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Un Teatro Familiar El De La Cruzada Teatral

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Por Ury  Rodríguez

Un despertar lluvioso, la mañana del 28 de enero de 2019 y marcado en el calendario, arrancó la XXIX edición de la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa. A pesar de la lluvia, nada impidió que el deseo de los teatreros se truncara, luego de la ceremonia que cada año se realiza frente al monumento martiano en el parque José Martí. Esta vez guarecidos en la Ludoteca y con la presencia de las autoridades políticas, gubernamentales y culturales, para esta ocasión el crítico de arte y presidente del Comité Provincial de la UNEAC en Guantánamo, Jorge Núñez Motes, dijo las palabras de despedidas:

 “Toda una hombradía, que desde lo más raigal de la utopías, desde hace tres décadas han contribuido al desarrollo social de una parte delas intrincadas zonas montañosas que caracteriza nuestro territorio. Cuánto no han crecido los habitantes de esas zonas año tras año de actores y actrices, de ustedes y muchos otros, sin cejar  en comodidades, inclemencias y sacrificios, llevan en cada edición lo más noble que tiene el ser humano: el arte.

“Y también cuánto no han crecido tanto en dimensión humana como estética cada uno de ustedes al contacto con una realidad diferente al tiempo que única.

“(…) El toma y daca que se establece  en sus integrantes y los habitantes de las zonas por donde transita, que más que público, además de serlo resultan colaboradores, cómplices, familiares”.Esta vez con las agrupaciones invitadas como Sangría de Brasil, Rulos Teatro de Argentina, El Arca de La Habana, Punto de Giro, agrupación pertenecientes a la Brigada de Instructores de Arte José Martí, de Santiago de Cuba, además de las agrupaciones del patio, La Barca, Teatro Ríos, Teatro Guiñol Guantánamo, Carpandilla (agrupación está de variedades circenses), cinco estudiantes del cuarto años de actuación de la academia de Santiago de Cuba, y especialmente invitados en sus 85 años de fundados, el grupo Lino de las Mercedes Álvarez, del realengo 18 en el municipio del El salvador en Guantánamo.

Colocar una ofrenda floral al apóstol y cantando a coro “A Baracoa me voy”, canción cubana convertida en símbolo de los cruzados, indica que es la hora de partir al segundo municipio que indica la ruta: Manuel Tames, territorio que comparte el valle guantanamero y las lomas del macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa.

La primera de las estancias se hace en la comunidad de Argeo Martínez, un ingenio azucarero en plena molienda acompaña a la Cruzada, en complicidad productiva anuncia que es un día diferente para los habitantes de Argeo y para los integrantes del proyecto sociocultural Jagüey la Esperanza que como buenos anfitriones, como viene sucediendo ya hace algunos años, lo dispone todo para que estemos a gusto. Funciones en Jamaica, El Palmar, La Güira, Boquerón, La Clotilde, Honduras y San Miguel, iniciaron el periplo por las montañas.

El trueque cultural se viene dando desde los principios de la Cruzada, una de las esencias que la define, la que no siempre se ha logrado como se espera, pero esta edición XXIX revive y con un esplendor muy particular, en cada comunidad suceden esos intercambios, antes de cada función de los grupos, declamadores, trovadores, agrupaciones musicales, danzas tradicionales cubanas y cantantes, creaciones de los instructores de arte y promotores culturales que se trabajan en cada escuela o barrio rural comparten los espacios escénicos.La Cruzada avanza y se interna en una espesura geográfica solo encontradas en estas zonas, de donde es la Caridad de los Indios, de los inmensos cafetales fundados por franceses donde aún acompañan las ruinas de los inmuebles los entornos rurales de Yateras, por donde sin prisa va en Toa, el río de más caudal de la isla, donde el fértil valle del Caujerí saluda lleno de vegetales.La vista de nuestro Pan de Azúcar indica que se está en la costa sur que baña ese mar inevitablemente azul (en sus gamas), del comienzo o final de esta Cuba, allá la punta de Maisí con faro incluido, de donde son los ríos Miel y Duaba, el Yunque, los cacahuales y cocoteros, acompañados por ese mar del norte más pacífico y con arenas blancas a ratos. Donde viven gentes que recuerda que por estas tierras se  cobijaron a grandes hombres: José Martí, Máximo Gómez, Antonio Maceo, José Maceo, Flor Crombet y Periquito Pérez.

En esta edición nos sorprendió la partida a la eternidad de nuestro gran Armando Morales, una mezcla de emociones inundó a los teatristas, lógico habíamos perdido a un Cruzado, esa noche del primero de febrero, la función fue de lujo, en Monte Verde de Yateras, Eldy Cuba, del teatro Guiñol, presentó al público asistente su más representada obra Opalín y el diablo, una puesta concebida desde la asesoría de Armando, y La criollísima historia del gallego y la mulata. Los títeres esa noche tomaron… la escena, un homenaje sentido desde la hondura del más puro sentimiento “cuando un amigo se va”.En las redes sociales escribí: “Así estarás por siempre Armando en la Cruzada teatral Guantánamo-Baracoa, con nosotros en una función, aconsejando, dirigiendo, caminando por las lomas guantanameras sin importar si el sol es más fuerte que en otros sitios, si el frío se cuela en los huesos, si llueve y no te importa mojarte, si te bañas con agua de manantiales o de los ríos sin matarle el frío como se dice por ahí, sin tener en cuenta ciertas condiciones especiales, nada importa para ti, solo el buen teatro en medio de la belleza natural de los campos, seguirás mostrándonos el buen gusto por lo que se hace y compartirlo, porque hay gente, mucha gente esperando por uno de nosotros.

“Estamos en la Cruzada, esa que te conquistó para siempre, te fuiste y no estábamos preparados para saberte en otros estados espirituales, como aquella función del viernes primero de febrero en Monte Verde de Yateras que te la dedicamos y la gente aplaudió y aplaudió mucho más por ti, así serán todas en la Cruzada que aún es joven, nos preguntarán por ti por esos caminos y hablaremos con orgullo de un amigo que se ha marchado para hacer nuevos trillos, senderos, atajos, rutas inagotables. Te amarán como lo hicimos nosotros  y quizás no tengas mucho tiempo para descansar porque tu sabiduría es inagotable”.

Gracias maestro. Gracias amigo. Gracias cubano.

La Cruzada está dedicada a fechas y hechos significativos de nuestra nación como son los 200 años del padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, al 166 del natalicio de José Martí, al 60 de la Revolución y a los XV de creación de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, cada noche el presentador anuncia nuestros homenajes y el público con sus aplausos comparte. Pero esta edición tuvo la dicha de compartir con el grupo de teatro campesino Lino de las Mercedes del Realengo 18, tierras insurreccionales de nuestras gestas independentistas y revolucionarias, la familia Baratute por ochenta y cinco años han defendido el arte de la interacción con los públicos, dejando una huella de arraigo popular  de ese teatro nacido de lo más fértil de la tierra, algunos intentos de indagación se han dado sobre esta agrupación, pero aún insuficiente para que sea conocido a plenitud en el panorama teatral cubano, sin menospreciar su condición de Amateur.

La noche del 2 de febrero la Cruzada Teatral, luego de su última función le rindió el homenaje por ese aniversario que lo sitúa en una de las agrupaciones teatrales más antigua de Cuba, si no la más, gracias por  contar con su humildad, su entrega al teatro.

La Cruzada enciende sus luces cada noche para disfrutar de un acto efímero pero bien recordado en el tiempo tanto por el que lo hace como por el que lo disfruta.

A buen tiempo, el teatro.

Buen provecho, el teatro.