Por Jorge Alberto Piñero (JAPE)
Un cuarto de siglo ha pasado desde que, por primera vez, el actor Orlando Manrufo, y el director artístico Ricardo Isidrón (dueño de la idea original), se lanzaron al ruedo con este proyecto.
La incertidumbre era total, y a su favor estaban el lugar donde presentarían el show (Teatro América), situado en la populosa Avenida de Galiano (Ave. Italia, para los más avezados) y un público que apoyaba (y apoya), de manera incondicional, el humor y a sus actores.
La esquina de Mariconci nació así, sin grandes expectativas y muy pronto se convirtió en la más conocida y visitada peña humorística de la capital y del país. Las peñas, fueron una fórmula artística de campaña (se podría decir), que se puso muy de moda en los años ochenta y que luego de un impás durante varios años atrás, vuelven a la palestra cultural. Pues bien, desde su comienzo, cinco lustros atrás, Mariconchi ha mantenido su espacio invariablemente. No creo que exista un récord parecido de constancia y laboriosidad, como el de este proyecto.
Tantos años después, Manrufo reconoce la importancia que ha tenido su singular personaje y la citada esquina, en su desarrollo profesional. Muchos de los humoristas que hoy marcan la pauta en la escena teatral cubana y en los medios de comunicación social, hicieron sus primeras presentaciones, como invitados, en este aclamado show.
En los últimos meses cambiaron de cuartel general, y del Teatro América pasan al cine-tetro Yara, donde solo ha cambiado la dirección del lugar en que se cruzan las calles; pero La esquina de Mariconchi, donde la risa y la diversión están aseguradas, sigue siendo la misma.
En esta nueva sede tendrá lugar la celebración del cumpleaños veinte y cinco, este viernes 15 de marzo, a las 9:00 pm. Será una gran fiesta dónde habrá muchos invitados. Amigos de Mariconchi, que en son de agradecimiento acuden a felicitarla porque alguna vez compartieron con ella los grandes aplausos que siempre le regala el público.
Para quienes ya no están con nosotros, y continúan en la memoria, también está dedicada la jornada. Tal es el caso de Octavio Rodríguez (Churrico), quien fuera uno de los habituales invitados de Mariconchi, y gran amigo de Manrufo, de Ricardo y de todos los humoristas cubanos.
Será este un gran momento en que una vez más el pueblo cubano mostrará cuanto quiere y agradece este espacio. Una esquina que siempre ha estado muy cerca de la realidad que nos circunda y el costumbrismo que nos avala.
Felicidades para Orlando Manrufo, para Ricardo Isidrón, para el proyecto 23, y su cine Yara, que no dejaron morir este vital proyecto; y para todos los humoristas que con su trabajo han defendido la Peña más popular y antigua de Cuba.
