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CUANDO LOS ÁNGELES NOS VISITAN

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Por Gladys Alvarado

Como parte del elenco de la recién finalizada gira CIRCUBA viaja por Cuba, una pareja de jóvenes artistas matanceros llama la atención por su historia artística y de vida. José Ángel Álvarez y Chenia Bakelets son los integrantes del dúo Ángeles, perteneciente a la Compañía Espectro, del Consejo Provincial de las Artes Escénicas de Matanzas. Se presentaron a audición para competir en el Festival del 2018, fueron aprobados y con su número de Acrobacia en Patines se alzaron con la Carpa de Bronce (tercer premio) de la lid; el galardón “Al más difícil todavía” que entrega el Festival de Albacete, España, el Reconocimiento Especial del TEVET Circus Produccions y el Premio Revelación, de la Agencia Caricatos.

Seis años de trabajo continuo los convierten en una propuesta artística de primer nivel, con un amplio repertorio que incluye además de su número estrella, una acrobacia en cuadrante, y dos números como solistas: Rolland él y Telas aéreas ella, con los que actuaron durante 2015 y 2016 en Turquía, y que mantienen como programación sistemática en el polo turístico de Varadero.

La férrea disciplina con que acometen su trabajo, el buen gusto en la selección musical, la cuidadosa imagen visual, la limpieza técnica y sobre todo la belleza del montaje de sus números, convierten sus presentaciones en explosivas muestras de efusividad del público asistente a las funciones.

Y es que estos jóvenes que han unido sus vidas y su arte vienen transitando juntos desde los diez años, etapa en la que estudiaban el nivel elemental de ballet clásico en la Escuela Vocacional Alfonso Pérez Isaac de Matanzas. Después, José Ángel concluyó su nivel medio profesional en la especialidad de artista circense, en la Escuela Nacional de Circo y Chenia cursa hoy su sexto año de Ingeniería Industrial, en la Universidad de Matanzas, pero lo que bien se aprende…, y esa base técnica que aporta el ballet clásico está allí presente en sus resultados creativos, donde el cuidado de la línea de piernas y brazos, así como el concepto de movimiento continuado y ascendente es palpable en sus números; resultados dignos de imitar por una buena parte de nuestros actuales intérpretes, que olvidan algo fundamental: el Circo es mucho más que habilidad técnica.

Sin perder la jovialidad de la juventud, estos hermosos e inquietos ángeles se  convirtieron en la revelación técnica y de popularidad del espectáculo El Circo por siempre, que recorrió triunfalmente el país durante el recién concluido verano. Auguramos éxitos aún mayores a esta pareja de artistas que escriben con mayúscula sus nombres en la historia del Circo cubano.