Por Isabel Cristina López Hamze
El XXI Congreso Mundial de la ASSITEJ se celebró en Cuba del pasado 24 de mayo al 1 de junio. Recuerdo que, cuando se estaba preparando el Congreso, asistí a un par de reuniones invitada por la anterior Presidenta del Centro Cubano de ASSITEJ, Irene Borges. Con Irene tengo una relación especial, pues fui su asistente de dirección cuando estudiaba en el ISA y ella era una directora ya premiada. De ella, en un proceso de montaje, aprendí mucho más sobre el teatro, de lo que me habían enseñado en la Universidad en tres años de carrera. Hoy muchos años después tengo que seguir agradeciéndole a Irene Borges por la confianza.
Gracias a ella participé de la selección de los espectáculos para la primera infancia que se presentaron en Cuba durante el Congreso.
Durante el proceso de selección vi muchas obras en internet, de colectivos de diferentes países y de todos los continentes. Fue un trabajo complejo, por la mala conexión que a veces tenemos, por las horas de dedicación a este empeño que son horas de menos para mi familia. Pero, por otro lado, fue muy enriquecedora experiencia ver tanto teatro para la primera infancia. Obras para bebés en espacios abiertos, espectáculos con luces y objetos llamativos, obras de pequeño formato y obras grandes. La mayoría sin la presencia del títere. Esta característica me llamó mucho la atención pues en nuestro país el teatro para niños mayoritariamente se hace con títeres.
A partir de esta experiencia descubrí que existen colectivos teatrales en el mundo que conciben obras, exclusivamente, para la primera infancia. Como teatróloga y crítica de teatro he recorrido el país y no conozco ningún proyecto cubano que se dedique, únicamente, a investigar y crear un teatro para niños entre 0 y 5 años. Recuerdo que la primera obra de teatro que vio mi hijo mayor en su vida fue a los 4 meses de nacido. Canción para estar contigo, de Teatro de Las Estaciones fue aquel espectáculo que captó su atención por la música, las luces, los hermosos vestuarios y la energía que desprendían Barbara Llanes y el resto del elenco. Se trataba de una puesta en escena para toda la familia, hecha para enamorar a todos los públicos. Pero no estaba pensada para bebes como mi hijo.
Gracias a ese trabajo de selección de las obras para el Congreso, puede acercarme a la Red Small Size, que se dedica a conectar teatristas para la primera infancia en el mundo. Participé de algunas de las sesiones de trabajo de la Red en el Congreso y me impresionó mucho el rigor con el que se trabaja, no solo desde la creación, sino también desde la investigación. Tuve el privilegio de compartir con un grupo de artistas smallsizers quienes trabajan en colaboración entre países, regiones y estéticas. Los miembros de la Red se encuentran en los festivales que se realizan para el teatro de la primera infancia en diferentes partes del mundo.
Uno de los encuentros más provechosos para mí, fue la presentación de la investigación Niñas y niños como agentes en la práctica del teatro para jóvenes audiencias, realizada por Pawel Galkowski y Michal Wendland. Esta fue una muestra de que también se investiga acerca de la recepción en la primera infancia. Otro de los hallazgos importantes fue conocer la existencia de la Red Vincular, surgida para crear puentes entre los teatristas de Nuestra América que se dedicar a las primeras infancias.
Además de los encuentros de naturaleza teórica pude participar en varios talleres impartidos por smallsizers. Los encuentros, coordinados en Círculos Infantiles de la Capital, me permitieron conocer otra zona de desarrollo de esta singular área del teatro para niños.
Propongo compartir, próximamente, las breves relatorías de los talleres acompañadas por fotos que ilustran las dinámicas tan singulares entre los teatristas y los pequeños de 1 a 5 años. Viaje con los sonidos, por Marilena Triantafillidou, de Grecia; Huellas por Antonella Dalla Rosa, de Italia; Agua Mar, por Azalea López y Antonella Dalla Rosa; Traza y Salta impartido por Michelle Guerra, de México y Sara Myrberg, de Suecia; y el intercambio de Teatro al Vacío con los viajeros José Agüero y Adrián Hernández, de Argentina y México.
Además, agradezco mucho el intercambio con Barbara Maleka, Susana Romo y, sobre todo, agradezco a Katariina Metsälampi, la presidenta de la Red Internacional Small Size, por la confianza, la amabilidad, el respeto al trabajo y la colaboración siempre alegre. Ojalá que nuevos lazos se gesten para el teatro cubano a partir de este contacto con creadores para la primera infancia.
Foto de la autora