A propósito de la gira nacional de Teatro del Cuerpo Fusión
Por Maikel Chávez García
El Consejo Nacional de las Artes Escénicas, como parte de sus estrategias creativas de llevar a todo el país espectáculos de calidad, diversidad de discursos, y estéticas ha generado una ruta de giras nacionales para que varias compañías se presenten ante la mirada atenta y acuciosa de los espectadores de toda la geografía cubana. Un proyecto inclusivo que nos demuestra la gran potencialidad que tiene la escena cubana actual desde sus diferencias a la hora de abordar el discurso escénico que nos plantea cómo avanza la Cuba que soñamos.
Tuve la posibilidad de asistir a las funciones programadas en las provincias Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, del espectáculo Gesto Vivo, una suerte de revista gestual, conformada por una selección de obras cortas de diferentes espectáculos de la compañía Teatro del cuerpo Fusión. Esta acción se suma a la lista de festejos por los 25 años de fundada.
El año 1993, con todos los significados que para los cubanos trae esta época, donde hacer teatro constituyó un reto de vida y un acto de fe y esperanza, fue testigo de la osadía de Maritza Acosta Yánez al crear esta compañía de mimos contemporáneos, (como insiste en nombrarlos desde la etapa fundacional). Su poética se centra en la fusión de la danza y la pantomima, siendo el lenguaje gestual su protagónico. Integrada mayoritariamente por jóvenes, es también unidad docente, donde insisten por reposicionar el arte de la pantomima en Cuba desde su apropiación y engranaje teatral.
Emotivo encuentro en 2016 con el dramaturgo Nicolás Dorr, cual dijo sentirse rejuvenecido y feliz al poder hacer una reescritura escénica de su popular obra Las Pericas. Esta obra, clave dentro de la dramaturgia cubana, fue una oportunidad que permitió replantearse algunas herramientas en la construcción de la visualidad y la manera de dialogar desde el gesto para los integrantes de la compañía. El propio autor confesó acerca de Las Pericas en sus notas al programa:
“Por vez primera, en esta abarcadora versión, las pericas nos contarán toda su existencia, desde su juventud hasta su terrible final, rodeadas por los fantasmas de Gigantes y Cabezudos que las martirizan y al mismo tiempo las conducen por la angustia, el amor, la ridiculez, el dolor, la muerte y la incertidumbre. Gracias a la audaz y siempre inconforme búsqueda artística de fusionar la expresión del cuerpo con la música, Maritza Acosta, su directora, ha sabido entregarle a estas nuevas pericas la rara virtud de, prescindiendo de la palabra, saber adentrarnos en acontecimientos y estados íntimos de los personajes con tal claridad que sentimos innecesarias las palabras. (…) Yo tenía catorce años cuando la escribí y la estrené, y puedo afirmar con regocijo que esta experimental puesta me hace sentir de nuevo aquel niño que fui, un niño enriquecido, ahora en la madurez, por el brío y el ímpetu de una compañía teatral que merece nuestro aplauso agradecido”.
El espectáculo Reflexiones es el más reciente estreno de esta agrupación, con él el público del oriente cubano pudo disfrutar de una estructura a modo de revista, en el que se presentan fragmentos de diferentes obras del repertorio de la compañía. Una invitación a conocer la manera de trabajar. Uno de los aciertos que encuentro está en el diálogo generacional. Mimos fundadores de la agrupación como Dalila Calzadilla Jardines (quien es también la Regiseur), Javier Alejandro Soria (coreógrafo de varios de los números presentados), comparten la escena con los más nuevos integrantes de los que me gustaría destacar su interpretación a Miguel Ferrer, Celia Yanara Rodríguez, Daniel Domínguez Matos, Grisel García González, Jorge Michel Turruellas, Sandra Ledesma Serrano, Beatriz Anaya Rodríguez, Marcos Sánchez y Dayler Álvarez Lechuga. Destaco su valentía y sus deseos de aprender de un arte tan milenario e importante como la Pantomima, y revisitarlo desde la gestualidad expresiva del cubano. Que tengamos jóvenes interesados en potenciar el arte cubano es un privilegio para el alma que nos hace seguir confiando en el arte escénico.
Del equipo creador me gustaría destacar el diseño de vestuarios y asistencia de dirección de Carlos M. Marchante, la colaboración en ensayos de Ana Victoria Olea, y por supuesto, el mayor aplauso lo lleva la dirección general y artística de Maritza Acosta Yañez; la cual, más allá de aciertos y lunares en la estructuración de sus espectáculos, ha mostrado valentía e insistencia a la hora de sumar jóvenes al arte escénico.
Fui profesor de Historia del Teatro y Análisis Teatral en su Unidad Docente hace años. Testigo de varios procesos de trabajo. De su (por momentos) testarudez. Fui también testigo del crecimiento de un grupo de mimos que luego tomaron, tristemente, otros caminos. Debo confesar que en ese momento de crisis pensé que se desintegraba la compañía. Yo mismo, por razones de trabajo de otra índole tuve que alejarme. Pero, esta Gira Nacional donde compartimos, me hizo ver una mujer valiente capaz de renovar las energías creadoras y continuar agrandando su espectro. Sumar jóvenes es el acto del alma más hermoso para renovar las esperanzas. Felicidades a Teatro del Cuerpo Fusión por su aniversario, y sobre todo, por seguir insistiendo, cual Quijote, en darle un valor a la Pantomima en la Cuba de aquí y ahora.
Opiniones diversas encontraremos ante cada representación de esta compañía. Algunas a favor y otras, como es lógico, en contra. Pero lo que sí es evidente es que hay un interés marcado en no dejar morir esta disciplina. En sumar nuevas miradas y profesionales para el crecimiento. Si usted quiere saber cómo un grupo de muchachos bien jóvenes pasan sus días soñando desde el gesto, convirtiendo el movimiento en palabra que es poesía capaz de calar el alma. Lléguese a las funciones de esta compañía. Puede que inicialmente no entienda los códigos, o puede que sea todo lo contrario. Lo real es que sentirá un torrente de energía y pasión, algo que tanto necesitamos para ser felices aquí y ahora.
