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Ecos del concierto “Ellas cantan a María Callas”: La Diva en sus colegas cubanas

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Por Frank Padrón

El centenario de la cantante más famosa dentro del mundo lírico, la gran María Callas, no pasó inadvertido para un grupo de artistas relacionados con esa esfera de la letra y la solfa entre nosotros, quienes le rindieron merecido homenaje durante par de funciones en la sala Covarrubias del Teatro Nacional.

Ellas cantan a María Callas fue el concierto dirigido por Helson Hernández, con asesoría de Ubail Zamora y dirección musical de Yhovanni Duarte frente a la Orquesta del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, con el cual también se saludaron los setenta y cinco años de CMBF, Radio Musical Nacional.

María Anna Cecilia Sofia Kalogeropulu (1923-1977) —su nombre real—, cantante griega radicada en Estados Unidos, de cuerda conocida como «soprano sfogato» (se llamaba en la época del bell canto a quienes como ella detentaban inusual amplitud en su registro vocal), fue una verdadera leyenda tanto en su vida artística como privada, esta última transida por amores difíciles y sucesos desconcertantes.

Un grupo de cantantes cubanas recorrieron durante los conciertos, el repertorio de Callas entregándonos versiones tan personales como honestas y técnicamente impecables, las cuales fueron arropadas por el bien sonante organismo sinfónico, que generó la atmósfera adecuada para que las recibiéramos en toda su plenitud.

Quizá el orden de los programas debió ser un poco más equilibrado a nivel de ritmo; esto es: combinar mejor las arias de modo que alternaran piezas más dramáticas con otras más ligeras o movidas, pues sobre todo en la primera parte se sintió un tanto monocorde.

Pero a partir de la arrancada (Obertura de La forza del destino, de Verdi, por la Orquesta) casi todo fue de primerísimo nivel; el sobrio «Ave María» del también verdiano Otello, por la bien timbrada Conchita Franqui; la delicadeza de Ivette Betancourt bordando el segmento elegido de La Bohéme (Puccini); los hermosos gorjeos para «Ou va la jeune Hindouse?», de Lakmé/ Delibes por la alondra Tiffany Hernández o el desgarrador «Suicidio» (La Gioconda, de Ponchielli) por Maité Millián.

También se destacaron la mezzo Merlín Cruz, en un momento de la Carmen (Bizzet), Isabel Torres, del Lírico holguinero interpretando a Verdi (Ernani), Indira Pérez Valdés en Rigoletto (Verdi) y Dayri Llanes en la pucciniana Tosca.

Qué decir de dos consagradas como Bárbara Llanes en varios momentos de La Traviata de Verdi y la siempre refulgente Milagros de los Ángeles, quien comenzó por uno de los emblemas de la homenajeada («Casta Diva», de Norma, V. Bellini) y cerró por donde mismo inició el concierto: la difícil y llena de modulaciones «Pace, pace mío Dio», del verdiano La forza

Vestidas de manera muy elegante y variada, las artistas evocaron a la mítica diva, demostración del inmenso potencial con que sin dudas cuenta nuestro arte lírico.

Helson Hernández anunció una posible ronda donde Ellos (también) cantan a la Callas. Esperamos por eso.