Continúan las funciones de Delantal todo sucio de huevo, puesta en escena de Teatro D’Dos en la Raquel Revuelta todos los fines de semana de septiembre, en los horarios habituales de la sala
Por Frank Padrón
Cuando uno entra y se sienta, agradables olores culinarios lo inundan: la canela del arroz con leche, que cede poco después al sofrito de un apetitoso caldo. Sin embargo, no se trata de uno de los tantos restaurantes o paladares que inundan la ciudad.
Me refiero a la puesta teatral que sobre la pieza Delantal todo sucio de huevo, escrita por el brasileño Marcos Barbosa, ha asumido el Grupo Teatro D´Dos en una nueva temporada tras su estreno hace varios años, en colaboración esta vez con su colega Paso Teatro, de donde proceden los actores masculinos. Como en la puesta anterior, los espectadores “visitan” un pequeño apartamento, el que ha devenido la sala Osvaldo Dragún, del Complejo Cultural Raquel Revuelta.
Así los invitados a la casita de Alcira y Antero, se acomodan en una parte de la sala vuelta platea y reciben la propuesta escénica que dirige de nuevo el experimentado Julio César Ramírez. Tal interacción público-actores mucho más próxima y personalizada, no es exactamente inédita entre nosotros: ha sido ensayada, además de por esta misma compañía, por colectivos como El Público o Gaia Teatro, aunque en ambos casos mediante la traslación de los asistentes a varias habitaciones donde se representan escenas de una obra.
En este caso la propuesta permanece in situ pero es evidente que la comunicación, dada la cercanía literal, se estrecha para bien de todos, comenzando por el propio espectáculo teatral cuyo realismo incluye la ambientación “odorífica”.
Delantal… sigue un rencuentro: el del transgénero Moacir, de nombre artístico Indien Dubois, con sus padres, quienes le reprochan haber partido hace casi 20 años rompiendo todo vínculo, pero sobre todo sin aceptar el inevitable cambio. Fundamentalmente la madre, una beata simpática y extrovertida, prefiere seguir ignorando la metamorfosis de su hijo otrora varón, quien según ella un buen día encontrará una joven decente para tener familia.
Poseedora de un saludable equilibro tonal que mezcla la gravedad del tema con pinceladas humorísticas, Delantal… se pronuncia por el respeto incondicional al otro, la aceptación –que no tolerancia- de las alteridades sin disimulos ni auto engaños; rechaza innecesarias actitudes auto-compasivas y emplaza a quienes prefieren la lejanía de los seres queridos antes que la vergüenza o la crítica ajenas.
La puesta que ahora exhibe Teatro D´Dos, grupo versado en las peculiaridades del “espacio mínimo” con exitosas piezas (como la trilogía de Abelardo Estorino, los espectáculos sobre poesía de Lorca y más de un unipersonal) saca una vez más eficiente partido de esas “cuatro paredes” donde el público se integra como parte del vecindario, o como un fisgón que lograra ver puertas adentro.
Una reserva sobre la traducción del portugués: en esa lengua la segunda persona singular de cortesía se escribe “señor” o “señora” pero al traspalarla al español lo correcto es decir: “usted”. Al traducir literalmente suena un tanto artificial, pero es algo que puede corregirse aun teniendo en cuenta las funciones que restan.
Los actores también extraen no poca sustancia de esa escena doméstica, donde se mueven confiriendo la necesaria dinámica del espectáculo; cargan sobre sus hombros personajes harto complejos, de una riqueza ontológica vasta, como es costumbre en el teatro de Barbosa. El nivel general es alto, pero me gustaría particularizar algunos detalles.
Como la Alcira es una madre tan expresiva y temperamental, Daysi Sánchez, que en anteriores montajes resultaba quizá un poco demasiado enfática, ha logrado esta vez atemperarar sus “explosiones” controlando gestualidad y facialidad, definitorias del personaje.
Muy sentida y sincera es la caracterización de Franklin López sobre su trans: logra bordar con esmero la androginia y dualidad del personaje. Giselle Sobrino (Noelia) y Gilberto Ramos (Antero) exhiben labores matizadas y seguras.
Delantal todo sucio de huevo es un notabilísimo reestreno dentro de la temporada teatral capitalina que no debe perderse. Cierto que en el agradable apartamentico de la Raquel Revuelta no caben muchos visitantes, pero si usted se esfuerza y llega temprano (las funciones son a las 8:30 pm, viernes y sábados , domingos 5:00 pm) será muy bien recibido por los deliciosos olores que se escapan de la cocina criolla de Doña Alcira, donde también –abocados al nuevo Código de las familias- se sazona algo aún más importante: la inclusión, el amor por encima de la orientación sexual y las decisiones sobre el cuerpo propio, la aceptación de todos y para el bien de todos.
Foto de portada: Tomada de Enfoque Cubano
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