Por Roberto Pérez León
No sé si dentro de la gestión cultural de las artes escénicas en La Habana la cifra de más de 25 estrenos en la modalidad de teatro para adultos es una cifra pertinente, al tener en cuenta los indicadores de la eficiencia y eficacia del desarrollo y sostenimiento del teatro en la ciudad. El quehacer teatral para su cuantificación, apreciación, medición y evaluación, por parte de los actores y los gestores culturales, precisa de herramientas cuantitativas y métodos cualitativos especializados que disminuyan el umbral de incertidumbre y subjetividades a la hora de un análisis.
Desde la crítica que sistemáticamente ejerzo en este mismo espacio, y que también es un indicador que proporciona información descriptiva y valorativa, considero que 2023 fue un año donde el teatro para adultos fue sostenido, equilibrado pese haber sido un año de mucha heterogeneidad y multiplicidad en los contextos económicos lo que afectó la gestión cultural del país; y, por demás, fue un año de Festival de Teatro en La Habana.
De lo que vi dejó en mi memoria escénica del año siete puestas en escenas que sobresalieron en riesgos y rupturas ante las rutinas escénicas, sin decoraciones ni abstracciones vacías, además por, algunas de ellas, elevarse con equilibrio sobre los cánones de lo teatral excavando en el significado del texto literario para erigir significados latentes.
Estas siete puestas en escena demostraron autonomía y determinación al expresar esencias de una teatralidad no tópica sino sanguínea, seminal y nada oficiosa. Ninguna vagó en las arenas movedizas del vanguardismo programático y sus estridencias que suelen ser poco convincentes en la producción de sentido.
Ahora, al anotar el porqué de la selección, reitero lo que en este mismo espacio señalé durante el transcurso del año. Así es que, sin orden de prioridad, esta son mis preferencias teatrales de 2023:
Desnudos en el bosque de Teatro Buendía, puesta en escena de enjundiosos procesos creativos que causalizan, con plenitud de sutilezas germinativas, con meticulosidad y singularidad, la fuerza dramática del Macbeth, de Shakespeare desde enjundiosos procesos creativos. La escritura escénica tiene dimensiones que nos hacen habitar en una fantástica poetización.
Aura, también de Teatro Buendía, esplendente fusión de dos universos simbólicos: la literatura y el teatro. El espesor de signos de un lado y de otro pulen y acarician sueños, pesadillas, vigilias. La puesta sucede cual maleficio envolvente entre la fantasía y la realidad. potenciado por una atmósfera fantasmagórica y misteriosa donde se desenvuelven los personajes.
Bayamesa. Réquiem por María Luisa Milanés, de Argos Teatro, sucede en un esmerado y fecundante contrapunto entre actores y personajes que fermentan y ejecutan una ardorosa pureza ficcional donde se urde una imagen que participa de lo documental alrededor de la poetisa.
El paseo de Buster Keaton, de Teatro El Publico imanta a Federico García Lorca y al actor del cine silente Buster Keaton. Las causas y los efectos del suceder escénico están hilvanados en un zafarrancho de asociaciones solo referenciables a través de un automatismo en la percepción de la escritura escénica Las actuaciones parecieran regidas por la simplificación de lo absurdo en briosos gestos y mímicas soberanas.
Aventuras del soldado desconocido es una coproducción del Teatro de Títeres La Salamandra y el Grupo Retablos. Se trata de una puesta en escena de Aventuras del soldado desconocido cubano, la novela inconclusa de Pablo de la Torriente Brau. La puesta tiene una esmerada composición, organiza paródicamente discursos de especificidad sociocultural contundente. El poder sugestivo del montaje está en la condensación del marco escénico, en la espectacularidad alcanzada por la visualidad. La estética de las figuras y la manipulación como vehículos expresivos naturalizan las esencias alegóricas de certeras tácticas escénicas.
Mar nuestro de Teatro de La Luna es una puesta sagaz, lúcida. Demuestra que el teatro es una asonada de conmociones. Ajiaco cubano con agregados de posmodernidad, tradición folclórica, religiosidad, racismo, feminismo y toda la producción simbólica que nos caracteriza como pueblo y nos une en una intimidad cultural de narrativa mestiza y sincrética.
Asesinato en la mansión Haversham, versión cubana de la célebre comedia inglesa que llega a escena bajo el patrocinio de Nave Oficio de Isla. Un grupo de jóvenes actores caricaturizan y reaccionan estrafalariamente a los personajes que representan y el resultado es de una gran comicidad.
He sentido en todas estas obras la distinción en la expresividad de ser algo en sí mismas y no solo por referirse a algo. Ahora recurro a la eminente Susan Sontag:
“El arte no solo se refiere a algo, es algo. Una obra de arte es una cosa en el mundo, y no solo un texto o un comentario sobre el mundo.”
Ya estamos en 2024, nueva oportunidad para mantener el convivio teatral. De nuevo leamos a Martí:
“El teatro es copia y consecuencia del pueblo. Un pueblo que quiere ser nuevo, necesita producir un teatro original”.
Foto de portada: Francesco Ungaro. Pexels.com