Por Edgar Ariel
Un tipo que mataron a mano. Con una manopla. Heterogallitos con manoplas. Cazamariposas. Un hombrazo así, así… cuadrado. ¡Así…! y lo mataron a mano. Muerto. Frío como un acuario. ¡Bruno! ¡Bruno! No siento dolor. Amo tenderme junto a los muertos para medirme a mí mismo. Narcisos blancos. Siete narcisos blancos.
Septiembre 2, 2019
Bruno, hermanito, discúlpame por no haberte escrito como ha sido mi promesa. Todos los días me siento frente a esta computadora, pero después me abandono en pensar cómo escribirte una buena noticia cuando no la hay. Pienso en cómo escribir que las cosas van mejores, pero no es cierto, imagino de muchas formas la oración para que no se escuche feo que seguimos sin encontrarte. Que los funcionarios siguen sin hacer su trabajo, que les importamos nada, que el cómo estés y dónde estés no es una prioridad para ellos.
Tengo que ir a lavarme la boca pero me falta el valor. A veces nos falta el valor para ir a lavarnos la boca. Tengo sed. Miro por la ventana y veo el jardín. El jardín de esta casa y de las colindantes. En los parterres hibiscos y en el centro rosas. Desde la ventana veo el jardín y el Bulldog que de noche parece un león. Es un barrio residencial. De ricos. En estos días duermo en una casa con jardín. Pero me siento solo y quiero que algo se alegre cuando yo vuelva a casa. Oye lo que busco para aliviar mi soledad. Busco a Bruno en el azul medianoche.
Busco a Bruno en el azul medianoche. En el reguero de ascuas del cenicero. Eché una mirada por el tragaluz de la escalera. Busco a Bruno en el tragaluz. En las escaleras donde tropiezo y caigo. Vivo tropezando. En el refrigerador. En la lata de sardinas ya podridas. En el litro de leche. En el fuego que calienta el litro de leche. Los incendios nunca me han impresionado. Aun así, subo corriendo las escaleras para contemplar desde la ventana la ciudad en llamas; pero la ciudad no arde. Yo me hubiera quedado tranquilamente en la ventana, a no ser por el hecho de que, por ligereza, en Bruno radican mis escasos bienes combustibles. Busco a Bruno en el jardín. Ladra el Bulldog que parece un león, y lo olvido.
Siento decirte esto, pero así siguen las cosas aquí, siento desilusionarte diciéndote que aún para la institución que estuviste exponiendo tu vida –MARINA– sigue sin importarle lo que te esté pasando.
Miro esa falsa ciudad en llamas y siento que Lukas me dice como en un susurro de mariposa: desapareció el 10 de mayo. El último de siete hijos nacidos vivos. El pequeño de los seis hijos varones. El nene de su hermana Ana. Bruno es el nene de la tía María y la tía Juana. Bruno es un sueño. Bruno es trabajo entre las plataneras. Bruno convoca brigadas de búsqueda. Bruno es una comunidad. Bruno es una memoria. Bruno es una motivación. Bruno es una condena a latigazos.
Y bueno, del país ni qué hablar, ese mismo país de quien recibiste la mención honorífica POR SU DESTACADA LABOR EN LAS OPERACIONES PARA REDUCIR LA VIOLENCIA EN EL PAÍS, DEMOSTRANDO PROFESIONALISMO, LEALTAD INSTITUCIONAL Y HONRADEZ EN LAS ACTIVIDADES QUE REALIZA: buscarte, encontrarte, esclarecer lo que sucedió contigo ese 10 de mayo del 2018 no es una prioridad.
Ladra el Bulldog y olvido a Bruno. Es tan fácil olvidar. Ladra el Bulldog y pienso en Lukas, quien, intuyo, nació en un lugar de ofrendas y sacrificios, donde abundan las múltiples navajas de obsidiana, sahumerios y trípodes con cabezas se serpientes y águilas. Ahora quisiera escribir un MANIFIESTO INDÍGENA, pero recuerdo la desaparición del quejoso, su desaparición forzada, y me quedo sin fuerzas, incluso, me quedo sin fuerzas para amar, para amar la invención.
La gente me pregunta si con la nueva administración las cosas han cambiado, yo solo respondo que para nosotros siguen igual, ¡sin verdad y sin justicia!, en fin… hoy me dormiré invocando soñar que me llegue una idea de qué hacer, de cómo hacerle para no desistir hasta encontrarte.
Desde esta ventana recuerdo a Lukas, y pienso en la última tarde de acuario, en la pared despintada, el azul piscina, los niños glotones, los padres complacientes, el lobario vacío, los algodones de azúcar y los chicharrones de viento, y en el cartel que alerta NO PASAR, HAY HOMBRES TRABAJANDO.
En esa pared despintada donde un cartel adhesivo informa que la estrella de mar puede abrir una ostra, y por una rendija de solo 0,05 mm introducir su estómago hasta succionar el animal.
¿Esa estrella de mar, como un monstruo, descuartizó el animal que dentro de la ostra pudo haber sido Bruno?
Y bueno, por el tono en que te hablo ya te diste cuenta que estoy muy enojado, con tu país, con tus autoridades, con tus instituciones, solo espero poder seguir manteniendo la paciencia, de lo contrario, entonces sí, los que saben y conocen cómo se hacen las cosas, o de los que luego dicen “esas no son las formas…” entonces sí pedirán todo el peso de la ley para el impaciente. Pedirán que se restablezca el estado de derecho, porque para eso no se muerden la lengua.
Tu hermano
No se digan comunicados especiales. A cada quien su gusto más secreto y su más claro ideal. El mío, esta noche, desde esta ventana, está encerrado en la palabra #Bruno #Muxes #LukasAvendaño #México #LaUtopiaDeLaMariposa #MadameGabia #Queer #SearchingForBruno #Guelaguetza2019 #SeguimosBuscandoABruno #FuckGenderBeYourself #FGR #Guelaguetza #Oaxaca #AccionesParaLaFiscalía #Sábado #Zurich #Emperramiento #Censurado #Subversiva #Trans-gresora
Voy a lavarme la boca.
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