Por Yanetsy León González / Fotos: Rodolfo Blanco Cué (ACN)
El Ballet Folklórico de Camagüey estrenó Ochosi-Oddé, obra dedicada a la virtud del cazador, aquel que aguza los sentidos y es capaz de superar las circunstancias, como ha hecho esta compañía durante 29 años.
Un gran telón de fondo ubica en los entresijos del monte, el espacio de misterios donde el director y coreógrafo Reinaldo Echemendía Estrada pone a lucir habilidades y dominios propios de Ochosi, hijo de Yemayá y Oddé.
El espectáculo de unos 15 minutos formó parte del programa concierto de aniversario, presentado en el Teatro Avellaneda a cerca de 200 personas, debido al requisito de distanciamiento físico y otras medidas sanitarias.
El Folklórico abrió la función con cantos, toques y danzas a Eleguá y a Oggún, oportunidades para apreciar a la primera bailarina Geisel Agüero, a una figura tan precisa como Alaín Garcés y la madurez del arte folclórico de José Ernesto Alonso, por su curiosa historia de formación para ballet clásico.
La ejecución de música en vivo constituye una característica del Folklórico de Camagüey, aprovechada para regalar con el sello de esa orquesta un danzón, una guaracha-son, un guaguancó y motivos de comparsa.
Por unos minutos, la compañía cedió el escenario a una de sus canteras, el Conjunto Artístico Arlequín, proyecto comunitario de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, liderado por el maestro Osmary Fustiel.
Echemendía Estrada dijo al público que así abre el camino a los 30 años de la agrupación, una jornada hasta septiembre del 2021, cuando corresponderá el Festival Olorum, otra de sus maneras creativas de seguir irradiando aché.
Tomado del periódico Adelante
