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UNIMA Cuba Mira Hacia 2022

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En los primeros días de noviembre tuvo lugar en Matanzas la tercera reunión nacional del Centro Cubano de la Unima (Unión Internacional de la Marioneta). Desde que en 2010 fuera reactivada en la Isla esta organización, que data de 1929, se convoca cada cuatro años a elecciones. Entre todos, se definen las estrategias de trabajo en cuanto a pedagogía, realización artística, promoción e investigación del milenario género.

En la reunión, realizada en la Casa de la Memoria Escénica, participaron representantes de 13 provincias y estuvieron como invitados Lillipsy Hernández, vicepresidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y Frank Téllez, especialista de Multilaterales del Ministerio de Cultura. Tras la bienvenida, lectura del informe resumen y otras acciones protocolares fueron iniciadas las votaciones.

Ratificado, por mayoría de votos, quedó el comité ejecutivo de Unima Cuba, activo en el período 2014-2018. Como presidente, el maestro René Fernández, Premio Nacional de Teatro y director general y artístico del Teatro Papalote, de Matanzas. En el cargo de secretario general, Rubén Darío Salazar, director general y artístico de Teatro de Las Estaciones, de Matanzas. Los dramaturgos y críticos Blanca Felipe y Norge Espinosa, fueron reelectos como vicepresidentes. Como vocales fueron confirmados el diseñador escénico matancero Zenén Calero, la actriz titiritera y directora artística Maribel López, de Guantánamo, y los directores artísticos y actores Yosvani Abril, director del Teatro Polichinela, de Ciego de Ávila, Christian Medina, director del grupo Retablos-El Arca, de La Habana, y Arneldy Cejas, director artístico del Teatro La Proa, de La Habana.

Seleccionado para ser el candidato por Cuba a la prestigiosa condición de Miembro de Honor de Unima Internacional, quedó elegido por mayoría el maestro titiritero Armando Morales, Premio Nacional de Teatro y uno de los fundadores del Teatro Nacional de Guiñol en 1963. A nombre de Unima Cuba, le fue obsequiada una reproducción en cerámica de la Abuela Pirulina, confeccionada por el artista plástico matancero Edel Arencibia, el mismo autor del Polichinela en cerámica, que fuera entregado al actor y director Arneldy Cejas, como reconocimiento por haber logrado el mejor trabajo como contacto regional en el país.

Fueron revalidados como consejeros internacionales por Cuba Norge Espinosa y Rubén Darío Salazar. Como nuevos miembros de honor de Unima Cuba, y por mayoría de votos, fueron elegidos en el siguiente orden Ramón Silverio, director del  Centro Cultural El Mejunje de Santa Clara, por su apoyo absoluto al teatro de títeres, tanto el realizado por figuras consagradas, como el que defienden las nuevas generaciones. Juan González Fiffe, director del Teatro Andante, de Granma, Rubén Darío Salazar,  director general y artístico de Teatro de Las Estaciones, de Matanzas y Zenén Calero, director del Centro Cultural Pelusín del Monte, de Matanzas, nominados todos en 2018 al Premio Nacional de Teatro. El destacado realizador audiovisual Julio Cordero, director del grupo Barco Antillano, la actriz titiritera y directora artística Sara Miyares, la también actriz y directora Artística Ana María Salas, creadora del títere Toqui para la televisión de Ecuador y Cuba. Maribel López, directora del Guiñol de Guantánamo, el actor titiritero Raúl Mederos, del Guiñol Los cuenteros, de San Antonio de los Baños, en Artemisa, Carlos González, director de la Compañía de Marionetas Hilos Mágicos, de La Habana, la titiritera Gladis Gil, con amplia trayectoria en la televisión nacional y la actriz titiritera de Las Tunas Clotilde Aguillón.

Cada contacto regional hizo una exhaustiva exposición sobre las fortalezas y debilidades del teatro de títeres de su provincia, lo cual permitió a todos los participantes conocer con profundidad de los problemas que aquejan al movimiento titiritero nacional, de sus necesidades, añoranzas e inquietudes profesionales, así como trazar nuevas estrategias para el cuatrienio de trabajo 2019-2022.

La reunión fue acompañada por la venta de libros especializados en teatro de títeres, diálogos fructíferos entre colegas y la aspiración común de alcanzar un presente y futuro para la titerería nacional, donde se honre el pasado sin negar los avances del oficio en el siglo XXI, época en que tradición y tecnología deberían ser aliados y no contrincantes.