Por Erian Peña Pupo / Fotos Carlos Rafael
La compañía de danza contemporánea Codanza, fundada en Holguín el 25 septiembre de 1992, bajo la dirección de la bailarina, maestra y coreógrafa Maricel Godoy, presentó en el Teatro de Manzanillo, Granma, las obras Casita, El segundo sexo y Ofrenda de Toro.
Casita, exitosa coreografía del estadounidense Robert J. Priore, explora la interioridad familiar y las dudas del individuo contemporáneo, basándose en matices autobiográficos del propio creador: casa metafísica —y además colectiva—, muestra la relación con su familia y los seres cercanos, las dudas de él como individuo y como ser social…
Aquí la música, a la par de una luz cálida que permanece casi siempre sobre el escenario, recalca la multiplicidad de espacios y mixturas culturales de una ciudad cosmopolita como Nueva York, donde vive Priore, pero que puede ser cualquier ciudad del mundo.
Por su parte, El segundo sexo, evidencia las potencialidades de Vianki González Miranda como coreógrafa. Inspirada en el libro homónimo de la francesa Simone de Beauvoir, la también primera bailarina y fundadora de Codanza, aborda en su pieza coreográfica las relaciones interiores de cuatro mujeres —interpretadas por las primeras bailarinas Leanet Díaz Silva, Inés María Preval, Marianela Pérez y Ana Belén Núñez— y sus diferentes maneras de enfrentar la vida, rodeadas de sumisión, violencia, tabúes…
Finalmente, Ofrenda de Toro resultó una de las obras más atractivas del programa y de una compañía que es considerada por la crítica especializada como una de las mejores agrupaciones escénicas del país. Con corografía de Rafael Portelles, sobre idea original y guion de Edgar Ariel Leyva González, la obra tiene música original de Samuel Pérez Santiesteban y es interpretada por el cuerpo de baile masculino, aunque destaca el desempeño del solista Osvaldo Cordero, primer bailarín de la compañía. Inspirada en mitos grecolatinos, Ofrenda de Toro pone de manifiesto el poder, la perfección y la belleza frente al dominio; la decisión de la mayoría de ofrendarse ante la superioridad humana.
Estas dos últimas obras, estrenadas en la V edición del Concurso Codanza del Atlántico Norte y Gran Prix Vladimir Malakhov, han caracterizado el trabajo de Codanza en los últimos tiempos en la búsqueda de lo que su propio lema reza: fuerza, vitalidad y destreza.
Ninguna de estas piezas busca ser complaciente, ni con el público ni con la crítica, ni mucho menos con una compañía que ha asumido los riesgos como parte de su concepción fundacional. Solo lo difícil, aseguraba José Lezama Lima, resulta estimulante.
Y uno de sus principales logros es la osadía conceptual en la que articulan sus discursos, a riesgo de que las coreografías parezcan herméticas o al menos complicadas a simple vista para un espectador no acostumbrado a ese tipo de osadías escénicas.
Ahí, en esa urdimbre que conforma la interacción de múltiples significados y aleaciones culturales que es la danza contemporánea, la danza posmoderna, encontramos uno de sus principales atractivos: la propia complejidad con que asumen la belleza para entregárnosla, no idealizada pero sí palpable, humana, real, aunque también algo etérea, sublime, en cada una de las piezas que observamos con los sentidos aguzados sobre un escenario dispuesto a sorprendernos con cada una de las puestas.
Importantes premios de interpretación y coreografía avalan también el trabajo de Codanza, entre ellos el Premio de la Ciudad de Holguín en varias ocasiones; en el Concurso Nacional de Coreografía e Interpretación Danzandos, en Matanzas; el Concurso Nacional Solamente Solos; el Festival Internacional “Un Desierto para la Danza”, en México; y el Encuentro Internacional de Danza en Paisajes Urbanos, en La Habana.
La compañía es anfitriona, además, del Concurso de Danza del Atlántico Norte Codanza y Grand Prix Vladimir Malakhov, surgido en septiembre de 2014 con el objetivo de estimular el trabajo de los jóvenes bailarines y coreógrafos cubanos y de varias partes del mundo. En 2013, Vladimir Malakhov viajó a Holguín y obsequió su “Regalo de Malakhov” para Cuba. Entonces Codanza entregó “Un regalo a Malakhov” de bailarines cubanos. Desde entonces, el importante evento es auspiciado por el célebre bailarín ucraniano, considerado por la revista Dance Magazine como el mejor bailarín del mundo en cinco ocasiones.
La V edición del Concurso de Danza del Atlántico Norte Codanza y Grand Prix Vladimir Malakhov, realizada entre el 23 y el 29 de septiembre del pasado año, reunió en la ciudad de Holguín a importantes maestros, bailarines, compañías e investigadores escénicos de varios países. En esos días Holguín fue la capital cubana de la danza, plataforma para el intercambio y el desarrollo escénico, sueño, además, de la maestra Maricel Godoy, nominada al Premio Nacional de Danza.
Las coreografías Casita, El segundo sexo y Ofrenda de Toro demuestran la encomiable altura en que se ha colocado la compañía holguinera Codanza en sus primeros 26 años de creada.