Comienza un nuevo año y la primera propuesta escénica que saluda al público pinareño en esta fecha es Entre el cielo y el mar, a cargo de Nelson Álvarez, que celebra con dicha obra los 25 años de vida artística del Teatro de Títeres Titirivida.
Se sabe, la excelencia de gran danseur de Carlos Acosta valida su perenne empeño por exponer al cuerpo y su danza como un todo. Para quien es uno de los bailarines cubanos más aplaudido en la élite mundial del ballet, reorientar su hacer de gran intérprete al rol de director de una compañía profesional, no deja de ser un permanente ejercicio de firmeza superior.
La Casona teatral Vicente Revuelta, edificación que desde hace tres años acoge a la Casa Editorial Tablas-Alarcos, del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, se convirtió este fin de semana en subsede de la Feria internacional del Libro que hasta el 16 de febrero se desarrollará en la capital.
Agnus Dei, la pieza dramática que por estos días sacude las tablas santiagueras se escribió en 1979 por John Pielmeier y su estreno acaeció en Broadway en 1982. La historia de Agnus Dei es como un viaje que emprenden tres mujeres, y con ellas el público.
El gran disparo del arte, obra escrita y dirigida por Agnieska Hernández (Pinar del Río, 1977), se presentó en la Sala Tito Junco del Complejo Cultural Bertolt Brecht de La Habana.