Por Fernando Luis Rojas / Foto Fernando Medina
“Una cuadra no es EL país, un grupo no es EL pueblo, una anécdota no es LA totalidad.”
Estas cosas del individuo, la comunidad y el Estado son para volverse locos. Igual las llamadas redes sociales. Hay ahora –con los efectos del tornado– más frases de Martí que antes.
Una cuadra no es EL país, un grupo no es EL pueblo, una anécdota no es LA totalidad. Pero valen mucho, sobre todo en la desgracia. Ya después podrá hablarse de cuando presumen ser más que eso.
Hay un rosario de cosas que pueden sacarse de estos días. En cualquier lugar, los desastres naturales –o de otro tipo– lo tensionan todo. Hay problemas estructurales que se descarnan, ya estaban ahí hace mucho, pero siempre aparecen los nuevos Colones en misión “descubridora”. Emerge como nunca, el papel de las personas (de los hombres y mujeres) que llenan el andamiaje institucional. El peso de las subjetividades, de los valores, estalla. En apenas un radio de tres kilómetros una dirigente se baja con “puyas” de un carro; otra atiende el celular sin reconocer el número, interrumpe una reunión, y explica cómo podemos lograr un apoyo más efectivo.
Prefiero hablar de esa cuadra. 100 metros en Regla. Muchachos de once y catorce años, del barrio, paleando junto a los que llegaron a apoyar. Siete camiones de escombros se sacaron. Unos masones auxiliando a un cófrade, sin presumir su condición. Un muchacho lleno de alegría porque encontró una camisa –que le habían regalado días antes– sana bajo los escombros. Un vecino que le decía “profe” a Renecito de la Cruz y hacía todo lo posible por cargar los sacos con él. Una mujer que brindaba agua y afincaba un “al menos eso tenemos”. El viejito que puso como condición para que escombraran su casa: “tienen que tomarse el café que les preparé”. Cosas indescriptibles, inapresables en palabras.
No hay un instrumento, un medidor, para cualificar las ayudas. Trabajo físico, aportes materiales, cariño, palabras, todo vale. Cualquier debate sobre esto lo considero estéril. Fotos mediantes o no, importante es lo que mueve a la gente que llega.
El problema estaría en quienes dejen de moverse, de hacer algo, para salir en la foto. Solo ahora, no vale mucho hacer propia la canción de Pedrito Beritán: “… y por estarte moviendo, tú no saliste en la foto”.
Tomado de La Tizza Cuba