña, Armando Morales y Zenén Calero, por sus contribuciones a la vitalidad del personaje-títere que nos representa universalmente.

Avanzado el año, el destacado diseñador escénico Zenén Calero Medina, reconocido nacional e internacionalmente por su trabajo en el teatro de títeres, recibió el Premio Hola (Hispanic Organization of Latin Actors), que se entrega anualmente en Nueva York, Estados Unidos, por su diseño para la obra Por el monte carulé, del Teatro de Las Estaciones.

La decimosexta edición del Festival Nacional de Teatro, en Camagüey incluyó siete espectáculos en la muestra oficial de teatro para niños. De estos, la gran mayoría ostentaba al títere como principal elemento artístico del montaje. El Foro teórico Unima Cuba, dedicado en esta ocasión a los 40 años de fundada la Universidad de las Artes, en La Habana, se desarrolló en el Festival por cuarta vez. Un evento como este, que ya es resumen de lo mejor que se produce en el teatro de figuras en todo el territorio, califica para ser parte del año escénico cubano.

Erase una vez un pato BAJA
Érase una vez un pato. Teatro La Proa, La Habana

La tercera vuelta al ruedo de la Bacanal de Títeres para Adultos incluyó en su programación, junto a varios espectáculos nacionales, la presencia de dos excelentes puestas en escena procedentes de Dinamarca, que realzaron la muestra internacional, unidas a los no menos valiosos espectáculos procedentes de Italia, Colombia y Argentina. La concepción de la Bacanal destaca no solo por su propuesta variopinta, que incluye lo teórico y lo práctico a nivel pedagógico, sino por ofrecer al público el rescate, desarrollo y promoción de un género que estaba condenado a desaparecer en la Isla.

Al final del año, Cuba se vistió de gala al ser elegida como sede del primer Encuentro Intercontinental Unima 3 Américas. Presidentes y representantes de Unima en Canadá, México, Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana, Costa Rica, Nicaragua, Bolivia, Brasil, Perú y Uruguay, unieron sus voces y opiniones en pro del desarrollo, conservación y promoción del arte titiritero en cada uno de sus países de origen. Fue esta la primera vez que una acción profesional de este tipo, convocada por Unima y calificada por todos como histórica, ofreció a los representantes de la región la posibilidad de encontrarse cara a cara, razón imprescindible para que no se pierda la noticia entre ires y venires culturales que no alcanzan esta trascendencia, que excede lo nacional para abrirse hacia el espectro continental.

Si se trata de cerrar el lazo titiritero 2016, silenciado en los mencionados resúmenes, hay que decir que los muñecos también ocuparon un importante espacio en los Premios Villanueva de la sección de crítica teatral de la Uneac, a los mejores espectáculos del año: Los dos príncipes (Teatro de Las Estaciones), Otelo (Viaje Inmóvil, Chile), Diva (Sofie Krog, Dinamarca) y Psycho Street Cut (Rakkerpak, Dinamarca). Figuras y objetos en el galardón anual. Títeres que gritan y marcan su vitalidad desde los bordes, ausentes de los halagos y los reconocimientos del año escénico, y exhibiendo una garra que, quieran o no los críticos o periodistas ausentes a su fiesta, es tan real como polémica. Una catarata de metáforas y misterios que espera, sin dejar de inquietarse, su tiempo de saltar y arrasar a su paso con todos los olvidos y desprecios.

(Tomado de la revista del cultura cubana La Jiribilla)