(A propósito del libro Isabel Bustos: danzándote Habana)
Por Noel Bonilla-Chongo
Sí, para contar la danza en primera persona, la mía como armador del texto y la de Isabel Bustos como insumo total de las páginas que lo integran. Quizás, porque la propia construcción “teórica” que se presenta parte no solo de la lectura y consulta de fuentes éditas, sino también de documentos resucitados de archivos dispersos, desconocidos y hasta descalificados. Claro, estimando los trazos de quienes se devuelven también a través del libro. En él, distinguir la tesis que le sirviera como ejercicio de culminación de estudios en el ISA a la bailarina Alina Ramírez Moro, integrante de la compañía Danza-Teatro Retazos y con quien yo compartiera su trabajo de investigación como tutor.
De ahí que, Isabel Bustos: danzándote Habana, es en principio, un sintetizado conjunto sobre Isabel y Retazos, una retribución a sus votos por la permanencia y amor a nuestra Habana y a sus gentes; es un canto a la ciudad desde los múltiples bailes de Retazos. Una suerte de cartografía viajera de 1987 al 2022, nos demanda danzar en el tiempo, en el espacio, con la vivencia absoluta de que los huesos, los músculos, el fluir sanguíneo de nuestros cuerpos danzantes se tornan contraseña para acceder a los desafíos que implica transitar en las edades del presente, donde la existencia y el poder inquebrantable al hacer de la danza un camino, una forma de ser y estar en la vida. También, es percepción en la continuidad sensible del cuerpo propio en el cuerpo del otro. En ese sentido, el texto, en la manera que invita a tantos retazos que en Cuba y por el mundo, se vuelve testigo del hacer fundante de Isabel, nos deja advertir cómo es el cuerpo nuestra condición sensible y experiencia, predestinación, espacio y tiempo actuante de inscripción permanente en el entorno.
Esta publicación ha sido posible gracias al proyecto de cooperación internacional “Promoviendo el desarrollo integral de La Habana Vieja para el disfrute y preservación del patrimonio, con herramientas de comunicación para la transformación social”, desarrollado conjuntamente entre la Oficina del Historiador de la Ciudad y KCD ONGD, con el financiamiento de la Agencia Vasca de Cooperación para el desarrollo (AVCD). Ubicado dentro de la Colección Cornucopia, de la casa editorial Boloña de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, con el exquisito diseño de Gretel Ruíz-Calderón González y la atenta edición de Marietta Suárez Recio; Isabel Bustos: (cual musa expresiva), en danzándote Habana, procurara ofrecer cuatro posibles coordenadas hipervinculantes de entrada:
Un documento
Hay en las páginas que integran este libro, una evidente dimensión documental. Un documento que, hablando de cuerpos y de danzas plurales, no renuncia a su matiz monográfico desde y hacia una mujer/cuerpo/Isabel y un espacio/tiempo/ciudad/Habana. Por un lado, nos acercamos en primera persona, a la vida y obra creativa de Isabel Bustos alrededor de la danza en sus más de treinta y cinco años de existencia de su parición mayor, la compañía Danza-Teatro Retazos en el centro más antiguo de la Habana: circundando su contexto histórico, intelectual, biográfico, creacional. Y, de manera afín, su distintivo rol como mujer transformadora en el quehacer de la vieja Habana. Siendo imposible desligar ambos modos de entender sus aportes sostenidos, su experiencia singular fundante en la antigua ciudad, la excelencia de su creación en contribución al desarrollo local, comunitario, nacional e internacional de la danza.
Entonces, este libro es monográfico en tres caracteres principales: el primero es que, centrándose en una única artista, aprueba que su universo singular no necesita extra-contextualizarse, porque resguarda con suficiencia su propio contexto (danza/ciudad); el segundo es que organiza la mayor recopilación de informaciones existente hasta la fecha sobre Isabel (en documentos de poética, memorias, testimonios, entrevistas, imágenes, etc.); el tercero es que, al visibilizar el papel de las mujeres en la obra rehabilitadora y en el desarrollo sociocultural del centro histórico de La Habana y, concentrándonos en la vida y obra de una de ellas, Isabel Bustos: danzándote Habana opta por ser pivote multiplicador hacia el futuro en la trayectoria poética de otras tantas mujeres habaneras.
Un documento sobre poética coreográfica
En la historia de la danza habanera y cubana, se registran varios nombres de mujeres que han dejado su impronta, ya sea en acciones circunstanciales o en propulsión hacia otras rutas y andares sostenidos en el tiempo. Pero la geopoética de la danza contemporánea cubana, ha mostrado durante los últimos años una ordenación vertical de influencias e inspiraciones en la grafía coreográfica masculina que ha hecho sólida a nuestra principal compañía de danza (Danza Contemporánea de Cuba), pero que, de igual manera ha configurado una forma más o menos favorecida del dispositivo “técnica corporal” altamente física y calisténica. Y aquí, Isabel Bustos tiene un aparte notable; en sus modos de hacer danza, en “la reconquista silenciosa del cuerpo”* bailante que demanda el entendimiento del cuerpo como consciente de sí mismo y capaz de moverse por sí mismo, gravita la pausa, el aplomo, la aparente quietud, la mirada sosegada, la potente imagen de la belleza, el encanto femenil. Signo que, al identificar sin confusiones una pieza de Isabel, pudiera ser que no acople con la mencionada forma favorecida; pues, tal vez, lo más “molesto” de ella sea precisamente su irreducible singularidad y potencia de dama danza fundacional en la danza-teatro cubana.
Un lente de aumento al pensar hoy la danza
El libro acoge, en sí mismo, una preocupación sobre la memoria y los modos singulares de conservación y transmisión del patrimonio coreográfico cubano; a través de Isabel Bustos como objeto de análisis, de su hacer generativo y transformador convincente en la metamorfosis sociocultural y el desarrollo integral comunitario. Estimular los programas de sensibilización, formación vocacional, archivo y difusión de la danza desarrollados desde Danza-Teatro Retazos en sus tantos años de emprendimientos en la comunidad, propone enfocar la mirada sobre esos modos otros de entender la historia local, territorial, nacional de nuestra actual danza. Es otra excepción de Isabel: abstenerse de asentar un falso credo de la danza. Negarse, sobre todo, a convertir la danza en un objeto de revisión o expiación, para tratarla mejor como anhelo cambiante y modo amable de exploración y mejoramiento ciudadano. Situar no un espejo, sino un lente de aumento sobre esta realidad, desde los itinerarios de Isabel Bustos: danzándote Habana, es oportuno en el diálogo cuerpo a cuerpo y a distancia entre singularidades, entre presencias verdaderas: la de una voz artística impregnada de su entorno, de su realidad y sentido de lo cotidiano; y la de una voz comunal, ciudadana, impregnada de las inspiraciones poéticas que sobre ella posibilita la danza.
Un canto a la ciudad-espacio-tiempo-Habana
Sólo así es posible realizar las conexiones necesarias entre lo que dice el cuerpo, lo que de él se dice y cómo él se sitúa en su presente, en el día a día del entorno ciudadano que lo cobija. Los itinerarios recorridos por Isabel Bustos y Danza-Teatro Retazos hasta Las Carolinas, su cuartel general en Amargura 61 entre Mercaderes y San Ignacio. Suerte de contagiosa danza inseparable del cuerpo y el espacio a través del tiempo; las resonancias que el uno provoca en el otro han forjado esta mágica simbiosis que impide entender al otro sin el uno. Cuerpo danzante y espacio arquitectónico. Danza-Teatro Retazos y nuestra Habana Vieja. Cuerpo y adoquines. Baile y comunidad en su imparable danza callejera. El “Encuentro Internacional de Danza en Paisajes Urbanos: Habana Vieja, ciudad en movimiento” que, por más de veinticinco ediciones, es instancia de salvación del cuerpo danzante y sus múltiples modos de cautivar la atención de los más diversos públicos. Zona franca de intercambios entre la comunidad habanera y la danza toda, al punto de rebasar la parte histórica de la ciudad en la apertura de sus talleres de formación vocacional con niños, jóvenes y adultos mayores, en disfrute y salvaguarda del ambiente urbano, el entorno arquitectónico dentro de una movimentalidad que apuesta por su indisoluble progresión.
Isabel Bustos: danzándote Habana, es canto a la ciudad, a su espacio-tiempo. Y en ellos, retorna el cuerpo como motivo que lo encierra todo. Cuerpo diáfano, tan transparente que hoy se vuelca en la luz y en la esperanza pausada por los avatares pandémicos. Canto, tributo que nos invita a viajar en la historia para contar treinta y siete años de aquel empeño fundacional de Isabel Bustos al anclar su hacer creativo en las calles, plazas y parques del centro histórico habanero.
En fin…
Nuestra artista se inscribe con excelencia dentro de ese exquisito catálogo de figuras femeninas que en este ámbito sustentan un liderazgo transformacional importante. Su erguimiento poético, su sentido de acompañamiento formativo vocacional, sus modos sutiles de dialogar con la comunidad o el impulso a la creación más joven, etc., revelan la honestidad visceral de su personalidad. Y que dichas virtudes estén singularizadas en la capacidad generadora de una de nuestras buenas mujeres cercanas, por el mundo de la danza o por las influencias que puede ella concebir en el panorama desemejante de la danza cubana, es voluntad estimulante.
De algún modo, creo que todo este bagaje, le ha impregnado a la investigación sostenida para la escritura de la presente publicación, una visión de atento espectador narrante que me permite sustentar que Isabel Bustos se instituyó como “la maestra” en la construcción de ambientes donde cuerpo-luz-movimiento-sonoridad-vestimenta, tendrán equivalente jerarquía escénica, hechuras que hoy la mantiene fiel a sus retazos. Razón poderosa para contar la danza en primera persona, la mía como armador del texto y la de Isabel Bustos como insumo total de las páginas que lo integran.
*Ninguna técnica de danza es neutral. Detrás de cada simple ejercicio se oculta lo que una sociedad piensa y cree con relación al cuerpo, a lo femenino y a lo masculino: al ser en general. Hayde Lachino en Danza y Poder de Margarita Tortajada
En portada: Pecados Capitales, de Isabel Bustos. Foto © Javier García