Por José Omar Arteaga Echevarría
Silvia Barreiros es una mujer dedicada al teatro, más de una vez le ha tocado el triple rol de escribir la obra, estar sobre la escena y dirigir el proceso creativo. Zokwezo es la propuesta con que llega a Cuba nuevamente el colectivo Apsara liderado por Barreiros, quien accedió a esta entrevista para el Portal Cubaescena a propósito del estreno en La Habana de esta pieza que estará hoy sábado y mañana domingo en el capitalino Teatro Miramar.
Actriz, dramaturga y directora, cuénteme sobre su trayectoria y sus motivaciones para fundar y liderar la compañía Apsara
Después de haber completado mi formación en el método Stanislavski en Ginebra, trabajé varios años la improvisación teatral en Canadá. Hice varias giras internacionales, tuve la posibilidad de hacer dirección de espectáculos con las técnicas de Meyerhold, Grotowski y Barba en algunos países de Europa. En 2001 decidí fundar mi propia compañía, llevaba trabajando 15 años profesionalmente, viajando mucho, no solo en el circuito del teatro europeo, también en la India, África y otras regiones.
Apsara en sánscrito quiere decir “las ninfas que bailan para los dioses”, estoy fascinada con la cultura hindi y su filosofía, me agarré a esa espiritualidad. Ese año conocí a la cubana Ondina Duany trabajando en Suiza, ella es camagüeyana, así visité la provincia y fui a la tumba de Dolores Rondón, mulata cuya historia de vida fue muy trágica. La primera obra que estrené para la compañía fue Dolores en La Mayor, justamente inspirada en la enigmática vida de esta mujer, una leyenda en el Camagüey. Desde entonces he variado entre la escritura y encargar las obras, no siempre tengo el tiempo necesario para dedicarle a esta actividad.
¿Cómo pudiera esbozar la poética de la compañía Apsara, temáticas, líneas de trabajo?
La Compañía Apsara cuenta historias de mujeres en un contexto social, político y cultural siempre diferente, la mujer es el centro del conflicto, de una puesta en escena a otra varía la cultura, la música, la danza.
Así surgió la primera obra Dolores en La Mayor, un cabaret, casi unipersonal, inspirado en la cubana. Luego vino Medea in Spain, una versión de la original de Eurípides donde la protagonista es de la India y Jasón es flamenco. Hay similitudes entre la danza flamenca y el Kathak, en torno a eso estuvo centrada la obra estrenada en Ginebra. Hice Les papiers de l´amour, que cuenta la historia de una joven judía, de nacionalidad suiza que se enamora de un palestino y por ahí va la trama entre Isael y Palestina.
El estudio de las danzas, las sonoridades, la música y las culturas es imprescindible para lograr las puestas en escena. Ondina Duany ha desempeñado una labor importante en ese sentido. Posteriormente escribí una que trata sobre la esclavitud sexual No es tiempo de sirenas, esta la traje a Cuba en el año 2013. Estas piezas han sido representadas en muchos países, excepto Medea… que solo se puso en Ginebra, las demás han girado por el mundo hasta varios lugares de África, Bolivia y Europa.
Luego llegó Zokwezo, que la hice primero con un equipo del Benín, estuve un tiempo de gira en África y me fui a Ginebra; después hice este segundo montaje con actores cubanos que es el que estamos trayendo acá. Las dos últimas puestas en escena que escribí para la compañía Qu ‘est-il arrivé à Baby Jane, basada en la conocida cinta ¿What ever happened to Baby Jane? relata los conflictos entre dos hermanas que conviven, una como cuidadora, la otra con una discapacidad y Habibi, que también toca la cultura hindi, la pareja. Con esta obra estuve en Túnez, Argelia, también en Ginebra, en plena covid seguíamos trabajando.
Con la Compañía Apsara me interesa fundamentalmente exponer temas vigentes en la sociedad y viajar a distintos lugares para mostrar estos desde el teatro.
Zokwezo, un texto que aborda el tema de la racialidad en la pareja y la homosexualidad masculina, ¿por qué esta obra?
Zokwezo es una adaptación de la película Una giornata particolare de Ettore Scola que protagonizan Sophia Loren y Marcelo Mastroianni, siempre me encantó esta película y me dije “un día voy a hacer algo con ella”. Conocí a uno de los actores del Benín (que trabajó conmigo en la pieza) en un festival en Argelia.
Se me ocurrió entonces plantear este conflicto en la sociedad africana donde todavía hay bastantes prejuicios con las parejas interraciales y la homosexualidad en muchos países es considerada un delito. Esta adaptación la puse en manos de Julien Mabiala Bissila, actor congoleño radicado en Europa, él entendió perfectamente lo que quería. Quise traer esta obra a Cuba, el proyecto estaba concebido para venir en 2020 pero vino la pandemia y todo se atrasó. Aunque se ha avanzado desde el punto de vista social, y a poco tiempo de aprobado un Código de las Familias que protege y ampara muchos derechos de las mujeres y las comunidades LGBTIQ+, aún quedan prejuicios resididos y es necesario incidir sobre ellos desde el arte.
Camagüey, Matanzas y este fin de semana estará Zokwezo sobre el escenario del Teatro Miramar en La Habana. ¿Cómo ha sido la experiencia de los escenarios cubanos para usted?
Desde que vengo a Cuba la experiencia con el público ha sido muy buena, la gente sale de su casa. En Camagüey actuamos a las tres de la tarde y el teatro se llenó, incluso entró más gente que las plazas del teatro. El Sauto en Matanzas magnífico, hubo mucho público, vinieron estudiantes de las escuelas de arte y al final de la noche se hizo con ellos un intercambio sobre el proceso de trabajo y fue muy enriquecedor. Ahora estaremos acá en la Habana y veremos que tal. En sentido general se aprecia el interés de la gente por ir al teatro, descubrirse en la puesta en escena.
Fotos tomadas del perfil de Facebook de Silvia Barreiros.