Reflexiones sobre la pasada Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa 2017
Por Claudia Amanda
Después de más de 18 horas por carretera y sin carretera, llegamos el 13 de febrero a Imías, municipio guantanamero donde se encontraba ubicado el campamento de esta XXII Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa. Participar en La Cruzada por segunda ocasión, más que otra experiencia, fue un empeño impulsado por la necesidad de continuar compilando las particularidades que hacen única esta labor. Para muchos fue su primera vez y como suele suceder, el compromiso, los lazos estrechados y el deber de volver, se impusieron en sus planes para no ausentarse en la XXVIII jornada.
A pesar de las dificultades y la compleja situación que dejó Mathew en la población serrana, la Cruzada no retuvo su programación, visitando las comunidades más intrincadas, conquistando risas y esperanzas. Inmerso en una fructífera recuperación por los embates del huracán Mathew, Imías aún sufre las secuelas del terrible fenómeno natural que arrasó con todo lo que encontró a su paso por estas regiones de la provincia oriental. Con las ansias de la llegada, y la nostalgia por la despedida de otros cruzados, despuntaba el comienzo de la segunda etapa de trabajo, iniciada desde el 28 de enero. Contando con la presencia de los grupos guantanameros Teatro Guiñol Guantánamo, Teatro Ríos, Proyecto La Barca, Conjunto de Teatro Dramático, La Colmenita y la agrupación circense Carpandilla; los grupos nacionales Palabras al Viento y Guiñol de Holguín, Teatro Callejero Andante de Granma, Teatro de Los Elementos de Cienfuegos y Teatro La Proa de La Habana. Además la presencia internacional de los grupos Mish Mach de Dinamarca, Teatro Kalipatos de México, Trupe Lona Preta y el Proyecto de Intervención Comunitaria Etinerancias, de Brasil. Luego de haber vencido parte del recorrido por los municipios Manuel Tames, Yateras, San Antonio del Sur e Imías, la Cruzada emprendió su última etapa hacia Maisí el 15 de febrero, mudando el campamento hasta llegar a Baracoa donde concluye el trayecto.
La Cruzada aún no tiene un presupuesto propio, cuenta con un aseguramiento proporcionado por la Unidad Presupuestada de Apoyo a la Actividad Cultural en la provincia (UPAC) en coordinación con el Consejo Provincial de las Artes Escénicas. Aseguramiento que ha ganado en estructuración con el apoyo de las instituciones, de los responsables y colaboradores que se han sumado en la evolución del trabajo de producción para hacer posible el hecho teatral guantanamero. El intercambio de saberes se ha convertido en un importante punto de encuentro. El Coloquio Teatro y Comunidad es un ejemplo, dedicado esta vez al Teatro Joven, al teatro que emerge, al que se produce en la actualidad, derivándose otras inevitables discusiones alrededor del tema. Otros espacios de tal naturaleza son las conferencias y talleres, integrándose en esta edición el primer proyecto no teatral invitado a La Cruzada: Etinerancias. A partir de un auto-mapeo comunitario de las mujeres que son referencia en cada comunidad a las que llega La Cruzada, Gabriel Kieling y Raissa Capasso realizaron un interesante trabajo investigativo y comunitario con el interés final de construir un material documental que recoja cada vivencia y acción comunitaria realizada. Además, la satisfacción por la presencia de las agrupaciones locales, otras habituales y aquellas que se inician en la contienda, motivados por los intercambios y las conmovedoras experiencias, quedan fortalecidas alianzas entre los participantes y el público serrano, ya a la espera de la próxima edición. Se celebraron los años de vida artística de los actores Uris Rodríguez, Rafael Rodríguez y Eldys Cuba, líderes de La Cruzada con Emilio Vizcaíno al frente de la tropa teatral. Días y noches, desde el despertar, hasta el dormir, compartiendo espacios, funciones, criterios, recipientes y cubiertos o un pedazo de “campran”, propiciando momentos a favor del diálogo y del intercambio socio-cultural. Inesperados encuentros de saberes y conocimientos, análisis que conducen hacia el trabajo que desempeña cada grupo, cada artista, que nos actualizan sobre una parte de la producción artística y teatral de las provincias y de los países participantes.
Una de las tantas experiencias que removieron la cotidianidad de La Cruzada, fue la noche de función en Playita de Cajobabo. Artistas y población reunidos en el parque José Martí para la actuación, protagonizaron el performance de teatro espontáneo de Teatro de Los Elementos. Música en vivo, danza, narración oral, dramatización, acapararon la atención de los presentes extrañados por la emotiva propuesta, provocando revivir tristes o alegres experiencias como el paso del huracán, una ocasional historia de amor de una pareja y la felicidad de una pequeña. Historias expresadas por asistentes y representadas por los actores cienfuegueros de Teatro de Los Elementos. La interacción provocada dejó latente recuerdos y sentimientos con el despojo de todo lo malo por Teatro de Los Elementos a la población de Cajobabo: “Con el agua del río, con el agua del mar, yo me llevo todo lo malo”. Y yo “con el agua del río, con el agua del mar…”, me llevé todo lo bueno de esta Cruzada Teatral.
Fotos Abel Carmenate