Caricare En Clave De Monólogos
Por Frank Padrón
Son numerosas las ofertas que la editorial Tablas-Alarcos pone a disposición de sus muchos lectores, y que pueden generar una provechosa bibliografía sobre el arte de Tespis y Talía. Ha sido un acierto indudable, por otra parte, expandir su diámetro más allá de la capital, y he aquí libros que, en sus diversas colecciones, representan lo mejor de cada provincia, con incursiones también en otros países.
Uno de los títulos para quienes aman el humor (que es como decir, todo compatriota), sobre todo ese –zumbón, costumbrista, fustigador– que nos caracteriza, es Caricare en clave de doce (Ediciones Alarcos, Colección Aire Frío, 2014),del holguinero Onelio Escalona.
Integrante y director del dúo humorístico Caricare, que forma junto a su esposa Mireya Abreu, el autor es uno de esos hombres-orquesta que se mueven en los registros más diversos: humorista de profesión, escribe los textos de su grupo, es caricaturista, se licenció en Educación Plástica y, como si fuera poco, crea instrumentos musicales con los más increíbles materiales.
Caricare es uno de los más originales y eficaces cultores del humor criollo, tal lo demuestran no pocos premios Caricato durante muchos años, y hasta un programa en TV nacional que lamentablemente desapareció. El “fatalismo geográfico” no ha hecho mella en Onelio y Mireyita, quienes, excelentes comediantes, dicen textos ingeniosos, inteligentes y agudos, que convocan al más amplio público. Ejemplo de ello son los monólogos que se agrupan en este libro, con sketchs frecuentes de su repertorio, pese a que están renovándose constantemente.
Caricare en clave de doce muestra virtudes no demasiado abundantes en la escritura humorística del patio: el manejo del lenguaje popular y sus ricos giros léxicos ajeno a la chabacanería y la vulgaridad; el doble y hasta triple sentido con toda la elegancia y sutileza que ello implica; el rastreo lúdico dentro de la frase hecha, mientras la literalidad del dicho y refrán –en lo paremiológico Escalona es un “buzo” indetenible- se enriquecen aún más con la re-semantización del relato clásico y sus motivos, a lo que se suma el uso magistral de la prosopopeya o personificación (cuando toman vida propia objetos inanimados y entelequias); la sátira social, la crítica aunque sana y sin resentimientos ; el costumbrismo sin embargo trascendido hacia zonas “francas” que, trascendiendo cualquier localismo hace en términos generales, inteligible el discurso para cualquier receptor, y todo integrando el suculento caldo de cultivo: un humor inteligente, que permite la reflexión más allá de la (son)risa puntual, y sus dardos a la burocracia, el absurdo cotidiano, lo (i)rreal-maravilloso, los bloqueos internos y los males eternos que se metabolizan mejor cuando vienen envueltos en una carcajada, lo cual, dicho sea y no de paso, es frecuente en el hacer de Caricare, según (de)muestra este delicioso libro.
Como apunta el también humorista y escritor Eduardo del Llano en el prólogo, “fiel a una tradición afincada en el teatro vernáculo-y más atrás, en la picaresca ibérica-“, Onelio Escalona se luce en refrescantes monólogos como Hay cosas que yo no entiendo (desde la perspectiva infantil), El guadaespaldas del amor (bromeando con el eterno Cupido y sus peripecias), Ver para creer (que ironiza con lexemas de visualidad en boca de…un ciego, por demás hablante de portuñol) El cartero (en torno al antiguo y hoy casi extinto oficio), Cotorreando en la capital (deliciosa fábula llena de “chucho” de principio a fin) o Promotor agrocultural (que realiza una rigurosa simetría entre términos artísticos y campesinos) mientras toman vida, como ya apuntábamos, figuras no humanas (un fotingo, el célebre “espejo mágico” , un maniquí…).
Aunque solo resta ver representados esos monólogos por su dúo ejecutante–que no es poco faltar-, resulta “dulce y útil” según la fórmula horaciana , tenerlos a buen recaudo en nuestros estantes gracias a Ediciones Alarcos, que cuando sea posible, debe ir pensando en una reedición o en publicar nuevos aportes del incombustible Caricare.
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