Por Erian Peña Pupo / Foto Kevin Manuel Noya
Con el título Andanzas hispánicas, el Ballet Español de Cuba, con dirección del Maestro Eduardo Veitía, presentó en el Teatro Comandante Eddy Suñol de Holguín, un sugerente y abarcador espectáculo que recorre diversas regiones de España de la mano de la música, el baile y el cante jondo.
El Ballet Español de Cuba, mediante un programa integrado por catorce obras en dos partes, recorre las principales variantes o expresiones dancísticas de la danza española. Entre ellas, la escuela bolera: nacida en Andalucía y declarada Bien de Interés Histórico y Patrimonio Histórico de España, se caracteriza por su barroquismo y la complejidad en la ejecución gracias a la interacción con la danza clásica del siglo XVII mediante los bailes cortesanos franceses e italianos.
Están presentes, además, en Andanzas hispánicas, recientemente presentado con bastante éxito en el habanero Teatro Martí por el BEC, creado por la Maestra Alicia Alonso en 1988: el flamenco, originario de Andalucía, Extremadura y Murcia y declarado por la Unesco en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; la farruca, los bailes populares y regionales…
Andanzas hispánicas –escribe el crítico Toni Piñera en el programa– “muestra las diferentes aristas de su quehacer danzario, para enseñar la mezcla profunda de nuestra idiosincrasia, con ritmo, acción y esa premisa de la agrupación, que como marca indeleble los caracteriza en el tiempo: la fuerza para vencer cualquier obstáculo, porque nada es imposible para decir en la escena. Todo ello se hará eco en las centenarias tablas, con un conjunto de obras coreografiadas por Francis Núñez, Pablo Egea, Marieta Romero, Leslie Ung, y el propio Eduardo Veitía, que siluetearán –con la elegancia, el talento y el amor que caracteriza y hace gala en la ya larga historia del BEC–, la personalidad de esta compañía de cabecera en este género en nuestra Isla. En ella vibra la danza en plural, porque, claro está, son cubanos que bailan lo español”.
Elegancia y talento –como escribió Toni Piñera– caracterizaron la presentación en Holguín de Andanzas hispánicas, coreografías “donde emerge una mezcla de ballet clásico, lo español, la danza y esa cubanía que sale por todas las hendijas del movimiento”, que distingue al Ballet Español.
Andanzas hispánicas se hizo acompañar en varias de las obras –siendo este uno de los atractivos del espectáculo– por de Alejandro Valdés y Palo de Agua, joven agrupación cubana de nuevo flamenco, merecedora en los Premios Cuerda Viva 2018 del galardón al Mejor Grupo Flamenco.
Valdés ha denominado a esta particular mezcla como Nuevo Flamenco de Cuba, caracterizado por el concepto musical empleado en la guitarra y el cante, con influencia de la música cubana, más la peculiaridad del bajo eléctrico y la percusión, y del sonido celta que le imprimen el violín y la gaita. “Es el resultado de lo que hemos venido desarrollando los cubanos con el flamenco por más de cuatro generaciones, más toda mi experiencia como músico flamenco cubano”, añade.
Palo de Agua está integrado, además, por Dayan Reyes (cante y gaita), Alejandro R. Serrano (bajo) y Leandro Cobas (cajón). Por su parte, el propio BEC cuenta con Daniel Martínez (pianista concertista), Annara García (flauta), José Javier Robaina (percusión) y Luis Armando Pérez (violín).
El programa estuvo compuesto por las obras: Asturias, con música de Isaac Albéniz; Alhambra, arreglo de Daniel Martínez a partir de la obra de Ernesto Lecuona, con Ricardo D. Quintana, Alian J. Pineda y Ledián J. Martínez, y coreografía de Manuel Díaz; Sonata en Re, obra de Pablo Egea; Ante El Escorial, hermosa pieza de Eduardo Veitía, homenaje a la célebre bailarina estadounidense Isadora Duncan, considerada por muchos como la creadora de la danza moderna, interpretada por Claudia González y Diancy Martínez, según los diferentes días del programa; Gigantes y Cabezudos, jota aragonesa de Martín Vargas con arreglos coreográficos de Marieta Romero; El Vito, baile, canto y música popular de Andalucía, recreada por Leslie Ung; y La Boda de Luis Alonso, obra del propio Veitía, con Diancy Martínez y Ricardo D. Quintana.
Integran, además, Andanzas hispánicas las obras: Esencia, farruca popular flamenca; Fandango, coreografía de Eduardo Veitía con la música de fandangos populares; Duende, estreno mundial de Eduardo Veitía a partir de un arreglo para flamenco realizado por Alejandro Valdés de la partitura de La muerte del cisne, compuesta por Camille Saint-Saens en 1866 para el ballet homónimo de Michael Fokine, interpretada por Diancy Martínez y Ricardo D. Quintana; Soleá, coreografía de Pablo Egea; Alegrías; música de Andrew Lloyd Weber, con arreglo de Valdés Reyes; Mucho calor, Vengo y Rumba pa´ti, obras de Valdés Reyes y Palo de Agua; y A orillas del río Sil, rumba flamenca creada por Leslie Ung, con los primeros bailarines y el cuerpo de baile del BEC.
Fundado en 1987, no es hasta marzo del año 1988 que se oficializa como tal bajo el nombre de Conjunto de Danzas Españolas del Gran Teatro de La Habana. Posteriormente recibiría el actual nombre. El colectivo se nutre de jóvenes valores egresados de su Unidad Artística Docente, formadora y continuadora de los valores de la Danza Española. Con un vasto repertorio que abarca desde el clásico hasta el flamenco más genuino y la fusión, esta compañía constituida en su mayoría por jóvenes arriba a su XXXII aniversario llevando a todos la tradición de las raíces hispanas.
En tres décadas de amplio quehacer el Ballet Español de Cuba ha sido reconocido como la máxima expresión del género en el país, por el respeto y la seria indagación en el trabajo técnico y coreográfico que le ha permitido crear un estilo dentro del panorama de la danza española.
Tomado de http://www.uneac.org.cu