Lo que un escritor escribe peor o mejor, es la prole que es capaz de engendrar. Velar porque no se extravíe es, al fin y al cabo, solo un gesto paternal.
Calvert Casey
Por Roberto Pérez León
En la pasada Feria Internacional de Libro de La Habana un fantasma anduvo por los anaqueles. El Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau en sus Ediciones La Memoria, publicó Palabra de diseñador, de Eduardo Arrocha. Y entonces, ¿por qué hablo de un fantasma? Es que el libro tuvo un lanzamiento sin ejemplares. La sala de la Casa del Alba se repletó de gente con la idea de conseguir Palabra de Diseñador y solo se consiguió la presencia de su autor. La imprenta no entregó la tirada correspondiente y solo hubo unos poquísimos ejemplares de muestra -¡vaya a saber cómo se lograron!
Pese a ese inconveniente los que hemos tenido el privilegio de ojear el libro, nos sentimos inyectados por la savia de un hombre que no ha hecho otra cosa en su vida que crear.
Cuando todos puedan tener el libro en las manos entonces habrá fiesta grande para el diseño escénico cubano. Desde ya llegue el agradecimiento a María Santucho como coordinadora de ediciones La Memoria, a Estrella Díaz por su trabajo de compilación, a Yoel Lugones el editor y a los diseñadores Katia Hernández Baldassarri y a Enrique Smith Soto.
Este libro es un merecimiento que se le debía a Arrocha, y para hacerlo más celebrable hay que decir que se trata de un libro de factura bíblica, porque hasta donde yo he podido ver no tiene erratas. Así ha sido el esmero de los que han puesto dedicación a este regalo editorial que es Palabra de Diseñador con sus más de 350 páginas. Es un libro lleno de ilustraciones, fotos y además tiene en la sección de imágenes una gran cantidad de páginas a todo color con obras plásticas de Arrocha, y diseños. Como valor agregado tiene un hermosísimo prólogo que es como un tremendo abrazo de Norge Espinosa a Arrocha.
Es muy fácil ser amigo de Arrocha, a mí me encanta decir que soy su amigo; él cultiva plantas, acaricia perros y mima gatos, suficiente para ser una persona admirable. Pero además, Arrocha es un artista en el sentido convencional, innovador, anárquico y revolucionario del término; crea con intensión estética cosas y estas cosas son los mapas para materiales escénicos de toda índole.
Eduardo Arrocha es un diseñador de vestuario, escenográfica, luces y todos los imaginables y posibles sistemas significantes que conforman una puesta en escena ya sea para teatro, danza, ballet, ópera, cabaret, televisión, y también para cine y comparsas del carnaval. Lo hace todo y todo le queda de rechupete.
Andamos celebrando el aniversario 60 de la creación de aquél inicial Conjunto Nacional de Danza Moderna, hoy Danza Contemporánea de Cuba, luego de haber sido Danza Nacional. Y resulta que durante cincuenta años, Eduardo Arrocha realizó más de 170 trabajos de diseños para unos 70 coreógrafos de esa compañía, todo lo cual le confiere la autoridad suficiente y necesaria para que cuando de danza se hable entre nosotros no podamos esquivar la palabra de Arrocha. Sí, digo la palabra pese a que Arrocha es diseñador. Bueno, palabra de diseñador, doble testimonio: la sonoridad y la visualidad.
Arrocha es un conversador de lujo, y ahora tenemos la suerte de que se puso a escribir y lo ha hecho como si conversara. Palabra de Diseñador no es un libro de memorias sino de cuentos, donde se nos aclara la memoria y se trastea en un pasado que aunque no tan lejano podría quedar en el limbo, sin el testimonio oral de uno de los testigos más actuantes del desarrollo de la danza en Cuba.
Por cierto, Arrocha es Premio Nacional de Teatro. ¿Por qué a estas alturas no ha sido Premio Nacional de Danza? Qué hermoso sería verlo con los dos grandes premios al aporte artístico de la labor de un creador escénico.
Para muestra, un botón: relaciono el índice general de Palabra de Diseñador:
Aunque no le guste, eso es Eduardo Arrocha / Arrocha diseñado / Infancia, entorno familiar y primeras escuelas / Primeros trabajos y estudios / Academia de Bellas Artes San Alejandro (1955-1962) / Europa: Descubrimientos / Evocaciones y experiencias / María Elena: un capítulo de más de medio siglo / Rubén Vigón: La semilla / Ramiro Guerra: El rigor / René Portocarrero: Un nuevo color / Andrés García: Lo cubano en el diseño / Televisión / La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana / Teatro Nacional: Conjunto Nacional de Danza Moderna / Paso por el Ballet Nacional de Cuba / Presencia en el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba / Encuentro y desencuentros con el Teatro Musical / El cine / La ópera / La Zarzuela / La parametración / Otros viajes / Alamar y sus vecino: Último puerto / Otras miradas a mi vida / El Cabaret: Difícil arte que no es fácil atrapar / Esperpentos franceses en La Habana / Isabel dice tres veces no / Arrocha y los autores cubanos en el teatro dramático / Arrocha y los autores foráneos en el teatro dramático / Arrocha la literatura y el diseño teatral / Arrocha, la música y el diseño teatral / Secretos y mañas de Eduardo Arrocha / ¿Alumno de Arrocha? / Anécdotas / Anexos / Arrocha visto por… / Catálogo General / Selección de títulos en Cuba / Diseños en el extranjero / Danza: 178 títulos por 70 coreógrafos / Lista de obras / Exposiciones personales y colectivas / Premios. Reconocimientos. Distinciones / Imágenes.
Arrocha sabe agradecer y dedica su libro: “Siempre he dicho que mi trabajo como diseñador escénico está signado por cinco artistas que mucho tuvieron que ver con mi desempeño artístico: Carmelo, Andrés, Vigón, Portocarrero y Ramiro. A ellos, mi reconocimiento y gratitud desde estas páginas. Y a María Elena, con todo mi amor.”
Pocos países de nuestro continente cuentan con un diseñador de tal magnitud. Y es que en Arrocha está lo necesario para ser un creador absoluto, porque es un hombre culto, tiene un gusto magnífico y sabe componer espléndidamente. Cuando estas tres cualidades se juntan sale casi siempre un Arrocha.