La artista colombiana brindó un concierto espectacular este viernes en el teatro Mella de la capital cubana.
Por Mercedes Borges Bartutis
Totó La Momposina llegó a La Habana desde Colombia con sus pies descalzos, arrasando al compás de la música singular del Carnaval de Barranquilla. Con muy poca publicidad, insertada en la agenda de las celebraciones por el aniversario 55 del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, La Momposina apareció este viernes 10 de junio, en el teatro Mella de la calle Línea del Vedado, con un grupo de músicos extraordinarios y desenfadados, que soportaron un concierto con apagón incluido.
Todo lo que yo pueda decir será poco, Totó La Momposina no tiene comparación, su originalidad es tan fuerte, que puede enmudecer a cualquier espectador o hacerlo saltar de la butaca y obligarlo a bailar por todo el tiempo que dure su presentación.
El concierto de La Habana debió ser a teatro desbordado, pero lamentablemente hubo poco público; sin embargo, La Momposina hizo lo suyo y los cubanos le devolvieron un mar de aplausos, en una función que muy bien pudiera ser catalogada como clase magistral de folklor colombiano. Cada pieza musical fue antecedida de una explicación, donde conocíamos su origen y el nombre del informante que brindó testimonio para su rescate. Esta práctica no la hemos tenido en Cuba.
Canción por canción, Totó La Momposina descubrió los detalles más íntimos de su repertorio. Y, también, fue advirtiendo sobre la importancia de preservar las tradiciones populares de los países.
“Toda esta música viene del pueblo, por eso hay que protegerla llueve, truene o relampaguee”, dijo la cantante visiblemente emocionada.
La honestidad con que esta mujer enfrenta el escenario, es una muestra de su profesionalismo. A través de ella conocimos la diferencias entre la cumbia, el porro tradicional o el que se toca con la gaita colombiana; supimos cómo sucedió la inserción del elemento español en la música de aquel país con la guitarra, el redoblante y la trompeta.
Por su parte, Los Tambores de Totó La Momposina son un espectáculo imperdible. Estos músicos actúan con un desenfado, como si estuvieran en el patio de su casa, dominan múltiples instrumentos de cuerdas, percusión, y viento, convirtiendo el concierto en una demostración estupenda de música popular colombiana.
Al concierto de La Habana llegaron un grupo de jóvenes colombianos y de otros países de Latinoamérica que bailaron toda la noche con La Momposina y sus Tambores. Gritos de viva Cuba, viva Colombia, se escucharon constantemente, en una presentación que mostró una energía muy particular.
Casi al final de la noche, ocurrió un fallo de la electricidad, algo habitual en este país, así que el público siguió cantando a capela durante el apagón. Por suerte, todo se reestableció en pocos minutos, y la artista pudo tener su cierre de lujo.
“La música no tiene fronteras –concluyó La Momposina- eso lo tengo comprobadísimo. Nosotros estamos aquí por el amor que le tenemos a ustedes los cubanos”.
Y los cubanos que estábamos allí, sencillamente, también ofrecimos nuestro amor para despedir a esta mujer que, aunque había estado en la Isla hace dos años para recibir el Premio Internacional de la Casa del Caribe en Santiago de Cuba, muchos habíamos conocido solamente por su aparición en el video clip Latinoamérica, de Calle 13, pero que ahora, al menos en mi caso, formará parte de esos archivos musicales a los que siempre volvemos buscando energías para avanzar.
