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Ejes transversales del Teatro de/para/por la Infancia y Juventud en Cuba

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Pensando gestiones de la cultura, del derecho al trabajo y otros ejes transversales del Teatro de/para/por la Infancia y Juventud en Cuba.

Ante las problemáticas que se vienen contendiendo por décadas, salta en primer lugar el papel del artista en la sociedad y con él la importancia de la formación por la vía de la experiencia desde las edades tempranas.
¿Quién y cómo trabaja desde la cultura con foco en la infancia y juventud? Este es un asunto largamente discutido, sobre el que, desde la ASSITEJ, sobresale la necesidad de trabajar de forma interdisciplinar con investigaciones que participen de los procesos creativos atendiendo a una agenda de temas puntuales basados en los datos que proveen los institutos de investigación que informan las condiciones de vida y perspectivas de desarrollo de la infancia cubana, con un enfoque interseccional que cruce raza, sexo, clase, descentralización, entre otras categorías.
Se trata de asumir conscientemente una agenda descolonizadora para una cultura de la equidad, desde el respeto y el afecto, que supere la lógica heteronormativa y eurocéntrica y suscriba la declaración de los derechos del niño.
Al respecto podríamos citar los trabajos del Instituto Juan Marinello, las investigaciones sobre consumo cultural realizadas por el ICAIC y el ICRT, los datos del Centro Nacional de Estadísticas, Salud Pública entre otros. De esta forma estaríamos en condiciones de atender el modo en que se dificulta el acceso a la experiencia cultural del niño que vive en la periferia, del niño inserto en una familia de bajos ingresos, los que en definitiva son mayoría; por consecuencia la gestión de la cultura debe enfocarse en diseñar el acceso, más allá de producciones capitalinas que enfatizan la dicotomía centro- margen, en tanto los reclamos que hoy se levantan, son voces que acusan efectos de exclusión.
¿Cómo se piensa garantizar la inclusión y la participación con los nuevos precios para acceder a las instituciones de la cultura, qué programas proveen la descentralización? ¿Cómo puede garantizarse un marco legal que permita a las asociaciones como la ASSITEJ captar recursos para sus actividades?
Para alcanzarlo, varios ejes se encadenan: la labor y formación continuada con acompañamiento metodológico del promotor cultural de la comunidad -que en la actualidad está aún lejos de los niveles de preparación necesarios- el Instructor de Arte en la escuela, los maestros y el acceso al disfrute de experiencias estéticas diversas con acento en la cultura barrial, local; no por decreto, sino por una comprensión que es en la comunidad donde los individuos se constituyen y fortalecen. Educar no quiere decir que “hay que escuchar a Mozart”, dice que, “si escucho también a Mozart, qué bueno”. La educación estética implica tener criterios para valorar también a Mozart y formar el gusto a partir de la riqueza y amplitud de los referentes conocidos, sin imposiciones coloniales de valor colocando ciertos materiales culturales como modelo sobre otras culturas.

Se necesita enfocar el trabajo desde la perspectiva de Paulo Freire: horizontal, afectiva, respetuosa, bidireccional, en la que se aprende desde lo local y se desarrolla la conciencia crítica, desde “lo que conozco y me afecta”.
El único y verdadero filtro del consumo del producto cultural es el referente cultural del público. Si el público se educa con instrumentos para la comprensión de la expresión artística y para ser crítico con agencia ante su realidad, ante cualquier discurso estético o no, sabrá discernir entre lo que lo nutre y lo que lo somete.
Es necesario un abordaje decolonial que aborde lo popular, lo negro, lo criollo desde otras perspectivas alejadas de lo bajo, hay que acabar con la discriminación qu ejerce una “cultura dominante central” y lo que a ella no pertenece, dígase el folclor u otras expresiones marginadas.
Es necesario parar de pensar que el teatro que vale es el europeo y que lo que hace una familia autodidacta en Yateras desmerece la atención. Los profesionales desde las instituciones necesitan descolonizarse para descolonizar la gestión de las instituciones.
El papel del arte para el niño en la escuela está muy bien descrito por Eliseo Diego:
El artista no viene a instruir, ni organizar, viene a abrir una mirada otra sobre un instante; esa mirada es lúdica y profunda y necesaria cuanto dialéctica, porque al desplazarse el punto de vista se instala la diversidad, que no es lo mismo que el individualismo. La pluralidad es rica porque abre posibilidades, porque incluye y abraza, porque no contiene competición.
A su vez, los medios masivos de comunicación deben suscribir su compromiso de calidad con inversiones en la producción de programas de televisión nacional para niños, la que en el pasado ya fue altamente reconocida por su calidad e impacto social. Para ello es necesario, también, actualizar los planes de superación y estudio, el diplomado creado en la Universidad de las Artes (ISA) hace 20 años, concluyó en su séptima edición, lo que a su vez podría ser complementado con la creación de grupos de investigación. Temas como psicología de las edades, dramaturgia, teatro para/con/de bebés, teatro para/con/de adolescentes, etc, conllevan un escuchar activo de los destinatarios de la obra artística como sujetos.
Otro asunto por analizar son los marcos legales y éticos del trabajo de las compañías de niños artistas en lo relacionado a las condiciones de trabajo del artista que se dirige al niño, salta a la vista que la diversidad de medios y ambientes exige una gestión multifacética, quiere decir que deben existir formas de gestión plurales atendiendo a la diversidad de los territorios y las expresiones artísticas. Estas podrían incluir, según la disposición del artista, personalidad jurídica, marco legal, cuenta bancaria y responsabilidad contable para que los grupos puedan captar y gestionar sus propios recursos para la producción. Ello no excluye recibir protección estatal, tal como fue formulado en los lineamientos al proponer unidades presupuestadas de carácter especial.
Aún pensamos que el tema reclama la organización de un taller nacional, que recoja los resultados de talleres locales, con abogados de derecho laboral. Lo que está en discusión es legislar la cuestión económica, pero están involucrados otros temas.

Al respecto veamos algunos de los puntos contemplados en el Nuevo Modelo de Gestión Económica que en sus lineamientos generales plantea:

06. La separación de las funciones estatales y empresariales pasará por un proceso paulatino y ordenado, donde la definición de las normas es fundamental para alcanzar las metas propuestas.

10. Las relaciones económicas entre las empresas, las unidades presupuestadas y las formas de gestión no estatal se refrendarán mediante contratos económicos y se exigirá por la calidad del proceso de negociación, elaboración, firma, ejecución, reclamación y control del cumplimiento de los mismos como instrumento esencial para la gestión económica.

12. La elevación de la responsabilidad y facultades hace imprescindible exigir la actuación ética de las entidades y sus jefes, así como fortalecer su sistema de control interno, para lograr los resultados esperados en cuanto al cumplimiento de su plan con eficiencia, orden, disciplina y el acatamiento absoluto de la legalidad.

19. Las empresas, a partir de las utilidades después de impuestos, cumplidos los compromisos con el Estado y los requisitos establecidos, podrán crear fondos para el desarrollo, las inversiones y la estimulación a los trabajadores.

23. Las empresas tendrán independencia para la aprobación de sus plantillas de cargos, cumpliendo los indicadores establecidos en el plan, que contribuirán a impedir que se incrementen las plantillas innecesariamente.
Todos estos temas fueron estudiados hace más de seis años en talleres con el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, y hasta el momento no se ha transitado por laboratorios con la intención de explorar nuevas prácticas y valorarlas antes de tomar decisiones.
Igualmente, sobre las salas de teatro se explicó, la propuesta dentro de lo definido en los lineamientos como unidades presupuestadas:

30. Las unidades presupuestadas cumplen funciones estatales y de Gobierno, así como de otras características como la prestación de servicios de salud, educación y otros. Se les definen misión, funciones, obligaciones y atribuciones.

31. Se reducirá la cantidad de unidades presupuestadas hasta el número mínimo que garantice el cumplimiento de las funciones asignadas, donde prime el criterio de máximo ahorro del Presupuesto del Estado en recursos materiales y financieros, garantizando un servicio eficiente y de calidad.

32. No se crearán unidades presupuestadas para prestar servicios productivos ni para la producción de bienes. Las unidades presupuestadas que puedan financiar sus gastos con sus ingresos y generar un excedente, pasarán a ser unidades autofinanciadas, sin dejar de cumplir las funciones y atribuciones asignadas, o podrán adoptar, previa aprobación, la forma de empresas.

33. A las unidades presupuestadas que solo logren cubrir una parte de sus gastos con sus ingresos, se les aprobará la parte de los gastos que se financiará por el Presupuesto del Estado.
Cuando se ha planteado a nivel ministerial la intención de constituir los teatros como empresas, El Consejo Nacional de las Artes Escénicas, ha salido en defensa de los propios principios aquí enunciados y ha propuesto una experiencia híbrida donde las Salas de Teatro, en tanto Centros Culturales, sean entidades presupuestadas con tratamiento especial, que respondan a la política cultural de la nación y que tengan la posibilidad de gestionarse con operatividad comercial procurando ingresar de vuelta un porcentaje de lo recibido como presupuesto anual. Sobre esta alternativa observamos las potencialidades reales con que cuentan nuestras salas y nuestros colectivos, con la intención de ingresar dividendos hacia una subcuenta que nos permita los necesarios grados de liberad de operación y así contar con fondos para acciones específicas en función del desarrollo de las instituciones más allá de los presupuestos generales anuales.
Estas actividades están encaminadas a incrementar los recursos que permitan el cumplimiento satisfactorio de nuestro objeto social, por cuanto en los lineamientos dedicados a la Política Social se proyecta:

140. Continuar preservando las conquistas de la Revolución, tales como el acceso a la atención médica, la educación, la cultura, el deporte, la recreación, la tranquilidad ciudadana, la seguridad social y la protección mediante la asistencia social a las personas que lo necesiten.

143. Dar continuidad al perfeccionamiento de la educación, la salud, la cultura y el deporte, para lo cual resulta imprescindible reducir o eliminar gastos excesivos en la esfera social, así como generar nuevas fuentes de ingreso y evaluar todas las actividades que puedan pasar del sector presupuestado al sistema empresarial.

Estas tareas, para su cumplimiento, cuentan hoy con el alcance que pueda garantizar la subvención estatal. Tanto es así que resulta significativo como en los dos únicos lineamientos referidos a la Cultura, se insiste en la preservación de los patrimonios. Mas, no se describen específicamente nuevas estrategias económicas que desde el reconocimiento de sus potencialidades contribuyan a garantizar que así sea:

163. Continuar fomentando la defensa de la identidad, la conservación del patrimonio cultural, la creación artística y literaria y la capacidad para apreciar el arte. Promover la lectura, enriquecer la vida cultural de la población y potenciar el trabajo comunitario como vías para satisfacer las necesidades espirituales y fortalecer los valores sociales.

164. Continuar elevando la calidad y rigor en la enseñanza artística profesional y ajustar las matrículas en las diferentes especialidades a las necesidades de las provincias y municipios y de las agrupaciones profesionales emblemáticas.
Finalmente, es manifiesto en dichos lineamientos que para la implementación de lo acordado… se aprobarán las normas jurídicas que sean necesarias, para crear la base legal e institucional que respalde las modificaciones funcionales, estructurales y económicas que se adopten.
Las buenas intenciones, las posibles equivocaciones, los experimentos en condiciones controladas, nunca salieron del papel.
Paralelamente, es justo observar que “proteger” no entra en conflicto con la idea de comercializar el producto artístico. Tampoco implica degenerarlo, mucho menos afectar a las comunidades que de él se benefician. Sea este un buen momento para analizar en qué contextos y hacia qué públicos procedería que se ejerciese un acto de comercialización de su producción artística. Puesto que aspira el artista a vivir de su trabajo, puesto que se requieren renovar los medios para la creación, puesto que es justo que podamos tributar, aunque fuere de manera pequeña por el bien común, no hay desdoro en comercializar los servicios artísticos, entendiendo el patrimonio cultural como un conjunto vivo de bienes que requiere y genera recursos.
Está claramente expresado en los lineamientos de la política de la nación, la necesidad de preservar los bienes culturales no es negociable. Lo que se invierte para nuestro desempeño no es derroche ni puede ser descartado. Es una inversión en la preservación, desde la resistencia cultural, de nuestros valores multiculturales y de la capacidad de persistir como nación.
Entonces se refuerza la idea antes expresada, de que toda acción que se proponga realizar con fines comerciales no puede afectar la programación destinada a la comunidad, ni al desempeño creativo del grupo constituido por los artistas. Por el contrario, están destinadas a nutrir y multiplicar lo que ha sido el objeto de nuestra labor: la creación artística y la preservación de la cultura.
Para su concreción se requiere de un marco legal y financiero que garantice las formas de contratación y cobro de estos servicios. Por lo que se visualiza que en un mediano plazo el destino de nuestras instituciones nos conduzca a constituirnos como Unidades Presupuestadas con tratamiento especial, en tanto se requiere efectuar acciones como:
Diversificar las formas de contratación de los artistas y su régimen tributario.
Estudiar formas de recaudación tradicionales de las prácticas artísticas en el contexto latinoamericano como “la gorra”, regulado por la adquisición de bonos de forma voluntaria, que permitan mantener la entrada libre a la comunidad, junto a la retribución del artista y con ello un porcentaje para la institución que soporta y potencia la actividad.
Contratación eventual de medios y servicios que garanticen la infraestructura necesaria para los montajes, ensayos y puestas en escena, así como transporte, alimentación y hospedaje de los artistas.
Organización de acciones de capacitación de carácter nacional e internacional.
Potenciación de las relaciones de intercambio a nivel nacional e internacional.
Concertación de eventos y festivales.
Constitución de espacios formales e informales para la formación artística e metodológica, imperioso ante la ausencia dilatada de un programa para la formación continuada con foco en el teatro para niños.
Fundación de un Club de Amigos que contenga el concepto de abonados para las actividades que se promuevan desde la asociación.
Ofrecimiento de becas y premios de creación e investigación.
Por todo lo expresado y con conciencia del momento histórico, estaríamos en condiciones de implementar acciones de manera paulatina y sistemática que, con carácter de laboratorio, observando y midiendo su alcance y eficacia, tengan garantizado el marco legal y material para su correcto desenvolvimiento. Lo que requerirá la capacitación de los trabajadores, el estudio, diseño e implementación de estrategias de mercado que protejan un producto artístico de elevado estándar y la incorporación a los equipos de trabajo de nuevos especialistas portadores de un enfoque multifacético para la gestión del patrimonio cultural inmaterial de la nación.

Desde El Arca.

Foto de Portada Archivo Cubaescena