Una llave que me puede abrir mil puertas

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Por Yoamaris Neptuno Domínguez

A sus 16 años, Deiby Aguilar Mesa transita con firmeza y curiosidad el camino de la actuación, apostando por una especialidad que exige cuerpo, voz y alma multiplicada. Estudiante de la carrera de Actuación de títeres, el joven se forma en un espacio donde la técnica dramática se entrelaza con la manipulación escénica, dando lugar a una figura híbrida y potente: el actor titiritero. Próximo a su participación en el IV Foro Cultural Infantil Internacional en Moscú, Rusia, nos comparte sobre su formación, aprendizajes, desafíos y motivaciones; revelando cómo el gesto y la palabra se transforman cuando se prestan a otros cuerpos, otras voces…

¿Qué te llevó a elegir el trabajo con títeres como vía de expresión escénica?

El trabajo del titiritero es un trabajo doble, ya que primero siente el actor y toda esa energía la transmite a ese objeto el cual cobra vida. ¿Por qué lo prefiero? Es una pregunta muy buena ya que el títere puede hacer cosas que los seres humanos no: pueden entrar en un mundo el cual nosotros (los humanos) soñamos, pero ellos lo viven.

¿Qué diferencias encuentras entre actuar con tu cuerpo y actuar a través del títere?

Mi cuerpo puede vivir, crear, sentir, pero siempre hay límites corporales y circuntanciales que no puedo llegar a lograr; sin embargo, el títere tiene ese plus que ayuda al público a creer en lo nunca antes visto, solo lo que sus cabezas pueden llegar a crear.

¿Cómo llegas a La Proa?

Preparando motores para la Cruzada Teatral Guantánamo – Baracoa surge un pequeño percance con un actor de La Proa y mi profesor Erduyn Maza me contacta para cubrir un personaje (tan amado por mí), uno de los niños de la obra «Cuidado, hay perros», puesta en escena de Arneldy Cejas. Allí comenzó mi colaboración con Teatro La Proa (actualmente mi casa) y actualmente sigue en cartelera la obra.

Pudiste interpretar diferentes personajes en el Festival Habana Titiritera, figuras entre adoquines… ¿Cuál disfrutaste más? ¿Por qué?

Sí, pude interpretar varios personajes en este festival tan lindo; pero me llevo uno guardado en mi pecho que es «Rita la Caimana» ¿Por qué Rita? Ella se volvió mi amiga, mi compañera y en el escenario: mi energía. Aunque es una muñeca… siento que me escucha y cuando la animo me da el placer rotundo, de saberla de carne y hueso.

 ¿Qué importancia le concedes al Festival?

Este es un espacio hermoso tanto para grandes como para chicos el cual presenta a grupos nacionales e internacionales. En realidad, no   solo a grupos, sino ofrece la gran oportunidad a estudiantes de la especialidad a adentrarse en el mundo profesional de diferentes lugares del país. Más que un festival, es un intercambio de técnicas, de conocimientos, de vivencias como artistas y por supuesto un disfrute que nunca tienes ganas que terminen.

Recibimos la noticia de tu participación en el IV Foro Cultural Infantil Internacional a celebrarse en Moscú, Rusia del 21 al 23 de agosto… ¿Cómo la recibiste tú? ¿Qué significa para ti?

Es un enorme placer el cual no todos los días tenemos, le doy gracias a mis profesores Arneldy Cejas, Erduyn Maza y mi querida Ederlys Rodríguez por permitirme este avance en mi carrera. Llevamos meses preparándonos, somos 6 estudiantes. Este Foro es para mí una llave que me puede abrir mil puertas al saber, donde sé que voy a aprender de todas las manifestaciones artísticas y por supuesto llevar el nombre del Teatro en Cuba por lo alto.

En su presentación jocosamente comentó que es del municipio Cerro (ese que dicen tiene la llave) y termina haciendo alusión a este objeto quizás porque es consciente de la responsabilidad que asume al representar la cultura de nuestro país. Éxitos para este joven titiritero que abraza el escenario con humildad y pasión y revela una madurez artística muy poco común en intérpretes de su edad.

 Foto dde portada tomada del perfil de Facebook del entrevistado