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Honrar la infancia y la juventud es hacer la vida*

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¡Aún podemos regalar alegrías! El Centro Cubano de la ASSITEJ me concede entregar un mensaje al mundo por el Día Internacional del Teatro para la Infancia y la Juventud (20 de marzo) y próximo al XXI Congreso Mundial-2024 a celebrarse en La Habana, Cuba (entre el 24 de mayo al 1ero de junio). Para esta celebración, convoco a todos a encender las emociones y la belleza de “los que saben querer” y apuesto entonces por esas energías, convencido de todas las ganas de amar, en vísperas de mis 80 años de vida. Si el camino recorrido lo he ofrecido al arte teatral para los niños y jóvenes, acompañado de los títeres y una gran familia de artistas, he decretado que el espíritu de este mensaje sea la divisa martiana honrar honra.

Para esta significativa fecha, pido a los hermanos cubanos y del mundo, HONRAR la simiente de nuestros “iniciáticos” y continuadores maestros que hoy no nos acompañan, pero que están presentes en su legado misionero, creador, de amada entrega y sabiduría al TEATRO PARA NIÑOS Y JÓVENES. A ellos, que supieron transgredir adversidades, el agradecimiento hoy también nos HONRA.

Más presentes que nunca están aquellos vigías creativos, pues hoy el planeta Tierra está sumido en un caos desde la propia naturaleza y sobre todo protagonizado por el género humano. Y somos nosotros los teatristas quienes reconocemos la responsabilidad de entregar el mensaje esperanzador en la cruda realidad de inicios de este siglo.

Lamentamos el dolor de los pueblos, compartimos en nuestras almas el socorro mutuo y el abrazo como prenda ofrecida al semejante. El valor e imaginario arsenal del teatro, nos sostiene aún con voces elevadas desde nuestra escena y se manifiestan a coro, en una canción que armoniza nuestros sentidos y el de generaciones futuras; todas apuestan por la naturaleza en equilibrio, por la humanidad y nuestro arte sanador.

La verticalidad de nuestra ética nos impulsa a continuar y proteger nuestra profesión, asumida como esencia, cuya fortaleza se sostiene en una unidad basada en la histórica memoria de todos los pueblos creadores que han entregado su obra al teatro para la infancia y la juventud. La diversidad de razas, etnias, clases, religiones y sociedades integran en el planeta una fraguada y ya orgánica multicultural raíz de expresión, desde la libertad y respeto hacia el arte teatral para la infancia y la juventud. Ha sido esta la portentosa obra que ha realizado la ASSITEJ de la que hemos sido partícipes y también agradecemos, en la protección y defensa del auténtico arte teatral frente a cualquier agresión a la niñez.

Nuestro arte no puede perder la resonancia de sus pasiones y sentimientos ante conflictos o realidades de vida que los infantes avizoran en sus inquietas miradas ante las acciones y peripecias de los sucesos de su escenario. Hay que volver sobre el nuevo cuerpo tecnológico y medios virtuales dentro del teatro, para enriquecer el asombro y los sentimientos de la niñez y juventud, convivir con los dispositivos que a toda prisa acechan sus emociones. Todo esto inspira el respeto que exige su inteligencia, cada uno de sus intereses y deseos, para seguir conquistando sus miradas, hacerlos sonreír antes sus perspicaces y avispadas preguntas que juegan atrevidas en sus cabecitas. Ninguna carencia limitará el impacto restaurador de vida, de nuestro arte en su particular espacio. Nada es tan fascinante como la labor que realizamos, reinventar los horizontes del teatro tantas veces sea necesario, disfrutando junto a ellos sus agitadas respiraciones, sus sobresaltos, temperamentos diversos, sus gestos, risas, sus ojos húmedos y sus palpitantes aplausos, en la representación que brota del amor y la paz universal, tanto como protagonistas, actores o espectadores. Estos pequeñuelos nos zarandean el pensamiento y nos alejan de nuestras agotadas palabras, en sus fantasías todo lo bueno es posible. A ellos tenemos que escucharlos, a estos seres creadores que nos hacen descubrir lo virgen e imaginario olvidado. Honrar y servir a la infancia y la juventud, es hacer la vida.

* Mensaje del maestro René Fernández Santana por el Día Internacional del Teatro para Niños y Jóvenes