Por Lázaro Pérez Valdés
Como cada 28 de enero, en la comunidad teatral El Jobero, se planta un nuevo árbol para rememorar otro aniversario del colectivo Teatro de los Elementos y evocar el natalicio de nuestro héroe nacional, José Martí. Nada es casual. Se tomó esta fecha de fundación por su trascendencia para todos los cubanos.
Corría el año 1991; un grupo de alumnos de la escuela nacional de teatro y su maestro José Oriol González, experimentan en un trabajo colectivo sobre estilos, estéticas y los principios artísticos y profesionales. El tema, los conflictos, los personajes y los escenarios de representación se toman del desfavorecido barrio de Romerillo, en la Habana. Así tras la primera representación: Tres brujas, un barrio y un nombre de flor, se funda la agrupación que hoy festeja sus 34 años de existencia.
Desde la primera representación el colectivo patentizó su carácter comunitario, de laboratorio, de investigación y docente. El propio nombre Los Elementos plantea un acercamiento a la naturaleza en toda su composición, al fenómeno teatral en todas sus formas de hacerlo y expresiones estéticas y al individuo en su multiplicidad expresiva. En un proceso de búsqueda se exploran en comunidades abiertas a la investigación teatral: Jacksonville en la Isla de la Juventud, Barranca en Santiago de Cuba y un barrio vulnerable de Nueva Gerona. A partir de aquí se configura el espacio idóneo para asentar el colectivo teatral.
Partiendo de su carácter comunitario; de sus intenciones de exploración en el teatro de calle como expresión escénica; del cultivo del teatro infantil y dramático de enfrentamiento y de generar un arte en correspondencia con su espacio y su entorno, en 1995 llegan a Cumanayagua. Por su posición estratégica al pie de la montaña continuaron los fundamentos de creación, impactando en comunidades desfavorecidas y cubriendo la programación cultural del municipio de Cumanayagua, dónde floreció el teatro callejero, espectáculos en espacios flexibles o teatro convencional.
Inmigrante constituye el primer espectáculo para sala, estrenado en 1996, una búsqueda corporal, inspirado en la técnica danzaria del body contact, donde predominaban las acciones físicas y la gestualidad en una coreografía en que los textos o sonidos eran apoyaturas. En este primera creación de teatro de enfrentamiento se utilizaban pocos textos manejados hábilmente por los actores en varios idiomas. Así logra el colectivo teatral insertarse de forma orgánica en el circuito de teatro comunitario ocurría en el país: la Cruzada teatral Guantánamo, la Guerrilla de Teatreros en Granma y la Fiesta del Fuego en Santiago de Cuba.
Motivados por su intención comunitaria el colectivo se suma a toda la programación que las instituciones municipales o provinciales ejecutaban para la montaña. Es que surge así una intención del grupo para el lomerío, con la creación de una serie de espacios como: el Festival de Teatro de la montaña, el encuentro de Narración Oral para la Montaña, el taller de Teatro Playback (provincial) y el evento Ciudad para Contar, también de carácter provincial.
La construcción y el diseño de la comunidad cultural fue un proyecto que reabrió puertas, no solo a la creación artística, sino también al intercambio de conocimientos en esferas productivas como la agricultura, la construcción y otras áreas. Jóvenes de Bélgica, Alemania y Suiza vinieron al intercambio, también se generaron convenios con universidades de Colombia, México, España y Bélgica.
Teatro de los Elementos ha tenido espacio en el Festival Internacional de Londrina, Festival de Teatro de Sevilla, el Festival Internacional de Teatro en Bélgica y el Festival Internacional de Teatro en Colombia. Todo esto sin abandonar sus compromisos con la montaña, las fábricas, las casas de abuelos o los centros docentes.
Son 34 años de labor donde el colectivo ha reafirmado sus preceptos artísticos y sus objetivos de creación, los mismos por los que fue creado. Teatro de los Elementos ha tenido un periodo de formación de actores, de no pocos estrenos en todas las líneas de trabajo. Se reforzó el frente infantil, la expresión callejera, la narración oral, la pantomima y el teatro de enfrentamiento. Como todos los colectivos y los procesos actuales ha vivido el flujo de creadores, el envejecimientos de sus miembros y las salidas repentinas; es por ello que actualmente preparan un número de jóvenes que pronto serán parte de la nómina teatral de la agrupación. Con el apoyo del Consejos Provincial y Nacional de las Artes Escénicas, se ha desarrollado un profundo taller de formación impartido por los veteranos actores de la agrupación, Yoel Pérez, Miguel Pérez e Isnoel Yanes.
Entre las directrices de la etapa por venir el trabajo será encaminado a la recuperación del repertorio activo de la agrupación con obras de teatro infantil como El gallo electrónico y Apóstol como propuesta para adultos; una obra escrita por Eloy Ganuza, director teatral que mucho ha aportado desde su filiación al quehacer de la agrupación. Otra de las metas para este 2025 es la reposición de Montañeses, obra insigne del repertorio de la compañía. También el director teatral Ariel Bouza, emprenderá un proceso creativo en la búsqueda de un nuevo montaje.
Para empezar a vivir esta nueva etapa hay que seguir aferrándose a los sueños del Maestro Oriol, fomentar el arte del Teatro Playback, las técnicas del clown y la Narración Oral. Así mismo queda pendiente la puesta en práctica el proyecto de saneamiento del río Arimao que abarca las comunidades desde Manicaragua hasta Cumanayagua, acción que se llevará en conjunto con el grupo teatral Cubichi. Se prevé realizar un levantamiento de las personas que viven en las inmediaciones del río, llamar a la concientización para evitar la contaminación y así mejorar la calidad de vida de los pobladores. Para este propósito de protección al Medio Ambiente, contarán con el apoyo de las autoridades y donaciones que permitirán incorporar paneles solares y plantas de bombeo de agua a las comunidades. Este proyecto que se prevé que pueda durar varios años, traerá un impacto social importante ya que también generará acciones de capacitación y empleos para los pobladores.
Este 28 de enero con la siembra de una palma real en homenaje al héroe nacional, comenzó el rescate del bosque martiano. Se ha proyectado el trabajo con las escuelas cercanas y los vecinos en general, intencionando fechas puntuales como el Día Mundial del Medio Ambiente y el Día Mundial del Agua. El objetivo principal es el de sembrar árboles en el camino que une el entronque de Cumanayagua con El Jobero.
Teatro de los Elementos es un centro de resistencia que se sobrepone a carencias y limitaciones, mantiene su programación así como otras propuestas artísticas. El colectivo teatral seguirá integrándose a todos los procesos de la comunidad El Jobero y de la provincia, continuará trazando el progreso desde el espacio de la comunidad teatral.
Fotos: Cortesía de Teatro de los Elementos