El Portal Cubaescena, en colaboración con el proyecto Juntarte, comienza la publicación de testimonios aportados por beneficiarios, talleristas y coordinadores de su amplio programa de acciones en las artes escénicas cubanas. Hoy comenzamos con el texto de Yoamaris Neptuno Domínguez, una de sus protagonistas más enérgicas.
Mi nombre es Yoamaris Neptuno Domínguez, soy instructora de teatro, comunicadora y activista social (con todo lo que ello implica) Esta ha sido mi presentación en los últimos tiempos, quizás reafirmando mi formación y vocación por servir sin importar circunstancias.
Soy joven, negra, cubana. Provengo de una familia formada bajo los preceptos de la fe cristiana por la parte paterna y Testigos de Jehová por la parte materna. Mis padres, muy jóvenes, se formaron en temas económicos en la antigua URSS y su ejemplo es el que me inspira a hacer cada día de mi vida un intento por ser más útil y dejar una semilla a través de mis acciones.
Tuve la posibilidad de formarme como instructora de teatro hace casi 17 años y trabajar con grupos poblacionales diversos; lo cual me ha hecho entender que el taller no puede estar reducido a la acción pura y simple de impartir una clase, se debe trasmitir fundamentalmente el calor de la relación humana, de ayuda y reflexión.
Siento que se necesita tener y potenciar el interés de los jóvenes artistas por aprender prácticas, técnicas y contenidos diversos y novedosos para poderlos aplicar en los procesos de creación artística. Estos son los motivos por los que he intentado propiciar un acercamiento al Proyecto de colaboración internacional ʺJuntarte: la cadena creativa que hace la escena inclusivaʺ, viéndolo como una oportunidad para que jóvenes diversos (no solo artistas) en todos los sentidos confluyan en capacitaciones e intercambios de experiencias cubanas y foráneas; a partir de prácticas escénicas donde se prueben diversas técnicas y tendencias y viene a ser una contribución para concretar mis aspiraciones de hacer desde mi pedacito y que otras personas también puedan hacerlo.
Juntarte llegó en un momento de replanteamiento del alcance de la Articulación Juvenil x la Equidad Social (AJ)[1] del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR)[2], movimiento creado desde el año 2016 y en medio de la implementación de ʺEvolucionaʺ Campaña Cubana por la No Violencia Hacia las Mujeres y las Niñas[3]. Aunque el arte no había sido objeto de atención por las procedencias de los integrantes de la AJ, me planteé sensibilizar en cierta medida a la población mediante el complemento de mis saberes de teatro, comunicación, educación popular, gestión de proyectos y procesos relacionados con temáticas como la equidad social, inclusión, violencia en todas sus tipologías y diversidad sexual. Desde la coordinación se promueve la participación activa de los distintos grupos de personas jóvenes beneficiarias, utilizando mecanismos que potencien su capacidad creativa y de propuesta en cada fase de la ejecución del proyecto.
Dado que OAR coloca en la diana de su labor la equidad de género desde la interseccionalidad, para la selección de integrantes en el proceso se toman en cuenta otras dimensiones de la equidad social como son el color de la piel, la territorialidad, los ingresos económicos, los vínculos erótico afectivos, la identidad de género, las prácticas religiosas, entre otras; para que no constituyan elementos de discriminación y exclusión. Se garantiza entonces una participación equitativa de jóvenes en su diversidad, desde las convocatorias a las actividades, a espacios de formación; hasta la toma de conciencia de este enfoque, en los actores sociales de los territorios.
Puede resultar ambicioso plantearse como meta la conquista de una sociedad más equitativa mediante las artes escénicas, el dar valor y promover el acceso pleno a las personas con discapacidad, la comunidad LGTBIQ +, el potenciar la colaboración, participación y cohesión para promover el fortalecimiento de capacidades de las mujeres, de los grupos vulnerables y minoritarios; he ahí el reto.
El trabajo que se realiza en las comunidades, ese que es menos elitista es tan importante como la dinamización de las ofertas artísticas en las instituciones del sistema de la cultura y contribuye al desarrollo de festivales, encuentros, carnavales, parrandas y otros eventos.
Hablar sobre el trabajo sociocultural comunitario en Cuba es reconocer el desarrollo de procesos creativos, artísticos, de prevención social y protección ambiental; gestados por creadores, instructores de arte, promotores culturales, líderes comunitarios y otros actores sociales involucrados y comprometidos con las transformaciones que se visibilizan hoy en comunidades rurales y urbanas del país.
La utilización del arte es el denominador común entre las iniciativas que potencian la atención a grupos vulnerables desde la perspectiva de equidad y justicia social, y el realce de la identidad de las comunidades, recuperación de la memoria histórica y salvaguarda de su patrimonio cultural. Es una constante la incidencia en la transformación comunitaria.
Las comunidades se convierten en espacios donde se desarrollan las manifestaciones del arte mediante la organización de talleres, fundamentalmente de creación, y las actividades de sensibilización que se realizan contribuyen a estimular la participación e inclusión de amplios sectores y de todos los grupos etarios de la población, con el incremento de opciones artísticas, recreativas y culturales en sus múltiples variantes; así como el enriquecimiento del trabajo con el movimiento de artistas aficionados.
A lo largo de mi experiencia en el trabajo sociocultural comunitario, me he propuesto vivir más los procesos que el resultado en sí. Considero importante el camino a través del cual se llega a ese resultado. Un camino en que los participantes se hagan preguntas, se cuestionen, establezcan prioridades, busquen información, sean capaces de analizar, se planteen resolver conflictos y sortear obstáculos, entonces los resultados del proyecto posibilitan una mayor capacidad de las comunidades locales para repensarse y tomar decisiones con creciente autonomía.
Lograr la verdadera participación y relación entre actores y espectadores (rompiendo muchas veces esa cuarta pared) es siempre un desafío para mí y de los más importantes; es suponer ver la forma en que los participantes de la experiencia se involucran en un proceso de sistematización.
Considero que el teatro es una rica y poderosa forma de expresión creativa del ser humano, que estimula la sensibilidad y emotividad desde la participación y la integración grupal. Es sabido que es una práctica social que propone alternativas valiosas para el disfrute del ocio y el tiempo libre de los partícipes del hecho teatral. A través de éste se puede contribuir al mejoramiento de vida de las personas, con la aplicación de las herramientas necesarias; haciendo uso del arte como medio y no como fin.
En mi formación está la educación social cuyos fines corresponden a orientaciones que buscan controlar y adaptar, modelando aptitudes y actitudes de las personas, pasando por propuestas que buscan dinamizar la creatividad social sin prescribir un modelo específico, sino restableciendo o recreando las dinámicas y experiencias preexistentes en los sujetos hasta llegar a la propuesta transformativa propia de la educación popular, que busca formar un sujeto social protagónico, dueño de su propio destino.
Presentaba al inicio mi procedencia porque, a mi juicio, Juntarte debe verse como un espacio que refleje la verdadera equidad y no quedar en el discurso vacío. Casi en el cierre de esta etapa, parece que lo vamos logrando. Un espacio, en el que, jóvenes como yo se sientan representados sin importar «diferencias».
[1] AJ- Es un espacio de reflexión y acción social colectiva, integrada por jóvenes entre 18 y 35 años, diversos además en términos de ámbitos de estudio y trabajo, orientación erótico afectiva, identidad de género, lugar de residencia, color de la piel, prácticas religiosas o no, experiencias y expectativas de proyectos de vida, en cuya diversidad radica su potencial. Se articulan en un proceso formativo teórico práctico donde se les comparten conocimientos y herramientas relacionadas con la equidad social, colocando el énfasis en la dimensión género y los derechos humanos, de esta forma desarrollan competencias que puestas en práctica, les permiten el ejercicio autónomo de sus derechos, la defensa de sus criterios, el diseño de propuestas de transformación social y la articulación con otros actores sociales, para que tengan mayor protagonismo en la promoción de equidad social en sus contextos locales (laborales, familiares, escolares y comunitarios)”. (González, L. 2018)
Integrada por jóvenes de todas las provincias del país, ha fortalecido las capacidades para la promoción de equidad social en sus integrantes, y pone énfasis particular en la región oriental del país, que continúa siendo una prioridad, dentro de las zonas de influencia del marco programático de OAR.
[2] OAR es una ONG de la sociedad civil cubana, cuyo objetivo estratégico es: contribuir a concepciones, relaciones y prácticas con equidad de género desde la interseccionalidad, en Cuba. Focaliza cuatro ejes de trabajo: Formación de actores sociales diversos; Comunicación social; Atención Integral a Mujeres en Situaciones de Violencia de Género y Experiencias Locales para el Fortalecimiento Integral de Mujeres. Acompaña experiencias de activismo y transformación social, entre las que se destacan la Plataforma de Hombres Cubanos por la No Violencia y la Equidad de Género y la Articulación Juvenil por la Equidad Social. Contribuye al desarrollo social en la sociedad socialista cubana, desde una perspectiva de equidad, mujeres, hombres y personas con otras identidades, con conciencia crítica y activismo social; a través de la capacitación y el acompañamiento a múltiples actores sociales; así como la realización de campañas de bien público. Diseña su trabajo sobre el eje de la equidad social, animada por el compromiso ético- humanista y solidario, en coherencia con los fines, carácter y espíritu de la institución.
[3]Para la conceptualización, diseño e implementación de la campaña, OAR ha contado con el acompañamiento de OXFAM desde su oficina en Cuba, su plataforma regional y el Centro de Conocimiento de VCM con sede en Canadá. Desde el año 2018 OXFAM desarrolla, a nivel global, regional y de países, la campaña BASTA por la no VCMN, con la cual se articula la campaña EVOLUCIONA que forma parte de esta iniciativa.