Por Rubén Darío Salazar
Me encantan las lecturas teatrales interpretadas. Es un acto que he realizado varias veces con Teatro de Las Estaciones en estos 25 años. Dirigí la lectura del Ubu Rey, de Jarry, en la Fundación Ludwig, El caballero de la mano de fuego, de Villafañe, en la Casa del Alba, Burundanga, de Luis Enrique Valdés, en el Museo Servando Cabrera, todas en La Habana. También Tortola mía, de José Manuel Espino, y el Viaje a la luna, de Dora Alonso, en la Sala Pepe Camejo y la Casa de la Memoria Escénica, en Matanzas, entre otras lecturas.
De entre todas evoco con singular cariño la lectura interpretada de Electra Garrigó, de Virgilio Piñera. Fue hace unos diez u once años. Se llevó a cabo en la recién abierta Galería Raúl Oliva, dedicada al diseño escénico, dentro del Centro Cultural Bertold Brecht, en la capital.
A la jovencísima María Laura Germán, aún estudiante de la Universidad de las Artes, le encomendé el personaje de Electra. Ya vislumbraba yo lo que venía, una poderosa actriz y titiritera en ciernes, de esas que siempre lo dan todo, poniendo alma y cerebro. Calan con su verdad en el público, la crítica y hasta en la mirada recelosa de algunos que nunca llegarán a ese fulgor legítimo. María Laura sigue con Las Estaciones, en la Radio, Teatro El Portazo… se apunta a todos los bombardeos como si la vida se le fuera a acabar mañana. Es una actriz de estos tiempos, que debería escribir más teatro, poesía o ensayos, pues también lo hace con inmensa luminosidad.
Clitemnestra Plá fue asumida por Fara Madrigal. Una actriz que en los 20 años (1995-2015) que estuvo en Teatro de Las Estaciones, llegó a estar a la altura de las grandes actrices titiriteras del país. Barrió con todos los premios de festivales y concursos, dejando en claro que podría llegar hasta donde ella misma quisiera llegar. Yo asumí el papel de Agamenón y me divertí tanto como lo sufrí, no tengo nada que ver con ese ser pusilánime e inseguro. El joven Orestes fue asumido por Yerandy Basart, de entre los mejores actores y titiriteros del país. Estuvo con nosotros en dos temporadas (2005-2009 y 2014-2016), si mañana regresara de allende los mares, y tocara la puerta de esta casa, su casa, no lo pensaría dos veces para hacerlo pasar.
El vividor Egisto Don estuvo en la piel de Aniel Horta. Actor talentoso, bello y tan alegre como un cascabel. Su paso por Las Estaciones abarcó desde 2008 hasta 2011. Vive hoy en otro país y a la vez vive aquí, todo lo que hizo actoral y titiriteramente se quedó para siempre con nosotros.
Por otro lado, el Pedagogo fue a parar a las manos de Iván García, esa joya de persona y actor. Su espectro dramático, como el de María Laura, abarca lo radial, la actuación en vivo, más su raigal estirpe de titiritero. Es hoy por hoy una figura imprescindible en nuestra agrupación, amado y respetado por todos. Norge Espinosa le escribió un nuevo prólogo a su Pedagogo, pensado como el alter ego del propio Virgilio, autor de la obra. A la lectura acudió el querido director y dramaturgo José Milián, con quien Iván había hecho Si vas a comer espera por Virgilio. La memoria y los nervios le jugaron una mala pasada, de la cual salió brillantemente, como suele suceder con los grandes.
Estas son las imágenes proyectadas durante la lectura, son fotos de Juan José Palma. También hubo banda sonora, que incluyó la Guantanamera, de Joseíto Fernández, junto a piezas de Cervantes, Amadeo Roldán y García Caturla. Fue una velada inolvidable. Agradezco a todos los que estuvieron o ayudaron para que fuera así.
En portada: María Laura Germán. Foto Juan José Palma.