Por Mery Delgado
Después de ver Jacuzzi, el actor Renecito de la Cruz pensó en el dramaturgo holguinero Yunior García Aguilera, para pedirle un texto que tributara a la nostalgia del cine de barrio y estrenarlo en el Festival de Cine de Gibara 2018, del que es director artístico.
De igual manera, pensó en el experimentado Felix Beatón para compartir la escena. «Tenía deseos de hacer algo con él, me recuerda mucho a mi padre»-, me confesó.
Así surgió Humo, la historia de dos actores frustrados, devenidos fumigadores, cuyos diálogos hacen reflexionar a los espectadores sobre la realidad cubana, y en particular sobre el cine nuestro.
La puesta en la que se unen Teatro del Sol y Trébol Teatro, puede ser vista durante todo diciembre en la sala Llauradó, de martes a jueves, a las 7:00 pm.
En la propuesta dirigida por el propio Renecito de la Cruz, se proyectan secuencias de algunas de las películas cubanas más trascendentales: Lucía, Memorias del subdesarrollo, Papeles secundarios, Adorables mentiras, y Suite Habana, por sólo citar algunas.En diálogo con la prensa, los dos actores coincidieron en que la obra habla de las ausencias no sólo físicas, sino también emocionales. Los dos crecieron y amaron al cine desde sus barrios, nostalgia que acompaña a muchos cubanos de esas generaciones.
Humo, aunque rinde homenaje al cine y por eso llegó también en este diciembre al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, devela el burocratismo ineficiente, el desmoronamiento de las relaciones interpersonales y la incomunicación ante las nuevas tecnologías.
Entre los atractivos que Renecito de la Cruz enumeró a Cubaescena, está la utilización de la música compuesta por el saxofonista César López para la banda sonora de la puesta, el diseño escenográfico y de vestuario del artista de la plástica Reynerio Tamayo, y la fotografía de Vladimir García.
Fotos La Jiribilla (Etienne Armas)